LXIX

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Triste noche con un café

Ven, toma conmigo un café
y ten la osadía de beberlo
como bebes también mis versos.

Quiero repetir tu nombre, tan incierto
como la luna llena.

Quiero suspirar riendo,
cuando llorando no me atrevo;
intento suspirar en la amargura,
cuando tu mano endulza mi café,
cuando en las pupilas tuyas, desperté.

Déjame ser el príncipe que soñaste,
déjame contemplar tu piel se safiro
con un café y un beso.

Déjame llorar sobre tu pecho, te pido;
déjame acariciar tu mirada de luna atrevida.
¿Acaso no ves que te nombro?
¿Acaso no sientes mis versos?

Yo sé que suspirar y sueñas por un beso;
yo lo sé alma mía,
porque en el aliento de tu silencio
suspiro por las caricias que devoran el alma.

Tómate un café conmigo...
déjame ser tu pañuelo en las noches errantes;
déjame ser tu mirada, cuando miras distante.

Y tengo envidia del mismo viento,
porque es quien abriga tu piel
cuando me sumerjo en tus pensamientos.

Se me termina el café...
Puedes acariciar el mar que sale de mis mejillas.
No te miento, lo sé,
porque aunque no esté contigo,
te amaré más, quizás en otra vida.

Tomando un caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora