Capítulo 13

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El chófer la dejó justo a la entrada del campo de entrenamiento, atravesó todo el lugar para reunirse junto a los banquillos con el resto de sus compañeros y compañeras que ya se encontraban ahí. Se sentó a esperar que llegase la hora y pasaron varios minutos. Miraba a su alrededor a la vez que lo hacía con el reloj de su móvil, ya era casi la hora y no había llegado. Eso era extraño, él era muy puntual.

Se alejó un poco hasta llegar a la parte trasera de los banquillos para huir del ruido que provocaban todos sus compañeros y compañeras, desbloqueando su móvil con rapidez buscó su contacto. Pulsó el teléfono que se dibujaba junto al número y enseguida lo puso en su oído para escuchar el sonido que le indicaba que ya estaba llamando, un par de tonos después ya escuchaba su voz del otro lado.

—¿Tanto me extrañas muñeca? —lo escuchó reír al otro lado de la línea y rodó los ojos.

—Ni en tus mejores sueños —rió ella al escucharlo —. Te llamaba porque ya es hora y vas llegando tarde tonto.

—Adoro lo cariñosa que eres conmigo muñeca —sonrió al escucharlo, comenzaba a gustarle la confianza que crecía entre los dos —aunque lo niegues me extrañas.

—No seas egocéntrico, mejor date prisa porque si llegas tarde te llamarán la atención.

—Muñeca me encanta que te preocupes tanto por mí pero tranquila que ya estoy llegando.

—Bien, entonces te veo ahora —iba a colgar pero antes de hacerlo sonrió cuando una última cosa le pasó por su mente —. Miguel...

—¿Si?

—No me eches de menos  —pudo sentir cómo sonreía del otro lado y al colgar ella también lo hizo.

Se quedó mirando la pantalla por algunos segundos hasta que sintió como una mano la agarraba con fuerza del brazo y la obligaba a retroceder.

—¡Suéltame! —gritó golpeando al culpable de ese agarre al verlo a la cara.

—Shhhh, no te haré nada —escuchar su voz sólo le provocaba náuseas.

—¡Que me sueltes te he dicho!

—No hasta que me expliques que tiene el idiota ese para que te hayas ido tan rápido con él a la cama —la aprisionó contra la pared dejándola casi inmóvil, quedando muy cerca de ella —. Dime, cuéntame que tiene el idiota ese.

—A ti qué te importa lo que tenga, déjame en paz Iván.

—Entonces si son ciertos los chismes, te acuestas con él a cambio de favores —su pulsó se aceleró al sentir su respiración tan cerca de su piel, cada vez lo tenía más cerca y apenas podía reaccionar —. ¿Y él sabe la verdad sobre ti?

—Él no tiene porque saber ninguna verdad sobre mí.

—¿Seguro Macarena? ¿Estás segura que él no debe saber el motivo de tu cambio? —su insinuación la hizo sentir una corriente recorriendo su cuerpo, sentía que quería correr y no podía. Estaba paralizada —. ¿Qué crees que piense de ti después de saber toda la verdad?

~

Un minuto después de colgar esa llamada ya caminaba hacia el campo de entrenamiento. Mientras se acercaba pudo ver cómo todos ya se encontraban en el lugar aunque a ella no lograba encontrarla. Miraba a un lado y a otro mientras se acercaba pero no estaba por ningún lado y eso era extraño pues le había dicho, hacía menos de cinco minutos, que lo estaban esperando.

—Chicas... —se acercó a Paulina y a Luz quienes hablaban muy animadamente.

—Hola Miguel —respondieron ambas al unísono.

Bailemos, Al Compás De Nuestro AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora