23. LA INTENCIÓN DE UN REGALO.

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Gina esperaba a Marinette a la salida del instituto, poco antes de la hora de salida.  Aquel día quería darle algo especial a su adorada nieta.  Aguardó sólo unos pocos minutos cuando los estudiantes comenzaban a salir del lugar.  Sin embargo, Adrien salió primero y sin percatarse de su presencia, pasó apresurado por su lado y se subió a la limusina que lo aguardaba sin decir nada.  Gina se sintió ofendida ante aquella conducta, pero pronto se calmó al ver a su nieta aparecer frente a ella con aquella adorable sonrisa cautivadora.  

─ Nonna, ¿Qué haces aquí? ─inquirió con sorpresa Marinette abrazándola con fuerza mientras Alya la seguía.

─ Buenas tardes señora Dupain ─saludó Alya con un movimiento de su mano, mientras guardaba su celular en su morral─.  Marinette me ha hablado mucho de usted en estos días y planeaba ir a saludarla.  

─ Bueno, pues ya me estás saludando Alya y sabes que puedes ir cuando plazcas a nuestro hogar─ dijo Gina devolviendo una sonrisa a la amiga de su adorada nieta─, pero hoy no podrá ser.  Marinette y yo tenemos algunas cosas de las que me gustaría hablar.  

─ De acuerdo, no hay problema─ aceptó Alya de inmediato─.  Marinette, después no te salvarás de mi interrogatorio porque hay muchas cosas que tienes que responder.  Adios Marinette, Adios señora...

─ Gina.  Sólo llámame Gina ─intervino antes de que Alya pudiera terminar.

─ De acuerdo, adios Gina ─y diciendo esto Alya partió rumbo al lugar en el que Nino se encontraba, aparentemente esperándola, mientras Gina y Marinette comenzaron a alejarse del instituto en dirección contraria a la panadería.

Marinette parecía algo confundida, pero prefirió no preguntar nada.  

─ Ese joven... 

─ ¿Adrien? ─completó dudosa Marinette.

─ Sí, él ─respondió Gina con poca simpatía en su voz─.  No entiendo porqué ustedes dos no salen juntos de la escuela como la pareja que son.  Creo...

─ Tiene sesión de fotos hoy Nonna e iba retrasado por media hora ─explicó Marinette un poco cohibida con el tema─.  Además, Adrien y yo hemos decidido guardar nuestra relación hasta que revelemos todo a nuestros padres.  

─ ¿Quieres decir que nadie en la escuela sabe que ustedes son novios? ¿Ni siquiera tu amiga Alay sabe nada? ─preguntó sorprendida Gina.

─ Bueno, ellos sospechan, pero no hemos confirmado nada aún ─confesó Marinette. 

─ No me gusta cómo suena eso jovencita ─dijo Gina con un leve deje de disgusto en su tono de voz que alertó a Marinette, que la observaba con discreción─.  No conozco muy bien a ese chico, y sí, puede verse muy atento y es todo un galán, pero... !Ay mi pequeña hada¡  Temo que ese chico sólo esté entusiasmado contigo y luego...

─ Nonna, Adrien es muy atento conmigo y siempre está cuidando de... nosotros ─intentó explicar Marinette haciendo énfasis en la última palabra, dejando en claro a lo que se refería─.  Si tan sólo pudieras verlo cada día, yo sé que no te preocuparías.  Es sólo que... la mayor parte del tiempo está ocupado con las sesiones y las actividades que le impone su padre.  

─ Bien, de acuerdo ─suspiró Gina deteniéndose al fin frente a una tienda─.  Demos por terminado el tema y a lo que vinimos.

Marinette abrió mucho los ojos al descubrir el lugar en el que se encontraban.  Era una tienda preciosa de maternidad y también habían cosas para bebes muy bellas.  Sin pensarlo mucho tiempo, Gina tomó de la mano a Marinette y la condujo al interior de la tienda, cuando una vendedora las abordó.

Solos Tu Y Yo...  Bajo Las Hojas De Otoño.    MLBAA18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora