Capítulo 2

176 13 74
                                    

Con la cabeza dándole vueltas y las sienes a punto de estallarle trató de abrir los ojos pero fue casi misión imposible ya que la luz que entraba por el ventanal estaba por dejarla ciega. El sonido de la puerta abriéndose y una bandeja llena de cosas a punto de caerse la obligó a abrirlos, su mejor amiga  se acercaba a la cama y ella simplemente cerró los ojos nuevamente porque la resaca que tenía en ese momento no le permitía más.

—Shhhh ¿me quieres matar? —se enderezó en la cama recostándose  al espaldar mientras su mejor amiga colocaba la bandeja sobre sus piernas.

—Lo siento, no es mi culpa que en la fiesta de ayer hubiera tanto alcohol —replicó encogiéndose de hombros.

—Te vi tomando muy feliz, es más te ves demasiado alegre para tener resaca —viendo un punto fijo se quedó pensando en la noche anterior y todo lo que había pasado. Algunos flashes aparecieron en su cabeza pero había partes que simplemente eran espacios en blanco.

—Bueno ya sé que no cocino muy bien pero es lo único que te dará energía a esta hora —la voz de la castaña la hizo volver al presente y fijó su mirada en lo que tenia sobre sus piernas.

—¿Es en serio Paulina? ¿Una banana, un café y un suero hidratante con dos aspirinas? —rodó los ojos y la sonrisa tímida y avergonzada de su amiga la hizo callarse, adoraba a Pau pero era un hecho que para cosas relacionadas a la casa no servía —. Mejor dime ¿todos se fueron?

—Sip, todo está recogido y aseado, tus padres ni sospecharán que hubo una fiesta en su casa.

—¿Cómo que todo recogido? pedí que vinieran a arreglar todo al mediodía —con rapidez hizo que el líquido rosa bajara por su garganta logrando sentirse un poco mejor, las siguientes fueron las aspirinas que gracias al cielo empezaban a hacer efecto.

—Son las dos de la tarde amiga —a punto de escupir el trozo de fruta que tenía en la boca miró a su amiga quien la observaba divertida —. Creo que esta vez sí se te pasó la mano Maca.

—Ya ni me digas que es más lo que no recuerdo que lo que recuerdo, tengo demasiados momentos de la noche borrados —cerró los ojos apretando sus sienes, sentía la cabeza a punto de estallar.

—¿Y qué es lo último que recuerdas?

—Pues déjame pensar... —cerró los ojos y trató de recordar lo sucedido la noche anterior  —Estaba buscándote por la casa y luego te vi muy a gusto conversando, me dirigí a la barra por un trago cuando vi a alguien que no conocía y...

—¿Y? —preguntó insistentemente Paulina

Cerró los ojos, pidió para sus adentros que no fuera lo que estaba pensando y acto seguido se escondió debajo de sus sábanas, cerró sus ojos y maldijo para sus adentros tirándose de nuevo en la cama.

—¡ERES LA PEOR AMIGA PAULINA! —bramó mientras se quejaba, colocó un cojín sobre su cara y gritó dejando salir toda su frustración.

~

Bajó las escaleras corriendo después de ver la hora en su reloj, iba a llegar tarde en su primer día de clases. Ya habían pasado varias semanas desde su llegada a Málaga y hoy por fin comenzaba el curso escolar. El último año antes de comenzar la universidad.

Cogió el casco que estaba en el recibidor y salió de la casa atravesando el jardín hacia el garaje donde se encontraba su moto. Se lo colocó pero cuando estaba a punto de subir para irse una voz lo detuvo.

—Oiga usted señorito ¿donde se cree que va? —sonrió al reconocer esa voz y se deshizo del casco peinándose el cabello para después girar a verla.

Bailemos, Al Compás De Nuestro AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora