.Capitolo Quarantatré.

29 2 2
                                    

Giulietta soltó un gritito emocionado y Miranda tuvo que callarla. Por supuesto, era la primera persona a la que le decía que, finalmente, se había acostado con Marco. Había aprovechado que tenía cita con el ginecólogo y que su amiga la acompañaba para contarle por qué había pedido una cita en primer lugar. La situación había sucedido hacía dos días, pero Miranda quería estar segura de todo.
- ¡Cuéntame detalles!
- ¿De qué detalles estás hablando, loca compulsiva? No voy a contar...me pasó la lengua-Giulietta sacudió momentáneamente el rostro, confundida.
-Miri, eso se llama sexo oral. Felación, si lo quieres decir elegantemente.
- ¡Dios, que feo suena!
-Suena peor decir que te pasó la lengua como si fueras una paleta-sentenció, divertida. Miranda apretó el almohadón contra su rostro y se dejó caer detrás de ella, en la almohada- ¿hace cuánto se acostaron?
-Dos días
- ¿Hablaron del tema?
-Si.
- ¿Volvieron a hacerlo?
-Ayer, sí. Dos veces.
- ¡Wow! Te volviste una máquina.
-Cállate, por favor.
- ¿Dónde? No creo que en su casa, Santino estuvo ahí todo el día.
-Si no vas a estar con él, por la razón que sea, deja de preguntarle dónde está o qué está haciendo.
-No puedo evitar hablarle. Todo el tiempo quiero hablarle.
-Entonces no tienes por qué evitarlo. Pueden mantenerlo en privado hasta que lo de tu hermana se arregle. Una vez que eso pase, podrán estar juntos eternamente.
-No eres la primera en proponer que sea secreto. Valentino lo dijo, Gio lo dijo...hasta Ghala lo dijo.
-Es la única opción que tienen si realmente quieren estar juntos. La situación cambia si no quieren...que no es el caso-Giulietta suspiró.
- ¿Podemos volver a ti?
-Claro-cedió. Ya habían mantenido esa conversación en más de una ocasión y, realmente no llegaba nunca a buen puerto: o terminaba llorando o histérica o molesta y Miranda no quería que terminaran así las cosas, no de nuevo y no hasta que no supiera del todo cómo abordar el tema- ¿qué más quieres saber?
- ¿Cómo fue que decidiste que querías que pasara?
-Tú también te acostaste con alguien...
-Te conté que no recuerdo mi primera vez-Miranda lo había olvidado.
- ¡Oh, lo siento! Lo olvidé. Perdón, me callo-Giuli se rio.
-Está bien, Miri. No voy a matarte. Continúa.
-No lo sé. Cuando lo vi fuera de la escuela, el día que volvieron, entendí que lo amaba...cuando vi la foto de Valeria y él, fue más que claro que lo amaba. Me sentía tan mal, tan triste pensando en un engaño...fue tan horrible. Cuando me explicaron lo que pasó, no me quedó más que tenerlo cerca diez minutos para entender que quería eso.
-Bueno, eso es algo maravilloso. Muy bonito. ¿Dolió, molestó?
-Molestó al principio...molesta menos y disfruto más con el paso de las ocasiones-Giuli sonrió.
- ¿Le mostraste la lencería que compraste?
-No aún...siempre lo olvido. Supongo que algún día que esté aquí.
-Entonces sí se acuestan en sus habitaciones.
-En la suya la primera vez...luego fue aquí.
- ¿Cuándo les dio tiempo de acostarse aquí? Tu hermana está cerca de parir, tú estás siempre perseguida por Cameron; ninguno de los dos sale de la casa, ¿cómo conseguiste eso?
-Tenían cita con el obstetra y se quedaron más de lo estipulado.
-Que forma de aprovechar el tiempo-Miranda se encogió de hombros y apagó la alarma del teléfono cuando sonó.
- ¿Vamos?
-Vamos.

-----------------------------------------

Miranda volvió a su casa y Cameron la recibió, dado que estaba sentado en el sofá, cubriéndose los ojos con el brazo. Quería arrancárselo. Se acercó y le quitó la molestia de los ojos.
- ¿Molesto? -dijo, sonriéndole con condescendencia-oh, lo siento.
- ¿Qué tienes hoy? ¿Rompiste con Di Paolo y estás tensa?
-Justamente de eso quería hablarte-lo levantó y lo abofeteó-como vuelvas a meterte en el medio, pienso abofetearte tan duro, ¡tan duro, Cameron, te lo juro! ¿Estoy siendo clara?
-Estás siendo exageradamente clara, ¿puedo preguntar qué hice? -Miranda buscó la imagen y se la enseñó- ¿por qué estás abofeteándome a mi si el que te engañó fue él?
- ¡Porque tú me engañaste, tú jugaste con la persona que es él, tú y la maldita de Valeria!
- ¿De qué demonios estás hablando? ¿Quién es Valeria?
-Por el bien de nuestra maldita convivencia obligatoria, Cameron, dime la verdad: ¿fuiste tú?
- ¿Si fui yo qué?
-No me obligues a abofetearte de nuevo. Fueron ustedes los que planearon esto. ¿Tan desesperados están? Es patético.
-Miri, yo no tengo la culpa de que haya vuelto corriendo a los brazos de Valeria simplemente porque tú no estabas cerca-la confianza con la que la nombró le dijo todo lo que tenía que saber.
-Nombraste a Valeria con demasiada confianza como para no conocerla.
-Si porque...porque tú la nombraste.
-Claro, porque yo la nombré, ¿con quién demonios te crees que estás hablando? Dime la verdad, mantén un poco de dignidad si es que te queda algo.
- ¡Miranda! -ella resopló, indignada, ante el grito de su madre, que usó la conversación de disculpas que habían tenido como papel higiénico y siguió comportándose como una...bueno, como ella. Miranda era consciente de que hubo una conversación con su tía en Italia que tuvo que ver con la perspectiva de su madre en si se quejaba del Grupo Emperador o no, pero, dado que no le había comentado nada, Miranda no tenía claro ni por qué ni cómo- ¿qué es todo ese alboroto? ¿¡Puedes callarte!? -Miranda hizo una mueca de indignación incluso peor que la anterior.
- ¿Qué yo me calle? -de todas formas, prefirió callarse. Estaba gritando por nada, estaba discutiendo por algo que ya se había aclarado-Cameron, no me lo digas ahora; de todas formas, no cambiaría nada. Ya no te amo, no te quiero cerca de mí, ni de Marco ni de nuestra relación, ¿me expresé con claridad?
-Como siempre.
El asunto, el colapso mental de Miranda si se quería, fue durante la cena. Estaban todos sentados en su lugar, tensos, algo molestos y cansados; el ambiente estaba tan cargado de tensión que Miranda podía sentir la densidad de las partículas moviéndose a su alrededor, mezclándose con las del aire, que a ella le parecía escaso, cuando su madre le dijo:
-Miranda, hoy recibí una llamada interesante-por supuesto, su madre seguía creyendo que si la abordaba durante un momento con personas presentes, ella respetaría la situación y la jerarquía familiar de su madre y se callaría, como la nena obediente y buena que había sido desde la muerte de su nonna. ¡Que equivocada estaba la señora!
-No es muy interesante si tardas tanto en contarla, evidentemente.
-Llamaron de la obra social-ya sabía que tocaría tres temas que su madre podría llegar a abordar: en primera instancia, la cita con la terapeuta en donde le avisaban lo que ella ya sabía, que era que Emilia estaba de vacaciones y no volvería hasta dentro de unas semanas. En segunda instancia, la cita con el oftalmólogo que le vería la vista. Pero, dado que esas dos opciones le parecían tan poco probables como que pudiera sobrevivir a un baño de ácido, se decantó por la tercera opción: la visita al ginecólogo.
- ¡Que interesante! ¿Eso era todo?
-No te hagas la idiota, sabes de qué te estoy hablando-Miranda estaba tan pero tan cansada de que se pensaran que era una niña inmadura que no entendía nada de la vida que la picoteó hasta que su madre contestó.
-No tengo ni idea de qué estás hablándome, ¿serías tan amable de decirlo, por favor? -Cerebro, deja salir a la Miranda madura, no impulsiva, irónica y cerradora de bocas.
-Hablaron de una cita con un ginecólogo, ¿tienes algo que contar?
-Mi pregunta es: si sabes lo que pasó, ¿para qué lo preguntas?
-Contéstame.
-Fui a un ginecólogo...según tú, sólo hay una razón por la que podría querer ir a uno-su madre dejó los cubiertos con violencia sobre la mesa y se cubrió los ojos con las manos.
- ¡No lo puedo creer! -se descubrió los ojos con el mismo ímpetu con el que dejó los cubiertos sobre la mesa-Tanto que hablé contigo, ¡tanto que te dije sobre no acostarte con desconocidos!
- ¿Entiendes que lo que estás diciendo es una estupidez o tengo que aclarártelo? ¿De qué "hablar" estás hablando? ¡Jamás hablaste con nadie sobre este tema, creías que era innecesario! No inventes cosas, Vita, si yo no estaba con Cameron, para ti, todos los hombres, aunque los conozca desde hace veinticinco años, eran desconocidos. ¡Creí que lo conocía y me engañó! -dijo, señalando a Cameron al otro lado de la mesa-no proyectes cosas que a ti te pasaron. ¿No lo enamoraste? ¡No es mi culpa! -su madre estaba tan sorprendida con la contestación que se negó a comentar nada más.
-Miranda, vete. No te quiero en esta casa.
-No te hagas absolutamente ningún problema. No pienso quedarme.


---------------------------------------------

¡Hola!
Si les gusta, comenten y voten, realmente me ayudaría mucho.

Muchas gracias.

Jaque Mate [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora