.Capitolo Sei.

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Miranda mostró signos de mejoría la semana siguiente al hecho.
Veía cierta lealtad en las matemáticas y, desde que se había enterado lo de Cameron, se devanaba la cabeza resolviendo ejercicio tras ejercicio de ecuaciones y problemas. Estaba rellenando su quinto cuaderno grande y gordo de números cuando Lucía Santana, la eterna enamorada de Santino, se acercó a la mesa donde los Di Paolo estaban almorzando, tratando de levantarle el humor a su amiga, que resolvía los números con una velocidad impresionante, alternando la vista entre el papel y la calculadora científica a su lado.
-Miranda-ella reconoció la voz de la chica antes de tener que verla. Miranda no era una fan obsesa del grupo de Santana, que consistía en tres animadoras que eran hermanas, pero jamás había tenido problemas con ellas personalmente, por lo que solamente no le agradaban por las cosas que hacían si no encajabas dentro de su estereotipo. Miranda no había encajado, pese a que su madre insistía en que debía, y, como no le importaba exageradamente, las chicas habían cesado sus insoportables y constantes persecuciones contra ella. Ciertamente, su nonna la habría matado por eso; siempre le decía lo mismo:
-Si tienes que probar tu valor todo el tiempo, no sé qué demonios haces ahí-Tea, por su parte, sí era su amiga; "amiga", en realidad.
-Lucía, un gusto verte, como siempre-la chica en cuestión tenía el rojo cabello enrulado y atado en una alta cola de caballo, sus ojos verdes lucían divertidos y su uniforme de animadora, pulcramente planchado y lavado, connotaba lo cuidadosa que era con él- ¿puedo ayudarte en algo?
-Nos llegó un rumor. No es exactamente un rumor...-se tomó tanto tiempo en terminar la oración que Miranda comenzó a impacientarse.
-Me gustaría que terminaras la oración en este siglo, por favor-comentó.
-Nos llegó un rumor, y quería que lo confirmaras o denegaras. Si voy a hacerlo público, tengo que saber qué tan confi...
-Entendí, ¿qué quieres que confirme o niegue?
-Nos dijeron que Cameron te dejó porque se acostaron y no le gustó lo que hiciste-Miranda escupió el agua que tenía en la boca. Marco se tensó y Santino desencajó la mandíbula.
- ¿Quién te dijo eso? -inquirió Santino, políticamente correcto y fríamente cortante. Lucía lo miró como un cordero degollado, tragó saliva y sonrió.
-Nos llegó. Las Santana no hablamos de nuestras fuentes.
-Lucía-llamó Miranda-no queremos que el rumor corra como venga, ¿verdad? -Lucía sonrió, siendo consciente de que Miranda no estaba molesta con ella por haberle preguntado, sino con el informador no nombrado pero presente; algo le decía, que había sido su hermana-Lo intentamos-Marco cerró los ojos y suspiró, se pasó las manos por el cabello y miró hacia otro lado. Le supuso un gran golpe oír eso-pero él tenía un...problema diminuto-Marco la miró mientras ella imitaba una distancia de tres centímetros entre su pulgar y su índice. Miró a Santino, quien se reía internamente-no le florecía el tallo, ¿entiendes? -Lucía se rio y le agradeció a Miranda haber aclarado todo.
-Adiós, Santino-dijo, jugando con su cabello.
-Adiós, Lucía-dijo. Ella sonrió y se acercó a darle un beso en la mejilla. Santino lo recibió, pero no le dio otro- ¿qué fue eso? Recuérdame no hacerte enojar, nunca-Miranda sonrió.
- ¡Dijiste la letra! -dijo Marco, contento con que ambos podían pronunciarla medianamente bien ahora y Miranda, pese a que le daba ternura que parecieran niños por poder pronunciar una letra, lo ignoró y le contestó a Santino.
-No molestes a una mujer despechada, te dolerá más a ti que a ella-Santino sonrió. Un chico de la modalidad de Exactas a quien Miranda le había hecho tutorías en el verano para ayudarlo a pasar Química se acercó directo hacia ella.
-Miranda, hola-luego se volteó hacia los Di Paolo presentes y dijo: -hola-ellos respondieron el saludo y el chico dejó un chocolate frente a Miranda.
-Dije que no tenías que pagarme la tutoría.
-Lo sé, pero algo tenía que darte. Gracias, realmente me salvaste-ella sonrió.
-Pues no hay de qué-el chico le tendió el chocolate y luego sacó tres cuadernos grandes de su mochila. Miranda los miró, dudosa.
-Estás con ejercicios de matemática todo el día; en Exactas estamos hasta el techo de ellos, te traje los que ya resolví-Miranda sonrió, agradecida porque sus amigos en esa modalidad la abastecieran de algo que la mantuviera ocupada. Santino miró a Marco, sonriendo levemente mientras masticaba un trocito de pan.
-Pues gracias de nuevo-el chico sonrió y se alejó; se chocó con Kaz en el trayecto y lo miró espantado, como si se hubiera chocado con una eminencia. Miranda sonrió, al igual que los demás. Kaz sonrió con pesadez, como si no tolerara esa situación, se movió un paso y le señaló el camino que había dejado, diciéndole que se fuera. El chico murmuró un "lo siento" casi imperceptible y se alejó. Sonrió hacia Miranda y se sentó a su lado.
-Miri, belleza, te traje un regalo. Para aliviar tu malestar.
- ¿Mi malestar? -preguntó, curiosa.
-Sólo recíbelo-le tendió un chocolate.
- ¡Eres una ternura! -dijo, sonriéndole. Le dio un beso en la mejilla. No lo abrió, pero lo dejó cerca suyo.
-Cameron me preguntó por ti-Miranda lo miró.
- ¿Qué preguntó?
-Podría haberlo oído si no lo hubiera golpeado-los labios de Miranda se despegaron levemente, sorprendida-no fue un golpe fuerte.
- ¿Por qué lo golpeaste?
-Soy amigo de él por ti, Miri, no por él...Si él hace estupideces, tiene que tolerarlo-Marco sonrió de costado y chocó el puño con Kaz-tengo que irme, ya tenemos un examen de física planeado... ¿vienes, Marco?
- ¿Ya estás preparándote?
-Tú eres el único malnacido que puede aprobar física sin estudiar-Marco sonrió, divertido.
-Es cierto-accedió, egocéntrico.
- ¿Quién era el chico? -Kaz miró al chico al que Miranda había preparado, que lo miraba perdido.
-Según sus amigos, un negado gay al que le gusto-Santino sonrió, y Marco le dirigió una segunda mirada; su hermano le corrió el rostro, indicándole que no lo hiciera.
-Santino te acompaña en el sentimiento-Kaz lo miró, divertido.
- ¿Qué? -Santino se pasó la mano por el cabello, divertido.
-Un chico estuvo enamorado de Santino por como...cinco o seis años, creo que aún lo está-dijo en tono de pregunta hacia su hermano. Él asintió.
-Este fue un gran descubrimiento-Santino sonrió con la excesivamente pronunciada r.
- ¿Examen de física dijiste? -Kaz hizo una mueca que denotaba que lo había olvidado.
-Cierto, bien, princesa, nos vemos-le dio un beso en la cabeza, chocó el puño con los dos hermanos Di Paolo y se alejó con Santino, que iba a arrojar la poca comida sobrante.
-Miri-llamó Marco. Ella lo miró, sonriente, fingiendo no haber observado detenidamente el chocolate blanco como si fuera a morderla-estaba pensando que podíamos hacer algo...solo nosotros.
-Bueno, la verdad pensaba deprimirme toda la semana, pero suenas más tentador. ¿Qué tienes en mente?
-No tenía nada en mente, en realidad.
-Eres un genio, realmente, Di Paolo-dijo, divertida-bueno, se estrenó una película el jueves, puedes venir a buscarme mañana y la vemos-Marco asintió.
- ¿A qué hora?
-La hora que se te ocurra. Podemos ir luego de clases.
-Es cierto, tenemos clases.
-Es lunes-dijo, sonriendo. Cameron entró en la cafetería, con una leve cortadura en el ojo derecho-dijo que no fue un golpe fuerte-dijo, estirando la espalda. Alerta. Marco le tomó la mano.
-Kaz es tu amigo y él se lo merecía-Miranda redondeó la espalda y asintió. Era cierto, se lo merecía-Miri, prueba el chocolate. Te gusta el chocolate blanco... ¡y tiene oreo! -Miranda sonrió y negó.
-Lo...lo comeré luego.
Alex entró y fijó sus extraños ojos violetas en ella.
- ¡Miri! Vienes hoy, ¿verdad? Porque contaba contigo.
-Alex, tranquila. Prometí ir, y eso es un asegurado.
- ¡Gracias! -exclamó Alex, levantando un poco los puños en el aire, agradecida.
-De todas formas, el director no me dejó muchas opciones.
-Ya lo tienes, chica-dijo, apoyando una de sus manos en la mesa-Marquito, bonito.
-Dime, princesa-dijo, volviéndose hacia ella. Alex frunció el rostro ante el apodo.
- ¿Puedes ayudarme con Física?
-Por supuesto. ¿Cuándo y dónde?
- ¿En mi casa, mañana luego de clases?
-No puedo mañana. ¿Pasado?
- ¡Te amo! -dijo, y lo abrazó con efusividad. Miranda se rio.
-Envíame un mensaje, de todas maneras-Miranda notó que lo contentaba sobradamente poder pronunciar correctamente la J en "mensaje"; luego de tanto enseñarles a pronunciarla, le gustaba que les saliera.
-Claro. ¿Vienes con Miri hoy?
- ¿A dónde voy? -preguntó, mirándola.
-Alex me pidió que me sume al equipo de hockey. Siempre quise intentarlo, no me costó mucho decidirme-Alex se acercó al oído de Marco y susurró, muy cuidadosamente, para que Miranda no la oiga:
-Con falda corta y ajustada, Marco-él la miró, divertido.
- ¡Eres perversa! -Alex se rio.
- ¿Vienes? -él la miró, específicamente diciéndole que, con lo que acababa de decirle, ya lo tenía comprado...había comprado toda la semana de Marco si lo así lo quería.
-Por supuesto-dijo, mirando muy fijamente a Miranda. Ella sonrió medianamente, demasiado perdida en su mente como para notar la connotación privada tras esa mirada.

Jaque Mate [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora