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Su mano se deslizó sobre tu cintura y abdomen y sin previo aviso alguno, su mano se deslizó sobre más abajo, metiéndola sobre tus bragas. Para así ampliar tu intimidad con descaro.
Tus ojos se abrieron como plato a ver lo que estaba haciendo Madara.
—Sabes, es demasiado tedioso ver cómo los demás te miran con deseo.—susurro en tu oído el mayor.
Su mano se escurrió entre tus pliegues, y con la yema de sus dedos hizo presión sobre tu clítoris, eso hizo que te tensaras demasiado, mordiste con violencia tú labio evitando así que soltaras un gemido. Entendías que hacía eso por celos y sabías que Madara podía ser posesivo, pero aún así, ¿por qué hace esto enfrente de tanta gente?.
Aunque para ti no te quedaba claro el por qué lo hacía, pero Madara tenía sus grandes razones. Madara Uchiha aparte de ser el líder el clan Uchiha y sobre todo el Uchiha más poderoso de su época, estaba con la chica más extremadamente hermosa de toda la aldea.
Curvas que cualquier hombre quisiera tener antes su posición, un hermoso y perfecto rostro, atributos deseados por muchos.
Rápidamente tapaste tu boca a sentir el movimiento de sus dedos entrando en ti, estaba siendo algo brusco, podías sentir como movía su mano con poca delicadeza entre tus piernas. Aún así tu cuerpo comenzó a responder, la húmeda en aquella zona que no tardo en aparecer.
La adrenalina que sentías en ese momento por ser escuchada ante los presentes y el miedo de ser escuchada, te "avergonzaba" el hecho de que realmente lo estabas disfrutando incluso de la brusquedad de tu novio que te tocaba.
—¿Estas bien [T/N]?.... estas algo roja.—hablo Tobirama haciendo que apretaras las piernas con fuerza.
Madara se detuvo unos segundos, si bien te gustaba que lo que estaba haciendo tu novio, pero el temor que sentías por ser descubiertos era mayor. Madara sonrío ante tu acción, con sus dedos comenzó a acariciar con rapidez tu clítoris, como igual a pellizcando y apretando con descaro este, te estaba haciendo perder la cordura.
—S-si Tobirama estoy bien.—respondiste a penas evitando soltar un gemido.
—Bueno es un placer para nosotros el tenerlos aquí.—hablo Madara aún con esa sonrisa en el rostro.—¿Cierto cielo?.
Agregó moviendo sus dedos de nuevo sobre ti. Unas inmensas ganas de gritar apareciendo en tu ser, pero intentaste tragártelo, aunque no sabía cuánto tiempo ibas a poder sopórtalo.
—Si, muchas gracias por venir...—hablaste con la voz entre cortada para después sujetar fuertemente la muñeca de Madara.
—____ y yo tenemos cosas que hacer, ahora mismo volvemos.—hablo Madara.
El saco su mano de tu intimidad, no obstante te tomo de la mano para poder llevarte a donde el, estaba algo nerviosa, incluso se podía decir que aterrada. No era la primera vez que lo hacía con el obviamente, pero esta vez era totalmente diferente. Tiro de tu mano delicadamente, para después entrar al baño, donde luego de entrar cerrar la puerta detrás de él.
Se acercó a ti con paso firme, retrocediste hacia atrás, hasta sentí el lavamanos, estabas sin escapatoria, cuando estuvo afrente de ti, te tomó de la cintura para poder expandir húmedos besos sobre tu cuello. Sus manos tomaron el borde de tu yukata, para después tirarla hacia abajo.
Para después desasee la prenda y posteriormente tu sostén, llevo su boca a su pezón mientras su mano se volvía a colocar en tu intimidad nuevamente. Un jadeo se escapó de tus labios, aquella zona de encontraba más sensible que de costumbre.
Y los calientes estímulos de Madara, te hacían perder la razón.
—Mírate, ¿no te da vergüenza estar demasiado húmeda?.—pregunto con una sonrisa satisfactoria ante su trabajo.—Aún que no hay problema, mientras sea yo el que te haga sentir jodidamente húmeda. Y no todos esos hombres que te desean.
Te beso, en el momento en que se separaron, ligeramente introdujo su lengua en tu boca, jugueteando con la tuya para después chupar y tirar ligeramente de tu labio inferior.
Te volteó, haciendo que con tus manos se sujetaran del lava manos, Madara aprovechando la situación para poder bajar tu única prenda que tenías puesta. Sus manos te tomaron por la cadera e indicaron cómo quería que te pusieras, separaste las piernas. Inesperadamente un fuerte gemido de placer salió de tus labios a sentir el duro miembro de Madara.
Las violentas estocadas te obligaron a tapar tu boca, no obstante Madara te tomó las manos para poder acercarse a tu oído.
—Quiero que los demás escuchen que solo eres mía.
Las respiraciones de ambos era lo único que se escuchaba en la habitación, como al igual el choque de sus cuerpos, evitabas mantener la boca cerrada para no ser escuchaba, pero posiblemente todos los presentes sabían perfectamente que es lo que estaba haciendo. Madara tomó tus piernas a la altura de tu cintura.
Obteniendo más contacto a lo profundo, cada embestida te hacía sentir una gran ola de placer, mientras a la vez hacía esto, mordía y lambía su espalda, soltaste un gemido, para después soltar un leve grito de placer, arrancándole una sonrisa a Madara.
La velocidad con la que profanaba tu irritada y palpitante intimidad fue disminuyendo, sus fluidos y placenteros movimientos indicaron que estaba a punto de llegar al orgasmo. Se hundió por última vez en ti, susurrando tu nombre con voz entrecortada mientras se las arreglaba para abrazarte por atrás.
Rompió el contacto, no sin antes besar tu cabeza, te miraste al espejo, tus pómulos estaban con un carmesís en ellas, tu cabello estaba desarreglado y tus labios tenían una tonalidad roja.
—Ven..—susurró Madara para poder cubrí tu cuerpo con la Yukata.
Te tomó de las piernas, alzándolas hacia sus brazos, cargándote al estilo princesa, salió del baño contigo en brazos para poder ir a la habitación, donde te recostó sobre su cama.
—Fuiste algo brusco..—susurraste mientras miraba a Madara.
—Si lo se.—hablo con seriedad.—Al menos así sabrán los demás que eres solo mía.
Sonrió levemente para después volver a besar tu frente.
✧ Escenario pedido por ; -PercyMiAmor ¡Espero y te allá gustado!
