2. HACIENDO FRENTE A LA NOTICIA.

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No supo durante cuánto tiempo se había quedado dormido, solo se dio cuenta que el sol de la tarde comenzaba a entrar por la ventana de la habitación de Marinette y el silencio aún reinaba en la casa de aquella chica que continuaba durmiendo plácidamente junto a él.  Se levantó en silencio y se acercó hasta la ventana en donde dos pequeños kwamis se entretenían viendo un hermoso atardecer y las hojas de los árboles comenzaban a caer.

– Qué bueno que despertó el bello durmiente– Dijo Plagg sin siquiera mirarlo.   Al parecer continuaban disgustados–.  ¿Ya has pensado en algo para salir de esta? – inquirió mirándolo de reojo.

– Lo único que nos queda es afrontar las cosas como están– dijo el rubio con resignación, un poco incómodo–, pero creo que lo mejor será esperar a que Mari pase los primeros meses.  No quiero ni pensar si mi padre se entera y nos fastidia con el tema del aborto... y no sé cómo lo tomarán los padres de Mari.

– ¿Tú crees que ellos nos podrían presionar para tomar esa decisión? – escuchó un hilo de voz a sus espaldas.

– Pensé que dormías– dijo Adrien recibiendo con los brazos abiertos a aquella despeinada y adormilada chica que se acercó y se dejó envolver por ellos en un reconfortante abrazo. Parecía estar un poco más tranquila.

– Desperté cuando te levantaste– confesó ella mirándolo con esos hermosos ojos azul cielo que a él tanto le encantaban–.  ¿Tú crees que sea apropiado esperar a que pasen los primeros tres meses?

– Sé que en cuanto mi padre lo sepa hará lo imposible por quitar esa responsabilidad de mi vida... mejor dicho, no tengo ni idea de cómo será la reacción de mi padre, pero buena no creo que sea, y no quiero que ni a ti, ni al bebé les pase nada malo.  No sé qué haría sin ti mi princesa– respondió Adrien abrazándola de nuevo y suspirando profundamente mientras ella correspondía aquel abrazo.  Se quedaron así solo por un momento que desearon que fuera eterno, sintiendo como sus almas se unían en un solo abrazo, sintiendo el calor y el amor que emanaban en un simple tacto, aspirando profundamente el aroma el uno del otro, grabándolo en sus recuerdos para no olvidarlo nunca y sintiendo tanto amor hacia el otro como siempre se lo habían tenido–.  Pero sé que, si esperamos a que esa posibilidad sea imposible de tomar, ellos no tendrán alternativa a permitirle que nazca y seguramente papá se verá obligado a hacerme responder por ti y el bebé... o al menos eso es lo que quiero pensar... yo estaré gustoso de hacerlo– dijo él separándose del abrazo–.  Debo irme.  Llámame si necesitas algo princesa.

Y tras decir esto, le pidió a Plagg que lo transformara, le dio a su chica un tierno beso en los labios y partió saltando por la ventana. En cuanto se perdió por sobre los tejados y de la vista de la joven, ella acercó una silla junto a la ventana para hacerle compañía a su pequeña Kwami escarlata.

– ¿Aún estás enojada conmigo, Tikki? – inquirió la azabache abrazándose a sí misma mientras con la cabeza baja intentaba mirar de reojo a su pequeña amiga escarlata.

Tikki levantó su mirada solo un poco y soltó un profundo suspiro, para luego lanzarse y regalarle un abrazo a su portadora.

– Por supuesto que no, Marinette– respondió ella dándole un tierno abrazo con sus pequeñas manitas y regalándole cientos de besos en la mejilla que llenaron de alegría a su amiga que nuevamente sonreía–.   Es solo que debes comprenderme, esto no debió de haber pasado ahora, y menos en estos momentos donde Hawk Moth está en mayor actividad. Esto va a ser ahora mucho más peligroso y difícil para ti que antes.  Sólo esperemos que  Hawk Moth se calme mientras tú... 

– Lo sé Tikki, y créeme que tampoco estaba en nuestros planes– dijo Marinette acomodándose en su silla y recostándose en el espaldar para sentirse un poco más cómoda.

Solos Tu Y Yo...  Bajo Las Hojas De Otoño.    MLBAA18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora