Tres Años Después...
Frente al espejo terminó de perfilar sus ojos y sus labios añadiendo a estos últimos un color rojo intenso que los hacía lucir sexys y atrevidos. Tardó unos segundos más en decidir si había quedado perfecta y lo hizo solamente cuando se vio realmente así. Levantándose del tocador arregló el vestido negro que había escogido y tomó unas gafas de sol que estaban sobre su mesita de noche.
Cuando escogió su bolso y metió todo lo que podría necesitar escuchó el sonido que le anunciaba un nuevo Whatsapp. Era Paulina.
Pau:
Ya estoy afuera de tu casa, apúrate please.
Maca:
Okey, en dos minutos estoy abajo.
Recogió todo y colocando sus gafas de sol sobre su cabello bajó casi corriendo las escaleras. Al llegar abajo vio junto a la puerta dos maletas junto con una bolsa de viaje un poco más pequeña que reconoció de inmediato.
—Maca hija, que bueno que bajaste —giró al escuchar la voz de su padre quien se acercó hasta ella —. Tu madre y yo viajamos a Pamplona para un juicio.
—¿Hasta Pamplona? Pensé que era en Madrid.
—Lo sé hija pero hubo un cambio de planes, te quedarás un par de días sola. Pero no debes preocuparte por nada porque Candela vendrá como siempre —ella asintió y trató de no sonreír, su plan iba a la perfección.
—Okey, nos vemos —se despidió de él con la mano y corriendo salió de ahí.
Esa era una de las cosas que ya no soportaba, las despedidas. No las soportaba desde hacía mucho tiempo. La verdad es que estaba acostumbrada a estar en casa sola acompañada solamente por Candela, la mujer que los ayudaba con todas las tareas del hogar. Sus padres trabajaban cada día y sin un horario fijo, ambos dirigían su propio bufete de abogados y tenían clientes por todo el país.
—¡Hasta que por fin sales Macarena!
—Ay ya no me digas nada que yo también te espero muchas veces, mejor vámonos de una vez —ni el tono de su voz autoritario y grosero hicieron dudar a su amiga, ella era la única que la conocía de verdad. La única con quien podía ser ella misma sin miedos.
Subió al coche y en pocos segundos Paulina lo puso en marcha, incorporándose a la carretera que las llevaría al centro comercial. Su mejor amiga había cumplido dieciocho años unos meses atrás y ahora ya tenía su propio coche y permiso de conducir lo que les facilitaba mucho sus salidas.
En poco tiempo más ya se encontraba paseando abrazada a su mejor amiga, recorriendo una y otra vez de extremo a extremo el gran centro comercial en el que se encontraban. Buscando el outfit perfecto para esa noche que prometía ser especial.
~
Salió a toda velocidad del garaje de la casa tomando la carretera que lo llevaría hasta la academia de baile. En apenas unos minutos se detenía frente a ella gracias a que su moto había llegado justo a tiempo desde Londres para permitirle moverse por la ciudad sin depender de alguien más. Y aunque aún no conociese bien la ciudad estaba seguro que no le sería nada fácil acostumbrarse a ella.
Bajó de la moto deshaciéndose del casco y como una costumbre pasó los dedos por su cabello castaño para acomodárselo y peinárselo adecuadamente.
—¡Wow! Es una pasada —río al reconocer la voz de Gabriel, el chico que conoció en la academia días atrás.
—Lo sé ¿quieres subir? —el chico asintió de inmediato y subió sobre la moto, admirando cada detalle de ese vehículo que lo tenía fascinado.
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Bailemos, Al Compás De Nuestro Amor
Teen Fiction*RESUMEN* El colegio, el instituto, son etapas... Etapas que marcan la vida de muchas personas y para las que otras pasan sin mayor importancia que encontrar un futuro prometedor. Esas etapas marcaron sus historias aunque de formas diferentes. Migu...