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Jimin era menudo pero como pudo sacó el cuerpo de Hee de la bañera temblando de los nervios, la chica lucía más pálida de lo habitual y su piel estaba fría, sumamente fría.

— Hee, por favor despierta —dijo tomándola en brazos. Las gotas de agua corrían por el rostro de ella, el kimono pesaba más de lo normal por el agua que había absorbido y se pegaba a las blancas ropas de Jimin que ahora estaba totalmente empapado.

Pero ella no reaccionaba. No luego de que hubiese sido tocada por la muerte y no pusiera resistencia.

Las manos de Jimin estaban heladas por tocarla, ¿por qué ella estaba tan fría? No lo sabía y no era tiempo para pensarlo, la llevó rápidamente a la cama y la depositó siendo lo menos brusco posible.

— ¡Abuela! —gritó.

Ya la anciana venía entrando a la habitación.

— No, no, Hee —empezaba a lloriquear la ancianita, su corazón estaba arrugado de ver a la chica así.

Parecía un cadáver.

— Jimin, busca todas las mantas que puedas en el closet de afuera —ordenó mientras empezaba a quitarle el kimono mojado a Hee.

El cuarto estaba lleno de agua que se escurría por la madera del suelo. Jimin no pudo evitar mojarse aún más los pies mientras iba a buscar las mantas.

¿Qué le había pasado a Hee para estar así? Pensaba el rubio en medio de su desespero por buscar las mantas, trajo varias de ellas depositándolas en la cama mientras veía como la abuela pasaba una toalla por el cuerpo de Hee para secarla.

— Después nos haremos cargo de todo este desastre pero ahora es importante calentar este cuerpo —frotaba y frotaba las piernas y brazos de Hee.

"Este cuerpo"

— ¿Qué viste, mi ángel? —la abuela diligentemente calentaba a Hee aunque esta no parecía recuperar el color en las mejillas —Dios, sigue tan fría... —murmuró conteniendo las lágrimas.

— Yo... yo... —Jimin no había visto nada. No había visto a Yoongi ni nada de lo que estaba pasando entre él y Hee. Había entrado a la habitación porque sintió mucho frío de repente en toda la casa, incluso la abuela lo sintió. Era como si hubiesen robado la calidez de las paredes, el suelo, la pintura, todo... Entonces gracias al frío que le estaba calando los huesos Jimin pensó en buscar a Hee y preguntarle si estaba bien. Se acercó hasta la habitación y se sorprendió al ver el agua correr por el suelo saliendo debajo de la puerta.

Entró llamándola y cuando la encontró, ella estaba sumergida en la bañera, sus ropas flotaban casi cubriendo todo pero el rostro de Hee podía vislumbrarse debajo del agua, pálido.

— Ella estaba en la bañera, abuela. Estaba hundida... se estaba ahogando... —Jimin se sentía sumamente preocupado. Se colocó a un lado de Hee para ayudar a la abuela a frotar sus brazos. Fue entonces cuando notó la caja que estaba sobre la cama, las notas, las pulseras... No tocó nada, simplemente las dejó allí y procuró ayudar a la abuela —¿Va a estar bien?

La abuela se detuvo por un momento y miró a Jimin, tenía los ojos como un cachorro al que acababan de pisarle la cola. Parecía un niño pequeño preocupado que no entendía lo que estaba pasando ante sus ojos.

— Claro que va a estar bien, lo estará... —dijo queriendo creer en sus propias palabras —Jimin, ¿quieres hacer té para cuando Hee despierte?

Jimin miró el rostro dormido de Hee, parecía que la nieve se había posado en su piel, tan blanca, tan fría... Y a la vez tan distante. Sentía que en ese momento Hee estaba a kilómetros de ellos, que su esencia estaba tan lejos que aunque estirara los dedos y tomara su mano, realmente Hee no estaba allí.

eden → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora