A la sombra de la tinta tuya
Me detengo
en el complejo de tus versos
cuando llamas al olvido y sus caricias,
penetrando la daga, filo mortal
de la tinta tuya, tu vida.
Y si miras en mis versos,
podrás sentir que llevan tu nombre;
es razón delirante
al paso insensato de también verme en tu poesía
cual musa en quimera, en silencio.
¡Ay si supieras pequeña flor!
cómo se ruborizan mis letras cuando te escribo,
cómo se tiñe de ilución la tinta que te clama
en el pergamino de mis manos
que arranca de mi labios el sonido de tu nombre
suspirando en el arrebato de la tinta derramada.
¡Ay si supieras cómo te sueña este poeta!
que vive a la sombra de la tinta tuya,
en el tenue lamento de mis propios ojos
que lloran el universo,
entre sollosos y cálidos suspiros del recuerdo.
Ahora escribes mi nombre oculto
en los más silenciosos versos...
¡No son engaños, NO!
Es el cuadro de las canciones que canta tu alma
cual luna en menguante en las noches desiertas.
Si miras bien mis versos,
sabrás de mi sarcófago que canta errante
la magnitud del sabor de la tinta tuya.
