31. LA VISITA.

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Marinette estuvo en el hospital dos días y tenía una semana de incapacidad, por lo que no pudo asistir a la escuela.  Estuvo todo el tiempo en su habitación bajo los cuidados de Ginna, quien insistía en llamar a sus padres para contarles lo que sucedía, pero accedía facilmente a las peticiones de su adorada nieta.  Ella sabía que en cuanto sus padres se enteraran, inmediatamente se retirarían del concurso y aquello cortaría para siempre miles de oportunidades para ellos.  No podría hacerles eso después de lo mucho que se habían esforzado.  Ya suficiente tenía con estar embarazada siendo tan joven.  

Ginna cuidaba de ella todo el tiempo.  Apenas si salía de casa para ir por alimentos o comprar insumos.  Adrien por su parte iba todas las noches, y si tenía la tarde libre, pasaba con sus amigos un rato, para ponerla al día en sus deberes.

Pronto tres meses de embarazo. Marinette y Adrien comenzaban a contar los días y las semanas. Ahora sabían muchas cosas, más después de haber tenido el segundo control en el hospital. Adrien parecía cada día más contento y no podía parar de sonreír, o al menos eso parecía cuando estaba junto a Marinette y después del último Akuma, todo parecía ir bastante bien. Marinette parecía haberse recuperado por completo, lo cual era todo un alivio para él pues en poco tiempo pudo regresar a la escuela, por petición que hizo al doctor.  Odiaba estar todo el tiempo en casa y después de que le aclararon su situación, ella prometió que se cuidaría más que antes.

Aquel día en la escuela, tanto Adrien como Marinette compartían su descanso junto a sus amigos. Nino y Alya comenzaban a sospechar que había algo entre ellos, pero ninguno de los dos decía nada aún, aunque Adrien soltaba de vez en cuando sonoros suspiros frente a sus amigos, haciendo sonrojar sobremanera a Marinette y dejando en evidencia lo que sentía por ella.  Pero ese día ambos se habían sentado en lugares opuestos en el patio, junto con sus amigos.

Nino tenía muchas ganas de sacarse su duda de la cabeza, pero no tenía idea de cómo tocar el tema, ni mucho menos un tema como la ecografía que vio en la habitación de Marinette.

Alya sólo se reía junto a Marinette mientras observaban a la distancia a los chicos que también parecían mirar hacia el lugar en el que se encontraban ellas.

─ ¡No puedo creerlo amiga! ¡Adrien está loquito por ti! ¡Tienes qué decirme cómo lograste que  pusiera sus verdes ojos en ti amiga! ─decía cada vez más entusiasmada haciendo que Marinette se sonrojara aún más y se pusiera más tímida con el chico cuando estaba junto a sus amigos─. Esos suspiros sólo significan amor, mucho amor. En serio que eres afortunada amiga. ¿Porqué no vas ahora y le dices que lo amas tu también? ─pero Marinette no respondía. A cambio sólo podía mostrar su sonrojo y comenzaba a tartamudear como era su costumbre.

Adrien intentaba no ponerla demasiado nerviosa, pero estaba ansioso. No entendía la razón por la cual ella reaccionaba así frente a ellos, siendo que cuando estaban solos era muy tierna y dulce, además de todo lo que ya habían hecho juntos cuando la oportunidad se los había ofrecido. No entendía, pero no quería ponerla demasiado nerviosa, puesto que cuidaba demasiado de su estado de ánimo. No quería forzar las cosas, menos cuando sabía que debían ocultar su embarazo durante aquellos primeros meses y que había estado en un alto riesgo. Ya sólo faltaban unos días para poder revelar todo ante el mundo entero.

─ Yo de ti Adrien, le diría de una vez lo que sientes ─aconsejaba su amigo Nino mientras las miraban del otro lado del patio de descanso.

─ Te aseguro Nino, ella ya sabe que la amo con todo mi corazón ─le decía Adrien mientras su mirada, llena de ensueño, no se apartaba de aquella chica a la que tanto amaba─. Todos los días se lo digo y... es decir... yo... ella─ Adrien se puso nervioso al escucharse hablar a si mismo. Pero Nino no comprendió lo que realmente quería decir.

Solos Tu Y Yo...  Bajo Las Hojas De Otoño.    MLBAA18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora