eden → park jimin

02

Cuando la muerte por fin pactó con la vida, ambos se sumieron en un profundo silencio y el purgatorio se sintió como el lugar más desolado incluso más de lo que ya era. El agua calma no emitía ningún sonido, no había viento, ni voces, ni risas. Nada.

Sólo los cuerpos de aquellos que habían muerto y que reposaban debajo del agua sumidos en un profundo sueño de expiación hasta que se les fuera otorgado el permiso de entrar al cielo o no.

Jugeum, estaba seguro de que Saengmyeong no podría cumplir con la apuesta que le había dicho pero aun así quería disfrutar de como fracasaba en el intento. Y su primer fracaso sería el de intentar llamarlo a la vida nuevamente.

Para ser más claros, ¿cuál era la apuesta que había hecho la muerte con la vida para traer de vuelta a Kim Taehyung antes de que finalmente entrara al cielo?

La vida, es decir, Saengmyeong quería que la muerte le concediera el deseo de regresárselo, pero Jugeum, le había "prometido" devolvérselo si lograba que una de las almas que estaba en el purgatorio tuviera deseos de vivir. Esa alma era muy particular ya que nunca había tenido deseos de vivir y por ello había acabado con su propia vida.

Por lo general la mayoría de las personas que morían e iban al purgatorio deseaban una segunda oportunidad, un atisbo de luz que los devolviera con sus seres queridos. Sin embargo, eso nunca sucedía. Nunca ocurría tal retorno. Ningún alma tenía derecho a volver a la vida a menos que algo muy especial ocurriera.

Como que la muerte le concediera ese deseo, cosa que rara vez ocurría.

— Entonces... ya que has aceptado —la voz de la muerte se levantó en el infinito espacio —¿deberías empezar ya?

Saengmyeong quería conservar la calma, pero el tono burlón de la muerte la estremecía de rabia.

— Se te acaba el tiempo y Taehyung no puede esperar a entrar al cielo, Saengmyeong.

La vida no quería perder a Taehyung porque sí, efectivamente se había enamorado de un humano... Pero la historia de amor entre Saengmyeong y Taehyung es letra de otra historia que la misma vida se encargará de contar.

Por ahora lo importante era revivirlo, sacar del agua a aquella alma que a la vida poco le importaba pero que era el tren que traería de regreso de Taehyung.

— Eres tan cínico.

— Gracias, soy la muerte ¿qué esperabas de mí?

— ¿Exactamente? Nada. No espero nada de ti salvo que cumplas con tu palabra.

Jugeum miró hacia la ennegrecida agua y una sonrisa se dibujó en sus labios.

— Entonces deberías empezar, me gustaría ver cómo fallas en traerlo a la vida.

— Soy la vida, Jugeum.

— Y aun así no puedes revivir a Taehyung —se burló soltando una carcajada.

— Sabes que él es un caso especial —masculló con tangible rabia.

Y lo era. Aquellos que morían pecando no tenían el derecho a ser revividos por la vida. Sólo la muerte otorgaba ese permiso.

— Bueno, bueno —Jugeum tenía una expresión de fastidio —Sigo esperando, ahora mismo no me interesa hablar de Taehyung. Ahora sólo me importa... —señaló hacia el agua —Este.

Saengmyeong trató de mantenerse calma ante las continuas burlas de su contraparte y como también se estaba cansando de la inútil discusión con la muerte, terminó por descender hasta la oscura agua que se mantenía imperturbable bajo ellos.