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Jimin regresó al instituto junto a Seokjin luego de que terminaran las compras, las bolsas eran numerosas y por eso tuvieron que ser repartidas entre los dos chicos para cuando llegaron al lugar.

Hee caminó velozmente desde el final del pasillo donde estaba la oficina cuando vio a ambos chicos, estaba muy preocupada por la reacción de Jungkook temprano hacia el rubio y cuando terminó de hablar con el castaño y quiso volver a Jimin este ya no estaba. Seokjin no le había avisado que se lo había llevado de compras.

—Entiendo —dijo levantando las cejas —¿Qué es esto? —señaló hacia la docena de bolsas.

Jimin apretó los labios.

— Ya sabes, él necesitaba ropa y cosas de chico para vivir más cómodamente ¿no, Jimin? —dijo Seokjin despreocupado. El rubio asintió repetidas veces como si la palabra de Seokjin fuera santa.

— Sabes que yo podía hacerme cargo de eso —dijo Hee tomando varias bolsas de las manos de Jimin pero este no quería que ella cargara con el peso.

— ¡Ah, por cierto! —Seokjin recordó que tenía algo para Hee también por eso buscó entre unas de las bolsas que tenía en las manos —Creo que viene siendo hora de que tengas uno —extendió su mano hacia la chica que lo miraba con ojos curiosos, la caja era más o menos pequeña y tenía el dibujo del producto en blanco —Compré uno igual para Jimin sólo que de color plateado, ¿no es así Jimin?

Jimin volvió a asentir como niño bueno y Seokjin no pudo dejar salir una carcajada al verle la expresión esperando por la respuesta de Hee quien miraba meticulosamente el móvil dibujado en la caja.

— ¿Por qué necesitaría yo uno? Entiendo que Jimin tiene que comunicarse con...

— ¡Ay, vamos Hee! —Seokjin se tomó el puente de la nariz —¿Sabes la cantidad de fotos de mi persona que te estás perdiendo? ¿La cantidad de video llamadas que podríamos hacer? ¡Hasta Jungkook te ha pedido que compres uno para hablarte pero tú te niegas —unió sus manos en una plegaria —No puedes venir al instituto cada vez que quieras hacer una llamada y además ¡ese teléfono es como de 1890! —se quejó casi haciendo un puchero. Jimin rió bajito pero de inmediato se aclaró la garganta cuando vio que Hee miraba de manera seria el pelinegro.

— Yo podría enseñarte a usarlo —intervino Jimin en medio de la guerra de miradas entre los dos mayores.

— ¡Sí, buena idea! —Seokjin aplaudió energético una vez —Ya Jimin sabe cómo usar el suyo, él es todo un genio en esto de los teléfonos aprendió muy rápido a pesar de ser un modelo muy nuevo.

— No exageres, hyung —se sonrojó levemente mientras apretaba los labios haciendo que estos se abultaran graciosamente —Todo estaba en el instructivo.

— ¡Ah! —Seokjin se llevó una mano dramáticamente al pecho —Qué modesto es este chico —y palmeó suavemente el hombro del rubio.

Hee no dijo nada, solamente se quedó mirando a ese par que ahora lucían como dos hermanos a pesar de que ese mismo día el mismo Seokjin le había recriminado el hecho de tener a Jimin con ella y traerlo al instituto.

El rubio la miró curioso como siempre de saber qué pasaba por su mente pero no dijo nada. Lo cierto es que, lo que Hee pensaba en ese momento era que Jimin definitivamente iría agarrando vuelo por sí mismo hasta el punto en que tendría una vida normal. Este era el comienzo y no podía esperar a ver en qué se convertiría, rogaba que, en alguien muy feliz.

Ella haría todo lo posible porque Jimin viviera y fuera feliz.

¿Acaso no había hecho lo mismo por Jungkook?

eden → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora