38. NUESTRO INICIO.

131 18 11
                                    

Diciembre, y no sería el más sencillo de todos. Sus amigos habían salido a vacaciones y estaban en aquella divertida excursión de la que ambos no habían podido ser parte. Marinette había despertado junto a Adrien en un tierno abrazo, pero en cuanto se levantó, se sorprendió al notar que no tenía su abrigo puesto, mucho menos su faja. repasó su mirada al rededor de la pequeña habitación y la encontró destrozada, al pie del armario. Suspiró profundo aún sobre la cama dirigiéndole una mirada taciturna.

Era temprano, por lo que sin despertar al chico, se dirigió al baño para asearse y cambiarse la ropa. Optó por usar otro de los lindos vestidos que el chico le había regalado junto al chaleco que ella misma se había elaborado. Hacía frío y comenzaba a nevar. Las calles se comenzaron a teñir de blanco y todos los hogares se veían preciosos con sus decoraciones navideñas, pero ella sentía aquel diciembre vacío con todo lo que les sucedía. En cuanto salió del baño pudo notar a Adrien con su semblante pálido y encorvado sobre la cama, pero apenas vio a la joven salir, el corrió y se metió dentro para devolver lo poco o nada que llevaba dentro.

─¿Estás bien, gatito? ─inquirió ella acercándose y sobando la espalda del joven que se apoyaba sobre la taza sanitaria.

─No te preocupes ─dijo él después de varias arcadas─, últimamente esto es muy frecuente en las mañanas.

─Deberíamos ir al médico ─comentó ella preocupada. pero él negó con la cabeza intentando sonreír en vano.

─No. En serio solo es parte de los síntomas del embarazo o algo así, según entendí ─respondió él abrazando a la joven por la cintura. Se sentía agotado e indispuesto. Incluso volvía a sentir sueño y se sentía un poco mareado─. Lo que no entiendo es porqué soy yo el que tiene que sufrir los peores síntomas y tú apenas si pasaste por ellos.

Marinette sonrió al escucharlo quejarse. En verdad debía ser demasiado molesto y llevaba meses soportando esos síntomas, incluso desde antes de que confirmaran el embarazo, lo cual le parecía a ella demasiado tierno.

Marinette lo ayudó a levantarse para que regresara a la cama, pero él no lo hizo hasta no sentirse lo suficientemente limpio. Poco después volvían a estar los dos juntos entre las cobijas, pensando y planeando las cosas que sucederían a continuación, soñando juntos con un mundo mejor, libre de Hawk Moth y sus akumas.

Adrien no quiso mencionqr nada del dinero. Lo último que quería era preocuparla más de lo que ya debía estar, por lo que sólo con la mirada, ordenó a los kuamis a guardar silencio sobre el asunto.

Plagg y Tikki estaban cerca de la ventana en silencio. Sabían que no sería nada fácil lo que se vendría para ellos y que probablemente las cosas irían complicándose aún más. Los akumas habían mermado mucho y era raro ver alguno desde hacía varias semanas, lo que había facilitado a ambos jóvenes su nueva situación. Pedían al cielo a cada instante que las cosas no cambiaran, al menos hasta que Marinette diera a luz a sus bebés, pues aquello facilitaría su labor como heroína de parís, y en su embarazo. Debía cuidarse cada vez más.

Plagg se levantó muy serio viendo hacia la ventana y Tikki lo imitó para ver qué era aquello que lo había puesto tan serio y abrió con preocupación su ojos.

─Chicos, será mejor que se apresuren y nos vayamos de aquí ─dijo Plagg acercándose repentinamente a los chicos que dormitaban juntos aquella mañana─. Es en serio Adrien, tú padre y la larguirucha de la zancudo esa ya están aquí. Te dije que no era de confianza.

Sólo bastó escuchar aquello para que salieran de la cama como un resorte y se levantaran. Adrien se asomó con cautela por la ventana mientras Marinette recogía todas las cosas. Allí estaban ellos afuera del hotel, mientras planeaban seguramente cómo atraparlos. Entonces su celular sonó en algún lugar de su maleta, y tras sacarlo se dio cuenta que su padre estaba intentando contactar con él. Lo había olvidado y se sentía demasiado idiota tras recordarlo apenas ahora.

Solos Tu Y Yo...  Bajo Las Hojas De Otoño.    MLBAA18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora