52. DECISIÓN.

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Aquella primera semana pasó demasiado lento para él. Marinette estaba mucho mejor y se aferraba a Hugo y Louis como si de ellos dependiera su vida. Louis y Marinette fueron dada de alta a los pocos días y debido a la escasez de dinero tuvieron que recurrir a Ginna y al maestro Fu, quienes ayudaban a los dos chicos como mejor podían. Pero los recursos se acababan y Hugo seguía dependiendo del tanque de oxígeno para sobrevivir, sin mencionar que no recibía alimentos de su madre. Todas sus extremidades estaban amoratadas por las constantes agujas donde los doctores intentaron inyectarle los líquidos que lo alimentarían y le mantendrían con vida, sin embargo todo parecía indicar que Hugo no lo lograría.

Marinette mantenía casi todo el día en el hospital, acompañando a su pequeño. Casi parecía que se había olvidado de Louis, pero no era así. Antes de salir de casa ella siempre dejaba leche suficiente para su bebé, lo mimaba y lo consentía, aunque su corazón estuviese partido en dos. La preocupación la mantenían en pena constante. No sabía bien cómo vivir aquel tormento cuando apenas estaba aprendiendo a ser madre, y nadie parecía comprender muy bien su situación.

Adrien trabajaba el doble por esos días. Necesitaba el dinero más que nunca y lo poco que ganaba parecía no alcanzar para sus pequeños. El trato de su padre comenzaba a taladrar constantemente en su cabeza y aquello le perturbaba. Había decidido ocultar aquella carta de todos, pero sobretodo, no hablar jamás de aquel descabellado trato. Sin embargo las cosas no parecían hacérsele más fácil para el joven. La condición de Hugo empeoró de repente y a pesar que sus compañeros en la empresa hicieron una colecta para colaborar con su pequeño, aquello no fue suficiente para dicha crisis que atravesaba. La suma de dinero que debía en el hospital era demasiado alta. Sin decir una sola palabra, aprovechó la ausencia de Marinette y regresó a casa. Waizz cuidaba al pequeño Hugo cuando el maestro Fu o Ginna no estaban. Era muy confiable para dicha tarea, pero por lo general, ninguno de los dos adultos, dejaba a solas al pequeño Louis. Eso sólo había ocurrido una vez, y Waizz estaba preparado para aquellas extrañas ocasiones.

Plagg era el único que sabía de la carta que había dejado el señor Agreste, y su consejo era que tomara sus palabras. No tenía alternativa, no tenía suficiente dinero, no tenía más opciones... y Adrien temía que estuviera en lo cierto. Debían haber más opciones, pero estas no se veían por ningún lado. Tras llegar a casa muy temprano, tomó a su pequeño de la cuna y salió con el corazón haciéndosele trizas a cada paso que daba.

Y el camino se le hizo demasiado corto. Adrien entró a la mansión Agreste, mientras cargaba a Louis entre sus brazos. No había tenido tiempo de pensar mejor las cosas y no encontraba otra mejor idea para salvar la vida de Hugo, quien aún se debatía en las salas del hospital a la espera de aquella cantidad de dinero que él no poseía.

Contempló el rostro dormido de su pequeño en brazos memorizando cada uno de sus rasgos. El dolor se apoderaba de todo su ser y no sabía si lo que estaba haciendo estaba bien o no, pero él sólo no había podido hacerlo. Sabía que Marinette se negaría por completo a aquel acuerdo, pero también sabía que ella deseaba hacer hasta lo imposible por salvar la vida de su pequeño Hugo.

─Adrien ─escuchó la voz de su padre y de inmediato volteó a mirar hacia las escaleras por las cuales bajaba con elegancia. No había cambiado en absoluto. Su semblante seguía siendo severo, tal y como lo recordaba, aunque su cabello se veía mucho más claro de lo que lo vio antes─, sabía que volverías, y veo que has tomado tu decisión.

Adrien apretó sus labios sin poder decir una sola palabra, se acercó a su padre anhelando que cambiara de parecer, que le prestara aquel dinero y los dejara ir, que le permitiera conservar a su familia en lugar de separarla, pero el señor Agreste se acercó a él y retirando la pequeña cobija que cubría al pequeño en brazos de su hijo, contempló el dulce rostro del infante.

Solos Tu Y Yo...  Bajo Las Hojas De Otoño.    MLBAA18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora