eden → park jimin

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Nota #13

¿Por qué tuve que olvidar que yo estaba tan roto cuando estaba a tu lado?

Me ayudaste a reconstruirme Hee.

Y yo de verdad te amo.

— ¡Feliz año nuevo! —dijo la abuela abrazando a Hee y seguidamente a Taehyung.

Había hecho una cena extraordinaria para los tres y la ancianita no podía estar más feliz de poder compartir este año una fecha tan especial con Taehyung. También podía notar lo feliz que estaba Hee, se le veía en la forma tan dulce que miraba al castaño, pareciendo que de sus pestañas iban a brotar estrellas y de sus ojos color avellana algún meteorito chocaría contra el rostro del castaño.

— Gracias abuela, te quiero mucho, mucho —dijo Tae devolviéndole el abrazo mientras sonreía ampliamente. Esa sonrisa le encantaba a Hee, era especial sólo porque brotaba de los labios del castaño.

— Ahora, coman, coman mucho —pidió la abuela alentándolos a sentarse en la mesa.

Hee se sentó a un lado de Tae luego de buscar el té, se veía particularmente hermosa esa noche con un lindo kimono blanco largo, muy largo con hermosas flores doradas intercaladas con hileras de hilo de oro. Su cabello dorado también, recogido en un moño alto. Se veía como la princesa de un antiguo reino lejano.

Taehyung dejó caer su bocadillo de los palillos cuando se dio cuenta que Hee estaba muy cerca de su oído.

— Tengo un regalo para ti luego de la cena.

Terminaron de comer y la anciana se ofreció a lavar todo mientras ellos se sentaban en el borde de la puerta del hanok que daba hacia el jardín. Tenían sandía fresca como postre y té verde para acompañar.

— ¿Sabes lo feliz que estoy? —le preguntó Tae mientras le pasaba un trozo pequeño de sandía.

— No me gustaría verte de otra forma que no fuera sonriendo.

Taehyung se sonrojó.

— Yo... tengo un regalo para ti, Hee —dijo él intentando desviar la mirada del rostro de la choca.

— ¡Hee! —llamó la abuela en ese momento. La chica de cabellos dorados giró y le hizo señas con la mano a la anciana de que podía hacer lo que le estaba pidiendo: Salir del hanok como todos los años en esa fecha.

— ¿A dónde va la abuela?

Hee le sonrió suavemente a Tae.

—Luego te lo explicaré, ¿sí?

El castaño comprendió que era un secreto entre ellas dos.

— Antes de esto, ¿decías?

Escucharon la puerta del hanok cerrarse, seguramente era la abuela saliendo.

— ¡Ah, sí! —Tae se levantó de prisa, fue a su habitación y regresó con las manos en la espalda como si intentara esconder algo.

Hee hizo de ademán de querer ver qué escondía pero Tae no lo permitió.

— Cierra los ojos ahora —pidió él arrodillándose frente a ella. Las mejillas de Hee se tiñeron de un suave rosado, cerró los ojos y apretó los labios.

Sintió que Tae estaba colocando algo alrededor de su cuello y pensó que era un collar. Las manos temblorosas de Taehyung acomodaron lo que guindaba del collar cerca del escote cerrado del kimono y luego de ellos soltó un largo suspiro, había estado conteniendo la respiración al estar tan cerca del rostro de la chica.