Me enamoré de los tres《Taehyung,Jimin,Jungkook y tu》

Cap. 70

Narra Tn...

Me bajé del taxi en ingresé al edificio. Tenía ganas de ver a Taehyung así que me animé a visitarlo mientras trabajaba.

Saludé a todos los trabajadores, puesto que ya me había aprendido los nombres de la mayoria. Ir a la empresa se había hecho una costumbre para mi. Al principio para ver a mi padre y ahora para visitar a mi novio. Lo bueno era que nadie sospechaba nada, ya que la empresa completa sabía que eramos hermanastros.

Salí del ascensor y me dirigí a la recepción.

— Hola Jessi— saludé a la recepcionista.

— Tn! ¿Vienes a ver a a tu novio?— preguntó ella sonriendo.

Asentí con la cabeza. Me gustó como sonó eso... "Mi novio".

Toqué un par de veces la puerta y la abrí sin esperar respuesta. 

Taehyung se encontraba sentado en el escritorio revisando una gran pila de documentos y papeles.

Puede alguien explicarme... ¿Por qué carajos se veía tan guapo en traje?

  — Princesa ¿Que haces aquí?— preguntó sorprendido. Hizo a un lado los papeles y se levantó de su silla para acercarse a mi.

— Quería verte— musité. Me acerqué a el y rodeé su cintura con mis brazos.

— Que tierna eres princesa— dijo el, achinando sus ojitos y mostrando su hermosa y cuadrada sonrisa.

El me tomó de la mano y me guió a su escritorio. Tomó asiento en su costosa y elegante silla y yo me senté sobre sus piernas.  

— ¿Puedo ayudarte con algo?—pregunté. Últimamente veía a Taehyung algo cansado. Por más inteligente y responsable que sea, estar a cargo de dos de las mejores empresas de Corea debía ser agotador.

— ¿Quieres ayudarme?— repitió el.

— Si— asentí haciendo puchero. Realmente quería hacer algo por el.

Taehyung dirigió la mirada hacia la cantidad de documentos que se encontraban frente a el sobre su escritorio. Los miró por unos segundos.—Ya sé—exclamó el.

Me levanté de su regazo y me acerqué aun más al escritorio. Tal vez me iba a pedir que le ordene los papeles. Las hojas tenían tanta información me marearon enseguida. Pobre Taehyung... es mucho trabajo para el.

Ya habían pasado varios segundos y Tae no me especificaba que hacer, así que me volteé para verlo. El seguía sentado en la silla, pero sus piernas estaba más separadas que antes y ahora su cierre estaba abierto.

— ¿Qu-que..— tartamudeé.

— Ayudame con esto princesa— susurró el. Su voz se había tornado aspera y gruesa como cada vez que lo hacíamos. Mi cuerpo se estremeció al oirla.

Lo miré por unos largos segundos. Solo a Taehyung se le ocurriría estas cosas. 

Aun así, no me iba a negar. Se veía tan jodidamente sexy con ese traje y la expresión pervertida de su rostro era simplemente lo más excitante del nundo.

— Arrodillate— ordenó el.

Eso hice.

Taehyung siempre me mandaba a la hora del acto sexual, pero a decir verdad, eso no me molestaba. De hecho me prendía aun más.

Una vez arrodillada frente a el, terminé de abrir completamente su cierre para luego meter mi mano bajo su boxer y liberar su prominente pene.

Ni si quiera nos habíamos dado un beso y su miembro ya estaba completamente erecto. Me encantaba saber que yo provocaba eso en el.

Primero masajeé su miembro suavemente con mi mano mientras lo observaba con deseo. Por momento subía la mirada para estudiar la reacción de Taehyung.  El me miraba fijo y lamía sus labios.

Con la ayuda de mi lengua, unté cierta cantidad de saliva sobre su glande. Lo suficiente para lubricarlo bien y no hacerle daño.

Sin esperar más, ingresé su miembro lentamente en mi boca. Mi lengua se encargó de esparcir mi saliva por todo su contorno.

— Ahhh.. Tn...— jadeó Taehyung. Se recostó sobre el respaldar de la silla y tiró su cabeza para atras con los ojos cerrados. Estaba haciendo un buen trabajo.

Miré su miembro viril con detenimiento por última vez y lo metí nuevamente a mi boca para empezar a chuparlo con desesperación.

Sabía tan bien.

Mi lengua detectaba las venas que sobresalían de el. Estaba realmente duro.

— Mierda... justo así linda, sigue— suplicó el.  

Sus gémidos y la vista que tenía yo desde ahí abajo me exitaban demasiado. Masajeaba la base de su pene con mis manos, puesto que no entraba completo en mi boca, y con mi lengua lamía todo su contorno para después volverlo a introducir entre mis labios y succionar la puntita.

— Si amor... así— gimió Taehyung. El colocó una sus grandes manos en mi cabeza y la aprisionó aun más contra su parte. Su pene ingresó profundo dentro de mis fauces, el glande y mi campanilla chocaban continuamente y de la costumbre, ya no me provocaba arcadas. 

Brotaban pequeñas cantidades del liguido preseminal de Taehyung y yo sin problema alguno me lo tomaba. Tae sabía realmente bien.

Continué chupando, lamiendo y succionando su pene sin deternerme. Comenzé a sentir tensión en mi mandíbula pero no iba a parar. Quería complacerlo.

Taehyung me miraba a los ojos mientras yo relamía la cabeza de su pene. El abria su boca para gemir, pero la volvía a cerrar y mordía sus labios para evitar hacerlo. Tiraba su cabeza hacia atras apoyandola en la silla, sin embargo, no duraba mucho en esa posición pues le encantaba verme trabajar y volvía su mirada a mi.

Con el aun hinchado pene de Taehyung en mi boca, sentí como empezó a contraerse y el semen salió directo a mi garganta. Retiré su miembro de mi boca y chupé la cabeza, el semen aun continuaba saliendo.

— Aahh..— gimió Tae por última vez.

Lamí el liquido blanquesino de mis labios y lo tragué con gusto. 

Me quedé arrodillada frente a Taehyung mientras el guardaba su miembro con cuidado de vuelta en sus pantalones. Saboreé lo último que quedaba de Tae en mi boca. Nos miramos por un buen rato.

— Me tienes loco— masculló el. Aun se encontraba algo tonto por el orgasmo. 

Me paré del alfombrado piso y me acerqué a el. Lo abracé. Puesto que yo me encontraba de pie y el sentado, su cabeza se apoyaba en mi senos. El rodeó mi trasero con su brazos.

— Te amo— susurró.

— Yo más— respondí.

Me separé ligeramente de el para agachar mi cabeza y darle un beso.

El beso más hermoso de todos. Sus labios y los míos encajaban perfecto. Estabamos hechos el uno para el otro.

Justo en ese precioso y perfecto momento, el sonido de la puerta abriendose nos hizo cortar el beso.

La silueta de mi padre junto a la puerta hizo que mi corazón se detuviera inmediatamente.

Mierda... se terminó todo.

  — ¿Q-qué.. ¿QUE ES ESTO?!— exclamó mi padre.