Pentagrama en la noche
El cielo se ha opacado, ojitos de luna,
en el dulce sonido de tus palabras
que hacen vivir alma mía
en el balcón florido del alma tuya
que consuela mi existencia con un suspiro
haciéndola clarinete en el centro de mis pupilas.
El cielo está opaco, boquita de lirios,
y me tiembla el pecho por tu respiración
que es suave, silenciosa, susurro andante;
mágicas lentejuelas que me hacen vivir.
Te quiero, cual latido de luna en mi media noche,
como sombra romántica en el farol de una vela,
donde se pronuncian nuestras almas
en el sostén infinito de una flor de mi verano.
Oh, tu dulce clamor, tu oración
de rosas y pentagramas de amor...
Decidme alagüeña, con tus ojos pequeños
que soy tu sombra, en esta tierna noche,
que te mira desde el fondo de tu piel,
en el regaso solemne de tu pecho fiel.
Saeta, mágica tinta de tus versos,
yo te canto, cual jilguero en primavera,
como montaña, como paloma necia
en busca del óleo vivo de tu poesía.
