Jaque Mate [Completa]

.Capitolo Cinquanta.

Giulietta despertó sin saber ni dónde estaba, ni con quién, ni qué demonios había pasado, hasta que vio a Miranda dormitando a su lado, con la cabeza acostada sobre la camilla, a la altura de su cadera. Le acarició el cabello y ella reaccionó automáticamente.
-Hola-dijo, levantándose- ¿cómo te sientes?
-Sé que tiene que ver con mi hermana... ¿qué le pasó a mi hermana? -Miranda miró hacia la cama.
-Encontraron su cuerpo en el derrumbe-Giulietta, además de no lamentarlo, estaba aliviada.
-Bien, ¿qué tengo? -preguntó, enderezándose y llevándose una mano a la cabeza.
-Tenías tres tipos de drogas en el cuerpo; algunas para excitarte y una para dormirte. No saben con qué fin lo hizo, pero tenían que desintoxicarte. Estuviste en coma durante dos semanas.
- ¿Estuve en qué...? -el contador de los latidos del corazón se aceleró. Miranda se movió hacia el otro lado y Giulietta tuvo una sacudida de terror. Se le sacudió el corazón, se le tensaron los dedos de la mano y se le llenaron los ojos de lágrimas-No te oigo. ¡Miranda, no te oigo! -en realidad, si la oía, pero un fuerte zumbido la tapaba.
-Giuli...Giuli, tranquila, ¡escúchame! -dijo, sentándose a su lado y abrazándola-es temporal, tranquila. La médica te hizo estudios, está todo normal. Además de la droga, que tu cuerpo está eliminando bien. Lo extraño es que tu hermana hizo todo intentando lastimarte, pero lo menos posible, ¿se entiende? Te puso un nivel de drogas suficiente para no generar adicción, pero sí para que cumpliera su efecto...
- ¿Qué...qué tengo?
-No recuerdo el nombre, pero tranquila, se irá con el tiempo. Tiene tratamiento. Giuli, ¡Giuli, tranquila! Estás bien, ahora estás viva y bien, despierta.
- ¿Cómo...cómo está Santino?
-Santino está bien-Giulietta suspiró, aliviada-Lo único que tenía era una droga para dormir, que se la inyectó mientras estaba dentro de la fábrica. Un componente de la droga le hizo una reacción alérgica y tuvo una cirugía complicada, pero ya está perfecto, como que le levantó el azúcar...-Giulietta se tensó, y abrió los ojos del todo. Miranda se apresuró a calmarla-hace dos semanas, Giuli, él está bien. Camina y está todo bien, el moretón del ojo está prácticamente curado, ya casi no se ve.
-Tengo que verlo. ¡Maldita sea, quiero verlo! -ella la detuvo.
-Quédate quieta, Giuli. Tranquila, él está en perfecto estado, haciendo tarea con Marco, Cameron y Tea en la sala común-Giulietta se detuvo ante la sorpresa que le supuso que hubiera nombrado a sus primos.
- ¿Puedo caminar?
-Puedes caminar...tranquila. Lo que el médico te pide es que te tomes tu tiempo para relajarte. Tendrás que hacer todo tranquilamente-alguien abrió la puerta y Giulietta reconoció a su padre.
- ¡Despertaste! -dijo, exudando alegría.
- ¿Qué haces tú aquí? -preguntó. Su padre lució una mirada dolida ante sus palabras y su tono; Giulietta se sorprendió.
-Miranda, ¿puedes...puedes salir? -ella miró a Giulietta, que asintió. Miranda sonrió, otorgándole confianza y salió- ¿estás bien? ¿Cómo te sientes?
-Bien. Estoy...oigo un zumbido...podría ser peor.
-Pensé en enviarte a un terapeuta...por...por esto. Si no quieres lo entiendo, pero...
- ¿Por qué te importa?
-Sí me importas, Giulietta, por favor.
-Bien, cambiaré la pregunta, ¿por qué finges que no te importa?
-Es una larga historia.
-Todo lo que tengo es tiempo.
-No sé qué quieres que te diga.
- ¿Hablas en serio? ¡Me mentiste toda mi maldita vida! -la máquina que controlaba sus latidos comenzó a emitir una sucesión enloquecida de bipidos señalando que se le aceleraba el corazón. Su padre se levantó y le puso una mano en el brazo, intentando calmarla. Giulietta suspiró, tratando de relajarse- ¿alguna vez...alguna vez te importó algo de mí? Lo que sea.
-Giulietta, eres lo mejor que me pasó en la vida-ella se atragantó con la saliva-no podía dejar que te fueras y te sintieras mal por no estar con nosotros. Creí que...creí que fingiendo que no me importaba te evitaba cargas.
- ¿De qué cargas me estás hablando? ¡Me sentí sola toda mi vida! Ghala no estaba, no tenía un padre para llamar, no tengo una madre ni que reaccione.
-Entiendo que es difícil de entender; tal vez, cuando seas madre, lo entiendas de otra manera...
- ¡Tendrías que haberla encerrado, no haberme enviado lejos! Yo jamás fui el problema.
-Entiendo eso...si quieres que sea honesto, formas de resolver eso había un millón.
-No me digas-murmuró con ironía, mirándolo entrecerrando un ojo, molesta-Federico, no quiero tener nada que ver contigo. No quiero verte, no quiero oírte, no quiero...no quiero nada contigo-su padre suspiró. Tenía los ojos vidriosos. Giulietta tenía recuerdos bonitos de su infancia, cuando él era un padre normal, pero...diez años de vida diciéndole que a él no le interesaba nada, no iban a abandonarla; menos de un día para otro.
-Bien. Tal vez...algún día te interese-se levantó, dispuesto a dejarla dormir-es un buen muchacho-ella lo miró-Santino. Es inteligente, determinado...es una gran opción no le digas a nadie que dije eso-ella sonrió porque concordaba con eso, no por él, pero a su padre realmente no le interesó excesivamente.
-Lo es.