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8 años atrás.

Era la sirena una alarma, eran esas luces rojas alternándose las que avisaban que algo estaba mal. Era la madre de Jungkook gritando el nombre del castaño mientras subían el cuerpo del chico a la ambulancia y a toda velocidad corrían hacia el hospital donde Jungkook había sido internado tiempo atrás.

Hee recibió la llamada de la madre del chico de 13 años y con el llanto supo que algo estaba mal. Con el gimoteo y los alaridos sabía que el castaño estaba en una situación de vida o muerte.

Jungkook se había desplomado en su casa y no reaccionaba. Sólo los doctores sabrían lo que tenía el chico una vez que lo examinaran e internaran pero Hee ya lo sabía de antemano.

Estaba muriendo otra vez.

Ella estaba siendo arrancada del cuerpo del castaño mientras la muerte se apoderaba poco a poco del chico. Yoongi le había hecho una visita previa antes de que Jungkook se desplomara y por eso estaba advertida.

— Ese niño al que tanto proteges —dijo sombrío —Él definitivamente va a morir. ¿Qué piensas hacer cuando eso ocurra?

Hee se llevó una mano al pecho y lo miró en silencio, el miedo reinaba en su corazón.

Sabes que si vuelves a salvarlo ese ángel no va a protegerte otra vez. Él irá a contarle a Dios y entonces estarás acabada. ¿Lo sabes, no?

¿Qué puedo hacer, si no? —respondió ella. Yoongi entendió que Hee seguiría tomando terribles decisiones que sólo la destruían y por una parte la entendía, él era similar puesto que también sentía cosas por los humanos. Por uno en particular. Y se compadecía... Por eso había ido a advertirle.

Te estás acabando a ti misma, deja que ese niño vaya al cielo. Libera a ese ángel y quítate esa cadena del corazón —trató de estar calmo pero le suplicaba con la mirada que lo escuchara.

Hee sonrió levemente con tristeza y Yoongi se paralizó, ¿por qué sonreía en un momento así?

Tú lo entenderías si amaras a los humanos como yo. Yo adoro a Jungkook, especialmente a él por sobre todo los humanos —Hee cerró los ojos lentamente y sus pestañas doradas se unieron —Ojalá pudieras entender que lo que menos quiero es verlo sufrir.

Pero vaya que Yoongi lo entendía sólo que a diferencia de Hee, él no podía evitar hacer daño al humano que quería y por eso sintió cólera subiendo hasta su cabeza que finalmente expresó en una sola frase para luego irse.

Haz lo que quieras, Saengmyeong.

Y haría lo que quería: Proteger a Jungkook.

Miró las plantas del jardín siendo bañadas incesantemente por la lluvia y esperó, esperó... Sabía que hoy recibiría la noticia de Jungkook recayendo y por eso cuando la llamada de la madre del chico llegó a ella supo que era el momento de ir hasta él.

No había nada que pensar ni meditar, Hee sabía muy bien lo que iba a hacer por segunda vez.

***

Namjoon la tomó por la muñeca y la llevó casi a la velocidad de un rayo a la azotea del hospital. Una vez estaban allí solos él y Hee, cayó sobre sus rodillas golpeando fuertemente el cemento del suelo y bajó el rostro.

¿Qué más quieres de mí? —preguntó el moreno cabizbajo, su voz era un hilo. Estaba deshecho, destrozado y una vez más sus muñecas ardían gracias a los grilletes dorados que quemaban su piel.

eden → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora