Caminó sin demasiadas ganas hasta llegar a la cocina donde su madre se encontraba preparando el desayuno. Aún no podía olvidar lo que había sucedido la tarde anterior porque encontraba una explicación coherente a todo lo que había sucedido.
—Buenos días hijo.
—Hola mamá —besó su mejilla casi sin darse cuenta y tomando su desayuno fue a sentarse hasta la mesa del pequeño comedor pero sin ánimos de comer nada pues su mente solo estaba concentrada en encontrar la solución a aquel problema que comenzaba a atormentarlo.
Ni siquiera tuvo ánimos de alzar la vista cuando su madre se sentó frente a él para acompañarlo como cada día desde que era un niño. Pero apenas podía poner atención en ella o en coger fuerzas para el día que se le presentaba pues solo podía pensar en ella, en sus palabras, en sus gestos y en cada cosa que había hecho en aquel momento. Había repasado mil veces todo lo sucedido y no encontraba ni una sola respuesta. Resopló sin saber qué hacer y alzó la vista al sentir la mano de su madre sobre su antebrazo.
—Hijo ¿qué pasa? ¿No te gusta el desayuno?
—No, no es eso. Sí me gusta —trató de sonreírle pero sabía que a ella no le podría mentir, era su madre. Ella lo conocía mejor que nadie.
—Hijo te noto preocupado, distraído —puso una mano sobre la suya y lo miró con preocupación —. Mi amor sabes que puedes contarme lo que sea, que yo te escucharé y que no te voy a juzgar.
—Sí mamá, lo sé.
—¿Entonces hijo? ¿Qué es lo que te tiene así? —al mirarla pudo ver en sus ojos que de verdad le preocupaba verlo así, sabía que siempre podía contar con su madre. Nunca había tenido la necesidad de ocultarle nada, ni a ella ni a su padre. Desde niño ellos le habían dado la confianza y la libertad para poder pedirles consejo y contarle sus problemas sin miedo a ser juzgado —. Vamos cariño, dime que tienes.
—Es muy largo de contar mamá.
—No importa hijo, cuéntame ¿tiene que ver con Macarena verdad? —suspiró y la miró sorprendido, cada día comprobaba que lo conocía mejor que nadie. Asintió —. Dime mi amor, ¿qué te está pasando con ella?
Respiró hondo tomando un sorbo de su café, buscando las palabras adecuadas para contarle a su madre todo lo sucedido desde esa noche en que la conoció. Le contó palabra por palabra lo sucedido en aquella fiesta, lo que pasó el día en que se encontraron en la escuela y la broma que él le hizo a ella y que le provocó su ataque de nervios, el desmayo y los golpes que ella le dio como consecuencia de su broma. Le contó la posterior broma en el campamento y luego de eso la forma en que llegó a disculparse, que ella se ofreció a ser su profesora de apoyo en danza clásica. La apuesta, la pelea después de haberla defendido de Iván y todos y cada uno de los chismes que habían inventado sobre ellos dos.
—Ay hijo cómo puede ser que te metas en estos líos —la vio menear la cabeza mientras él la veía —. No entiendo como has podido meterte en tantos líos en apenas unas semanas.
—Mamá yo qué culpa tengo de todo esto, es esa niña que me nubla la razón.
—Hijo entiendo que es una niña hermosa, que estoy segura que te gusta y si se atraen seguramente con el tiempo surjan más cosas entre vosotros pero esos chismes mi amor... —negó mirándolo y suspiró —. Esos chismes de que se acuestan por favores les pueden traer problemas a los dos.
—No bueno ya eso me importa poco mamá, ahora andan regando por todos lados el chisme de que Macarena está embarazada —negando sin poder creerlo aún golpeó su frente con la palma de la mano pero al mirar a su madre vio que su tono de piel se volvía más claro y pálido —. No, no Regina no pongas esa cara que entre Maca y yo no ha pasado nada más que unos besos y tampoco pienso hacerte abuela tan pronto.
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Bailemos, Al Compás De Nuestro Amor
Teen Fiction*RESUMEN* El colegio, el instituto, son etapas... Etapas que marcan la vida de muchas personas y para las que otras pasan sin mayor importancia que encontrar un futuro prometedor. Esas etapas marcaron sus historias aunque de formas diferentes. Migu...