(III) Aquellas caminatas

66 7 0
                                    

Aquellas caminatas

Sostengo en mi memoria la imagen
de aquellas sonrisas encantadoras,
nacidas entre sombras místicas
del más bello idilio de una flor en manantial.

Propuse elevar mi canto, dulce sonido,
alagador de inspiraciones del alma
y alegre llanto, el más alegre
que derramaron nuestros versos.

Mas no hubo razón cualquiera,
ni noches tristes, polares eternos,
que conjelaran los sonidos de amor
de inmensa ternura, en el borde de tus ojos.

Fueron aquellas caminatas de pasión
que desvelaron anocheceres tan negras;
caminatas de versos,
caminatas de poesías...

Mentiras,
agradables mentiras
que acariciaban el desierto de nuestras pupilas;
verdades grandes que solo sentimos los dos.

Y así nuestros caminos de detuvieron
en el frondoso mundo de los versos,
cuan entrellas en el infinito
frágil de miradas entristecidas.

No me olvido de esas caminatas bajo el cielo,
donde introducías la magia de aquellas letras
que nos unía aún estando en el abismo
que nos separó todas las noches.

Fueron caminatas invisibles
donde nos agarramos de la mano
por medio de mensajes de amor.
No hubo más testigo que nuestro silencio.

Tomando un caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora