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7 años atrás.

Jungkook siendo otro Jungkook era algo a lo que Hee se había tenido que acostumbrar durante los últimos seis meses. Luego de que lo encontrara allí delante del instituto junto a su madre, mirándola con frialdad, Hee supo que algo había cambiado en el chico. No parecía aquel Jungkook carismático y dulce que ella había conocido desde que era tan sólo un pequeño que a duras penas sabía sumar y restar.

¿Qué había cambiado en Jungkook ese año que ella se alejó y tanto el chico como su madre la habían olvidado? Ya no sonreía a menudo, no hablaba demasiado y miraba con severidad a casi todos a su alrededor incluyendo a Hee. Jungkook pasaba los recesos solo y tenía bajas calificaciones, respondía groseramente a sus profesores y más de una vez lo llevaron a la dirección donde Hee intentaba abrir su corazón pero él simplemente miraba hacia un lado y la ignoraba.

No le respondía mal como a los demás, eso nunca pero Jungkook la miraba con frialdad y eso dolía en el pecho de Hee.

¡Ay, si tan sólo ese chiquillo supiera lo mucho que la adoraba antes!

Hee no podía culparlo, no tenía derecho. Después de todo ella había eliminado todos los recuerdos que la incluían en la vida de Jungkook, así que para él, Hee era una total desconocida.

Señorita Hee —la asistente de medio tiempo todavía trabajaba para Hee. Ahora que el instituto tenía un total de poco más de cien alumnos, Hee necesitaba más ayuda que nunca pero sólo tenía a la chica.

Hee estaba en la oficina terminando de firmar unos papeles para adquirir un piano que le habían donado cuando la asistente entró en la oficina con su tono de preocupación de siempre. La pobre chica siempre se estresaba cuando tenía que darle una mala noticia a Hee.

¿Qué sucede? —dijo ella tranquilamente. Hee no se sentía muy bien debido a que había cogido un resfriado y lucía más pálida que de costumbre, las pequeñas venas violeta se notaban levemente bajo sus ojos como pequeños pincelazos erróneos en su piel. Tenía frío incluso si estaba usando un kimono negro enorme con rayas plateadas.

El otoño estaba terminando y por ende los días eran más fríos para dar paso al invierno.

Es... —la chica se mordió el labio inferior dudosa, sabía que Hee había desarrollado un extraño cariño por un alumno en particular. Se notaba en la forma por la que se esforzaba por entenderlo.

No es que Hee no lo intentara con los demás chicos, no. De hecho, apoyaba y cuidaba de todos los alumnos pero con Jungkook era diferente. Ella realmente deseaba que Jungkook mejorara y no fuera tan rebelde.

— ¿Jungkook? —Hee abrió los ojos un poco más de lo normal sorprendida. No había pasado una semana todavía desde la última vez que un profesor se había quejado del chico.

— Sí, es Jeon Jungkook. Le ha contestado mal al profesor de dibujo.

Hee suspiró levemente mientras cerraba los ojos cansada. Estaba cansada físicamente por todo el esfuerzo que ponía en el instituto y más si se sentía un poco mal. Dejó a un lado los papeles y se levantó del escritorio.

— ¿Dónde está?

De sólo pensar que tendría que llamar de nuevo a la madre de Jungkook para comentarle lo que había sucedido la hacía sentir terrible. La señora Jeon estaba trabajando arduamente hasta en tres lugares distintos para poder pagar las deudas con el hospital. Las deudas eran enormes, incluso si Hee ayudaba donando anónimamente.

— Fuera del salón, lo han sacado otra vez.

Hee frunció el ceño. Sabía que Jungkook estaría enojadísimo por eso ya que además de ser sacado del salón estaba el hecho de que en la silla de ruedas llamaba más la atención. Lo conocía demasiado bien aún si ahora eran lejanos y no tan unidos como en el pasado.

eden → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora