.Capitolo Quindici.

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La gente corría alrededor de la sala donde se desarrollaría el cumpleaños de Leonor con tanta velocidad que Miranda tenía que correrse a cada rato del camino de otra persona. Su madre había accedido a ayudar luego de que ella le había rogado que lo hiciera...y su única colaboración habían sido contactos, dado que se negaba rotundamente a ver a los Di Paolo.
Miranda estiró el cuello para destensar los músculos de su nuca y se alisó el vestido. Los Di Paolo estaban todos pulcramente vestidos a los pies de la escalera, y ella no podía quitar sus ojos del trajeado Marco. Cierto, siempre que podía usaba traje, pero en esta ocasión...lucía distinto. Estaba peinado, su colonia era quince veces más atractiva y tenía las manos en los bolsillos de los pantalones. Brina estaba tomándoles fotos desprevenidos a sus dos hermanos, que estaban parados en la escalera, charlando, luciendo magnánimamente atractivos.
Miranda alisó la tela que cubría su cuerpo nuevamente, para calmar los nervios bullendo en su estómago: llevaba el vestido largo, de color negro y tenía, en un tono dorado opaco, una parte con arabescos cubriendo las mangas y algunos en los bordes del escote corazón y del final del vestido. Los tacones dorados eran de Giuli, al igual que la joyería. El vestido era lo único de su vestimenta que era suyo, dado que su padre se lo había comprado. En realidad, Miranda estaba segura de que la elección había sido de Coco, pero prefería no decirle nada a su padre, para que creyera que ella pensaba que él tenía cualidades como comprador de vestidos. Su cabello enrulado tenía una trenza de costado y llevaba un collar que Giuli había insistido en que era bisutería, pero que Marco no dejaba de mirar como si valiera una fortuna. No estaba del todo segura.
Leonor la llamó.
- ¿Todo bien, agasajada? -preguntó, sonriendo. Leonor parecía nerviosa.
-Miri, realmente hiciste un trabajo impresionante.
-Mi madre ayudó-dijo, restándose importancia otra vez-luces nerviosa, ¿estás bien?
-Estoy perfecta-aseguró- ¿tienes...tienes idea de si los Bitalli vienen?
-No creo que vengan, Leonor, no realmente-Leonor pareció respirar, tranquilizándose. Apoyó las manos en su estómago, sobre el vestido crema con bordes y mangas de grueso encaje- ¿por qué los invitas si te preocupa que vengan?
-Porque realmente quiero apaciguar las aguas. Es horrible creer que le arruinaste la vida a alguien.
-No le arruinaste la vida a nadie, Leonor...no fue culpa tuya lo que te pasó-aunque Miranda no sabía si realmente le hablaba a Leonor o si se lo decía a sí misma, pero, de todas formas, creía que la segunda opción era la más acertada dado que realmente no conocía toda la historia.
-Miranda, tú tampoco tienes por qué dejar que alguien te arruine la vida-ella la miró y sonrió.
-Por suerte para mí, ya no duele tanto...haberlo amado.
- ¡Miri! -llamó Brina, acercándose con una cámara colgada del cuello. No había comenzado la fiesta y ella ya había comenzado a tomar fotografías, la razón por la que siempre tenía las mejores fotos de todo evento al que asistiera-mamá, ¿crees que podrías...? -la estaba, tan abiertamente, invitando a irse que Miranda pensó que había hecho algo.
-Por supuesto, señoritas.
- ¿Qué pasó? -preguntó volviéndose hacia ella en cuanto pudo.
-Tengo que hablar contigo, es urgente.
- ¿Qué tienes? -preguntó, preocupada.
-No logré congeniar con nadie en la escuela. O estoy con Fabrizio o estoy sola y...y realmente no supe qué hacer. Necesito que tengas eso presente cuando te cuente lo que sucedió-Miranda entrecerró un ojo, no muy segura de cómo reaccionar ante lo que Brina decía-me acosté con un profesor.
Al principio Miranda no entendió del todo las palabras, pues las había dicho tan rápido que no entendió la separación en ellas, y luego, la obligó a repetirlo.
-Me acosté con un profesor-Miranda dejó a su cerebro asimilar lo que Brina estaba diciéndole y casi lanzó un grito, pero Brina la calló antes de que pudiera hacerlo- ¡cállate!
- ¿Tienes idea de la ilegalidad que hiciste? -Brina la miró como si, de todas las salidas que Miranda hubiera podido tomar, esa fuera la más impensada.
- ¿Eso es lo único que te importa?
-Brina, estás rodeada de personas todo el día... ¿cómo fuiste a terminar con un profesor? -la detuvo antes de que comenzara a hablar- ¿sabes qué? No me digas, no lo quiero saber. ¿Qué harás si se entera alguno de tus hermanos?
-Ninguno lo sabrá, juro que fue sólo esa vez-Miranda se cruzó de brazos.
-Brina, si fuera sólo esa vez, no me lo estarías contando.
- ¡Miranda! -llamaron. Miranda maldijo en voz baja.
-Esta conversación no se ha terminado.

Jaque Mate [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora