El día había llegado. Adrien estaba nervioso. Había tenido que recurrir a todo para lograr que Nathalie dejara aquel día libre para él, sin embargo, antes de salir ese día de la mansión, sabiendo Nathalie para dónde se dirigía el joven, le advirtió que no se expusiera demasiado para no llamar la atención del público. Adrien asintió y salió corriendo de la mansión. Estaba ansioso por llegar con Marinette e ir a su primer control. Según lo que había investigado, le harían tal vez una ecografía para saber si el cuello uterino y el útero tenían un tamaño adecuado y todo estaba en orden. Según el estado físico de Mari podrían saber muchas cosas: si habría alguna complicación, si su hijo se estaba formando correctamente dentro de la cavidad uterina, o si algo andaba mal. Incluso podría saber cuándo sería la fecha de nacimiento de su bebé. En verdad estaba ilusionado y deseaba estar allí presente, aunque Nathalie le había casi ordenado no hacerlo, pues afectaría mucho si se daban cuenta y ello implicaría que su padre se enterara por los medios, además de toda Francia y aquello sólo le traería serios problemas.
Al llegar a la panadería, se detuvo un momento arregló la camisa antes de llamar a la puerta. Por alguna razón se sentía muy nervioso.
─ Te vez bien muchacho ─decía Plagg muerto de aburrimiento mirando al joven desde el bolsillo de su camisa─. No deberías preocuparte tanto. El bebé no te verá a ti. No entiendo para que te arreglas tanto.
─ Me arreglo porque Marinette y su abuela sí me verán Plagg ─explicó impaciente el joven mirando al pequeño Kwami con ceño─. En serio no entiendo, como no entiendes lo irritante que puedes ser a veces.
─ ¿A veces? ─inquirió Plagg abriendo mucho los ojos para luego mirar a otro lado pensativo achicando sus ojitos verdes─. Tendré que mejorar eso.
─ Mejorar qué cosa ─resopló Adrien revolando la mirada hacia la pequeña criatura negra.
─ Ser irritante ─explicó Plagg con flojera metiéndose de nuevo en su bolsillo─. Planeo serlo siempre, no a veces ─dijo él desde su bolsillo, sin sacar la cabeza, temiendo alguna reprimenda del chico si se enojaba. Lo mejor era evitarlo cuando se enfadaba porque terminaba por negarle su adorado queso, y ahora que él también lo comía comenzaba a sentir que competían por el adorado manjar.
Adrien suspiró profundamente. No quería pelear ni discutir, pero su Kwami podía ser ocurrente todo el tiempo, por lo que ignoró lo que dijo y tocó la campanilla. Esperó impaciente hasta que vio por la ventana cómo Gina bajaba las escaleras para abrir la puerta.
─ Hola Adrien, llegas temprano─ dijo ella haciendo pasar al joven que no disimulaba su impaciencia─. ¿Qué La cita de Marinette no era en hora y media? Aún tenemos tiempo, el centro médico está muy cerca.
─ Si, pero quería venir a tiempo porque sé que Marinette suele llegar tarde a todo ─respondió el chico risueño mientras subían las gradas para entrar al departamento─. Quiero que todo salga perfecto hoy.
─ Entonces no debes preocuparte. Marinette está tan ilusionada como tú y desde hace media hora está lista ─respondió Gina sorprendiendo bastante al chico.
─ Y usted también vendrá, ¿no es así? ─inquirió Adrien antes de entrar al departamento.
─ Por supuesto que iré ─respondió Gina con una gran sonrisa─. No me perdería esto por nada del mundo.
Al entrar al departamento, Gina autorizó al joven para dirigirse a la habitación de Marinette, mientras ella terminaba de arreglarse para salir al centro médico. Adrien subió ansioso las escaleras y golpeó la trampilla con sus nudillos, recibiendo como respuesta la autorización para seguir. Abrió la trampilla y entró sólo para encontrar a Marinette de espaldas a él, mirándose a un espejo y palpando su vientre aún no desarrollado.
ESTÁS LEYENDO
Solos Tu Y Yo... Bajo Las Hojas De Otoño. MLBAA18
Hayran KurguAdrien descubre la verdadera identidad de su Lady y ahora no sabe cómo remediar el haberla rechazado cuando en su forma civil, ella ya se le había declarado. Intentando e intentando se frustra por no conseguir la atención de su amada y comete un err...