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Epifanía del recuerdo

Aún conservo del silencio,
la epifanía de un beso,
la humedad de sus miradas
cual niña enamorada
en las luces del mes de abril.

Epifanía suya
Melancolía mía;
inmarcesible aurora de unos ojos míos
A veces sentía, que también me perdía
en el retoño de sus versos de amor.

Y allá por la madrugada
donde todo era nada,
vagué en el regazo de sus sueños
y en la palma de su alma
cobijó mis suspiros inquietos
de niño travieso al alba.

Epifanía de sus miradas...
Yo guardo el sabor de sus besos,
porque en donde todo fue nada,
nada fue más que el hermoso idilio de nuestros versos.

Tomando un caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora