Marco entró en su habitación, dos días después de que Santino le dijera a Giuli que le gustaba, y se encontró a Miranda dentro; sentada en el medio de la cama, mirando atentamente la puerta, molesta, analizándolo con los ojos entrecerrados como si quisiera cortarle la yugular con sus propias uñas esmaltadas en manicura francesa.
-Pasé por esto. Ya pasé por esto, Marco.
-Lo siento, ¿qué?
-Pasé por esto-dijo, enmarcando totalmente cada sílaba, mostrando su molestia. Marco no sabía qué había hecho, pero, evidentemente, era malo-y vengo a pedirte que me lo expliques justamente porque eres tú.
- ¿Podrías...decirme qué hice? -Miranda se levantó y le tendió el teléfono. Realmente la foto que le mostraba era algo que se podría haber esperado.
-Confiaba en ti, Marco... ¿por qué demonios hici...? ¿Sabes qué? No, explícamelo.
-Bien-sentenció- ¿vas a sentarte?
- ¿Cómo? ¿Tu excusa para besarte con tu examante es muy larga?
-No, pero estás alterada.
-Dímelo, ¡maldita sea!
-No te engañé si eso es lo que crees. Entiendo, es lo que parece, pero no es lo pasó. Me llamó, desesperada, llorando. Pensé que algo le había pasado; realmente lo siento, Miri.
-Estás disculpándote... ¡¿por qué estás disculpándote?!
-Lamento que te enteraras así. No te engañé. No fueron ni dos segundos dentro del armario. Santino estaba conmigo...pregúntale si quieres-Miranda le lanzó un almohadón, que Marco tomó en el aire-Miranda, por favor, cálmate.
-Llama a Santino. Llámalo, ahora mismo-Marco obedeció y Santino apareció con rapidez. Miranda, de todas formas, estaba molesta con él; haber hecho llorar a Giuli por primera vez desde que ella la conocía costaba caro en Miranda, y estaba molesta. Santino miró a Marco, preguntándole sin palabras si podía decirle la verdad- ¡No lo mires a él, mírame a mí! -él obedeció-dime qué pasó cuando Marco fue a ver a Valeria-Santino volvió a mirarlo, sólo una milésima de segundo, suficiente para que Marco asintiera, diciéndole que le contara y para que, a su vez, Miranda no pudiera decirle que la mirara. Él desembuchó.
-Valeria llamó a Marco, llorando, desesperada, diciendo que su pareja la había golpeado. No quería ir solo, así que fui con él. Se lo llevó aparte y Marco volvió a salir a los dos segundos...o al minuto, luego de estar gritándose un tiempo...-Miranda miró a Marco y él se rascó la nuca, incómodo-sólo eso.
- ¿Qué crees que es esto, Santino? -le tendió el teléfono. Santino miró la foto y luego a su hermano; él negó. Santino le tendió el aparato de nuevo a Miranda.
-No tienes agendado el número. Cameron y Valeria se aliaron hace rato para separarlos. Unan dos más dos-miró a Marco y le dijo con los ojos que alejaría a todos de la casa para que, si tenían que pelearse, lo hicieran. Y, si tenían que reconciliarse, también pudieran. Por lo regular, Marco no quería hacer nada en la casa porque entendía que era irrespetuoso hacerlo dentro de las mismas paredes donde vivían sus padres...pero no le hacía asco a nada. Él asintió, agradecido. Santino frunció los labios-yo me encargo. Tu arregla esto-cerró la puerta, dejando a Marco solo con la chica sentada en la cama, con los codos en las rodillas, sosteniéndose la cabeza. Se acercó y se acuclilló delante de ella.
-Miri...
-No me toques-dijo, sin moverse. Marco se movió lo justo y necesario para no tocarla, porque, en realidad, no se alejó. Levantó la mirada y tenía los ojos llorosos- ¿aún sientes cosas por ella?
- ¿Qué?
-Pregunté si aún sientes cosas por ella. No me quedan más opciones. Me tenías aquí, esperándote. Pero...no lo sé, Marco, te pusiste mal cuando la viste en el cumpleaños de tu madre, la besaste en la escuela, fuiste a verla cuando te llamó siendo que estabas conmigo... ¿aún sientes cosas por ella? ¿Aún la quieres? ¿Aún te produce cosas? -se levantó cuando notó que él no contestaba- ¡Contéstame, Marco, maldita sea! ¡Te hice una pregunta! -él la siguió y se enderezó.
-No, Miri, nada de eso. Realmente no siento nada por ella. Me puse mal en el cumpleaños de mi madre porque hacía dos años que no la veía y cayó de repente frente a mí, hizo las cosas que yo extrañaba. La besé por un contrato, que te parecerá estúpido, pero realmente lo valió. Y sí, fui a verla porque realmente me preocupó la situación. Le tengo respeto a lo que viví con ella, a lo que me enseñó. Sigue siendo una persona. Una persona despreciable, pero una persona, al fin y al cabo.
-No, pero a eso me refiero. ¿Cómo sé yo que no vas a simplemente dejarme si te lo piden por un contrato? ¿Cómo sé yo que realmente no la quieres, que no la extrañas? ¿Cómo puedo estar segura?
-Miranda, ¿no ves mis ojos? Mírame, te estoy hablando en serio-le tomó las dos manos y las plantó en el aire, a los costados de su rostro-Mírame-Miranda lo miró, muy detenidamente- ¿realmente crees que podría dejarte? Te amo. Realmente no paré de pensar en ti en todo el viaje. No podría dejarte, menos por un contrato. Estaba soltero y realmente sabía que no me mentiría con una cosa así. Cabía la posibilidad de que no fuera verdad....con ella nunca se sabe, pero no jugaría conmigo así.
- ¡Pero lo hizo! ¡Lo hizo! ¡Contigo y también conmigo! ¡Hizo lo que le pintó contigo, conmigo, con quién eres! ¡No le interesa absolutamente nada, te llama y sales corriendo a verla! ¿Qué quieres que crea? ¡¿No eres consciente de que te embauca en cuanto puede?! -Marco no pensaba dejar que ella siguiera gritándole.
-Miranda...Miranda, ¡cálmate, Miranda! -ella lloraba y lo miró-te entiendo. Entiendo lo que parece y entiendo que fue una estupidez. Entiendo, también me pasaría si fueras tú. Entiendo cómo se ve, pero me conoces; te conté mi historia con ella, te conté lo que hizo, sabes lo que me generó. ¡Incluso sé que mis amigos te contaron la historia entera!
- ¡Marco, maldita sea! -se puso las muñecas en los ojos, se detuvo, suspiró y lo miró: - ¡Me duele esto! -él quería quitarle la tensión hasta de las pestañas, pero la dejó terminar-Entiendo que tienes todo...-dijo, señalando la cama detrás de ella. Marco no entendía a dónde iba, pero sabía que venía largo y tedioso-...en ella. ¡Soy consciente de que sabe, que es buena, que te conoce, que sabe qué y cómo te gusta y yo no! ¡Lo entiendo! ¡Maldita sea lo tengo claro! -dijo, llevándose las muñecas a la frente, furiosa. Con Marco, con Valeria...consigo misma, siendo que era consciente de que no había hecho nada malo- ¡entiendo que tocó cada pedazo de ti y que no era sólo física la cosa! ¡Tuve sueños de eso desde que te fuiste a Milán, no sé por qué! -Marco realmente no sabía que la estaba pasando tan mal, ella no se lo había planteado-y lo detesto. Pero, detesto que se abuse de eso y que tu respondas...-se detuvo, suspiró de nuevo y lo miró intensamente. Se mordió el labio y se tragó sus lágrimas-te amo-él la miró, frunciendo el entrecejo. Realmente no esperaba eso- ¿cómo crees que me siento si me doy cuenta de que te amo, de que quiero estar cada maldito segundo del día contigo y recibo una foto de ti con tu ex amante la que sé que te desquició por tres años, la que fue tu completa dueña durante mucho tiempo, la que hizo de todo contigo? ¡Halagaron tu maldita calidad de amante y soy consciente de que todo te lo enseñó ella! ¡Tú lo dijiste, ella lo dijo! Yo no... -tragó saliva, se quitó las lágrimas del rostro y se lo cubrió con las manos; se lo descubrió con violencia y comenzó a señalarse cuando hablaba- ¡Soy yo, soy virgen, no soy ella, no sé qué hacerte ni qué...! -Marco la detuvo, besándola. Miranda contestó, llorando. Las manos de él se apoyaron en su cuello, apretándola contra su cuerpo.
-Miranda-apoyó su frente en la de ella, que se negaba a tocarlo pese a haber respondido ese beso con anhelo y lengua incluidos-lo siento. En serio lo siento. Estuve luchando por ti durante mucho tiempo. ¡No me interesa si eres virgen, no me interesa si ella me quiere, no me interesa absolutamente nada más que tú! Sé lo que parece, lo entiendo. Realmente lamento haberle respondido, soy consciente de que debí escuchar a Santino, de que no debería haber ido. ¡Lo siento, realmente lo siento! -ella se alejó y volvió a sentarse en la cama, con los codos en las rodillas y las manos restregando su rostro. Marco se acuclilló delante de ella.
- ¿Realmente crees que Cameron es el responsable de esto?
-Puede ser, no lo sé. Tú dime.
- ¿Sabías que se habían juntado para separarnos? -Marco asintió, escondiendo el rostro, mirando hacia el piso. Miranda suspiró- ¿por qué no me lo dijiste? Esto se podría haber aclarado con esa preparación.
-Aún no lo superabas...Miri, cometí muchos errores, lo sé; pero no hice nada que no creo que hubieras hecho tu-Miranda abrió los ojos exageradamente.
- ¡Discúlpame! Si Cameron me llamara mañana, diciéndome que la novia lo golpea, yo no me metería. Estás mayorcito, amigo, cuídate solo.
-No hablo de eso. No me arrepiento de haber ido-no iba a justificarse, porque Miranda, de todas formas, no estaba interesada en las excusas-me refiero a no presionarme sabiendo que estaba sufriendo.
-Bien, consiento que no me engañaste... ¿me juras que no volverás a ir corriendo con ella si vuelve a llamarte? -Marco no se creía suertudo porque lo hubiera perdonado, pero entendía que lo estaba insultando por la misma razón por la que él mismo se reprendía: haber caído nuevamente con Valeria.
-Miri, por supuesto que te lo prometo-para Marco, jurar no servía de nada, las promesas tenían más peso y Miranda lo sabía-Podrías obligarme a tomar un voto de castidad y lo tomaría sólo para dejarte contenta-Miranda se rio levemente.
-Pues, te tomaré la palabra-se recostó en la cama y le pidió que fuera con ella, que la acompañara. Él obedeció-recuéstate conmigo. Ya veremos qué hago luego.
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Jaque Mate [Completa]
Roman d'amourMiranda comienza otro año escolar. Todo es normal, excepto los nuevos estudiantes. Su novio los detesta, y el mundo parece detenido por los europeos recién llegados. Por su parte, su padre tomó la decisión de escaparle a los recuerdos dolorosos qu...