Esas últimas palabras fueron la llama que encendió la mecha para hacerlo explotar. Sin pensarlo, se levantó provocando que la silla donde se encontraba sentado se desplazara un par de metros para atrás.
—¡Cállate la maldita boca! —le gritó dispuesto a irse contra él pero sus dos amigos fueron más rápidos y se interpusieron entre los dos —. ¡Quitaros del medio! ¡Le voy a romper la boca al imbécil este!
—¡Tranquilízate, Miguel! Piensa las cosas porque así no arreglarás nada —fulminó a Fernando con la mirada y cuando vio que Gabriel iba a hablar lo detuvo de un empujón.
—¡Cálmate!
—¡Tú empezaste estúpido!
—Tranquilo Miguelito, ni tus mejores amigos ni yo tenemos la culpa de las cosas que haga tu novia —la sangre que corría por sus venas en ese momento se convirtió en pura lava mezclada con el más potente de los explosivos; Fernando lo contenía pero si decía una sola palabra más no podría responder de sus actos.
—Si no te callas la boca no solo te vas a tragar lo que digas, te estoy advirtiendo —lo apuntó con su dedo índice.
—No te pongas así Miguel, nadie tiene culpa —lo provocó de nuevo —. Es verdad lo que te estoy diciendo, si quieres puedo darte algún consejo para que ya esa fiera que tienes por novia te demuestre que no miento.
—¡Te dije que te callaras! —apartó a Fernando de su camino y de un solo puñetazo hizo que Iván cayera al suelo —. ¡Te advertí que te callaras!
—¡Eres un imbécil! ¡No me vuelvas a tocar en tu vida!
—¡Y tú no vuelvas a hablar así de mi novia! —Fernando y Gabriel trataron de calmarlo pero al ver a Iván esbozando una sonrisa burlona, mientras se levantaba del suelo, no aguantó la ira que sentía y se fue de nuevo contra él —. ¡No vuelvas a hablar así de ella en tu puta vida! ¡Eres un maldito cobarde!
Esta vez tuvo tiempo de defenderse y sintió como su mano en puños le alcanzó en el rostro, volvió a golpearlo esta vez alcanzando su mejilla. Ni siquiera le importaba, solo deseaba golpearlo para que aprendiera a respetarla, ¡era imposible! Ella no podía ser así, la conocía, sabía que aquello eran puras mentiras y en ese momento regresó a su mente aquella tarde en que la encontró siendo molestaba por Iván. Eso provocó que su ira y su rabia aumentaran cada vez más hasta que por un momento apenas era consciente de lo que hacía, solo le propinó varios golpes más mientras le gritaba todo tipo de insultos hirientes y esquivaba los golpes que él le lanzaba.
—¡Basta! ¡Basta ya! —la voz de una mujer se levantó por encima de las suyas y las de los compañeros que se habían reunido alrededor de los dos para tratar de separarlos —. ¡Que os separéis ya!
—¡Suéltame Fernando! ¡Suéltame! —forcejeó tratando de evitar que Fernando lo alejara de Iván, pero ya poco podía hacer pues pudo ver que lo había dejado muy golpeado —. ¡Suéltame porque lo voy a matar para que aprenda a respetar a las mujeres!
—¡Respeto a las que lo merecen!
—¡Dije que basta! —gritó la directora interponiéndose entre los dos, viéndolos con una cara de enojo que daba miedo —. ¡Quiero verlos a los dos en la dirección ya! Voy a llamar a vuestros padres y me vais a tener que explicar por qué demonios estabais peleando como animales.
~
Su garganta se cerró un instante después de que terminó de relatarle a Regina todo lo ocurrido, su cuerpo al completo temblaba y le había sido imposible evitar que sus ojos no se desbordasen.
Su mandíbula temblaba, sus manos temblaban y cada rincón de ella temblaba sin poder contenerse. Luego de contarle todo y recordarlo no podía dejar de llorar, nunca antes lo había contado así. Ni siquiera a Paulina se lo había relatado de esa forma, en ese momento, con Regina había desahogado todo lo que sentía. Le había detallado todo lo ocurrido aquella noche y solo la había mirado, escuchándola sin interrumpirla únicamente tomando su mano y acariciando su espalda o dándole ánimos para continuar.
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Bailemos, Al Compás De Nuestro Amor
Fiksi Remaja*RESUMEN* El colegio, el instituto, son etapas... Etapas que marcan la vida de muchas personas y para las que otras pasan sin mayor importancia que encontrar un futuro prometedor. Esas etapas marcaron sus historias aunque de formas diferentes. Migu...