Miranda se despertó en la cama de su hermana por el aroma a quemado que impregnaba la casa. Tomó los anteojos, se levantó con rapidez y bajó corriendo la escalera, el descanso y la otra escalera. El departamento de Nadia no era inmenso, pero era grande para ser un departamento. Ahora que el médico la había dejado por una actriz de poca monta y Nadia estaba sola, Miranda entraba a la perfección con ella.
Nadia estaba parada delante del horno, con una bandeja en la mano con pequeños montículos negros. Nadia los miraba, indignada, haciendo un puchero hacia la bandeja. Miranda se rio ante su entrecejo fruncido.
- ¿Sabes? Los mineros hacen desastres en la naturaleza por cosas que tú haces en casa.
-Es temprano, ¿qué haces despierta? -siendo que era el Día del Fundador, Miranda no tenía actividades escolares hasta la tarde.
-El dulce aroma de tu pan tostado me despertó.
-Quería imitar a la nonna y no me salió...
-Lo noté. Déjalo, yo lo hago-quitó el pan tostado de la bandeja y comenzó a cortar el pan de nuevo.
- ¿Cómo estás? -Nadia sabía que ese era un día especial para Miranda: el aniversario que comenzó su relación con Cameron, hacía dos años.
-Triste...no lo sé. En realidad, no estoy tan mal. Creo que simplemente necesito dejar de pensar en eso.
- ¿Marco ayuda?
-Y Santino ayuda. Todos ayudan.
-No te quites mérito.
-Parece ser lo único que hago en estos días.
- ¿Por qué te desmereces tanto, Miri?
-No lo sé, lo hago inconscientemente.
- ¿Terapia te está ayudando?
-Fui sólo una vez. Hablé de todo un poco, la verdad.
- ¿Hablaste de mamá?
-Por supuesto que hablé de mamá. Es la base de mis problemas.
-Es cierto-concedió-ayer estaba pensando en qué haces ahora que no hacías antes. Antes no te compadecías de ti misma, antes no te molestaba sonreírles a los desconocidos...
-Y antes usaba faldas, ¿tu punto?
-Antes tenías mejor carácter-comentó Nadia, restándole importancia al asunto-pero, ¿sabes que noté ayer en la cena? -Miranda dejó de cortar el pan y comenzó a apoyarlo sobre la bandeja.
- ¿Qué notaste, Nadia?
-No te fijaste las grasas de lo que estabas comiendo...y eso que tenías los potes frente a ti-Miranda tragó saliva y fingió que no pensaba en cada vez que miraba los potes de lo que consumía para ver qué tanto engordaría por consumirlos; era cierto, cuando su nonna vivía, ella no miraba las grasas, y tampoco podrían haberle importado menos.
-Antes teníamos a la nonna, Nadia-terminó de poner la bandeja en el horno, lo cerró y lo puso en contacto, para que tostara el pan.
-Antes teníamos a la nonna-concedió-era más mi nonna que mi verdadera nonna.
-Bueno, por supuesto. Adelina era una maldita...
-Oye, más respeto a los muertos...aunque no lo merezcan-Adelina era la madre del padre de Nadia, y había sido la persona más malvada en el maldito planeta. Miranda la odiaba, ahora incluso más. Muerta parecía inmortal; todo el mundo hablaba de ella como si fuera una especie de ángel cuando lo cierto es que, en vida, había sido la persona más horrible que Miranda había conocido-de todas formas, no puedes seguir dejando que mamá te coma la cabeza diciéndote que estás gorda o que tienes mucho que agradecerle al mundo porque no se burla de ti...la nonna no te dejaría.
- ¿Quién te crees que formó mi personalidad antes de que falleciera? Ella. Yo era como era por ella...estoy...estoy trabajando en mi confianza, Nadia. Necesito tiempo para volver a ser quién era. Yo también me extraño-Nadia sonrió como si le hubiera dado una gran idea.
- ¡Ven conmigo! -la arrastró a la habitación que usaba como armario y comenzó a arrojar pedazos de tela a los pies de Miranda; pedazos de tela que ella, ahora entendía, eran vestidos.
-Pruébatelos. ¡Vamos que no muerden! -dijo, interrumpiéndola. Miranda, reacia al principio, pensó que esas eran cosas que antes le gustaban y decidió que, si quería sentirse cómoda con ella misma, tenía que hacer cosas que la dejaran estar cómoda. Accedió, sonrió y tomó los vestidos.
Se probó uno detrás de otro y con cada uno, salía de la habitación, posaba y hacia payasadas para Nadia. Su hermana se reía y le tomaba fotos...era una linda situación que calmó a Miranda. Calmó cada mínima molestia que ese día pudiera generarle.
Con uno se demoró más del tiempo necesario. Era rojo, entallado, con un hermoso escote corazón decorándole el pecho y ajustado, tan, tan ajustado que no podía evitar pensar que no la favorecía usar algo tan apretado. Miranda se miró en el espejo y se esforzó por no ver sus imperfecciones. Cuando Nadia vio que tardaba demasiado, se metió dentro de la habitación y se paró detrás de ella.
-Ojalá me quedara así, ¡maldita suertuda! -Miranda estaba demasiado embobada viendo el vestido ajustarse con suavidad a sus curvas. El rojo realmente levantaba su piel pálida y toda la claridad de su rostro. Se había volteado para ver cómo resultaba el efecto "rojo" en su trasero y Nadia volvió a ponerla de frente, no permitiéndole fijarse ni por casualidad en algo que pudiera ser una excusa para no usarlo-no busques donde no hay cosas que insistes en que estén. Fíjate...con mucho cuidado. Te ves hermosa, Miri. Y tienes un bonito trasero-Miranda se rio y se pasó las manos por él, consciente de que estaba cambiando.
Miranda concedía que le gustaba como le quedaba el vestido. Se parecía bastante al que había usado en la primera cita con Cameron...se abofeteó mentalmente.
Su nonna, Nadia, Marco, Santino, la terapeuta...todos tenían razón. Cameron no merecía ni cinco minutos de su tiempo ni de su dolor. Fijó su mirada en sus ojos y los entrecerró. Se hizo una promesa silenciosa: no volvería a llorar por alguien que no valía ni la suela de su zapato.
![](https://img.wattpad.com/cover/149158182-288-k215415.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Jaque Mate [Completa]
Roman d'amourMiranda comienza otro año escolar. Todo es normal, excepto los nuevos estudiantes. Su novio los detesta, y el mundo parece detenido por los europeos recién llegados. Por su parte, su padre tomó la decisión de escaparle a los recuerdos dolorosos qu...