5. SENTIMIENTOS.

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Hacía tan solo unos pocos días y no tenía idea de cómo acercarse.  Incluso como amigo ella ahora intentaba evitar su compañía, no porque lo odiara, sino porque él había roto su corazón, aunque había intentado ser lo más dulce posible con su querida amiga al rechazar sus sentimientos.

¡Se sentía tan idiota! Incluso había prometido amar a la chica detrás del antifaz fuera quien fuera, y ahí estaba que ella se le declaraba, y por su ceguera la rechaza. 

Estaba agobiado de tanto intentar al menos saludarla cada mañana, pero ella no le daba oportunidad. Había pasado poco de eso y apenas habían cruzado palabra.

Suspiró y cerró su cuaderno.  Encendió su computadora mientras pensaba en la forma de poder acercarse a ella.  Estaba frustrado.  Deseaba poder devolver el tiempo y cambiar su estúpida respuesta por un definitivo sí.  Incluso le pregunto a su diminuto Kwami Plagg, compañero de batallas, y pequeño gato negro, si no existía la forma de volver el tiempo atrás.

- ¿Todavía estás pensando en eso?- preguntó perezoso el pequeño- Solo regálale un Camemberg y ella te amará de nuevo.

- Plagg, esto es serio- se quejó Adrien mientras se levantaba de la silla para poder liberar un poco la frustración y la ansiedad que le agobiaban-. No quiero que ella piense que sólo la quiero porque ella es Ladybug.

- Pero es así como pensará de todas formas- le advirtió Plagg tras acabar con su amado queso-. Tu siempre miraste a la chica de la mascara y te cegaste por ella.  Nunca la buscaste entre los demás realmente, y no te diste cuenta que siempre estuvo al lado tuyo.

- ¿Y cómo rayos iba a saberlo?  Ni siquiera tú lo sabías.

- Yo sí lo sabía- dijo Plagg con desinterés acomodándose sobre una almohada.

- Ya lo sé, me lo has dicho desde que la descubrí y también sé todo lo demás.  Ahórratelo.

Adrien se arrojó sobre su cama.  Aquel día había sido agotador: escuela, clases de piano, sesión de fotos y apenas había tenido tiempo para llegar y terminar sus deberes escolares. 

El sol se había ocultado y ahora debía reunirse con su Lady en lo alto de la torre más alta de parís.  Un poco más animado se levantó y le pidió a su Kwami que le transformara para por la ventana ansioso por ver aquellos ojos azules que le embriagaban.  Saltó de techo en techo y se apresuró. 

Al llegar pudo ver su hermosa silueta esperándolo.  Se acercó a ella quien al verlo le regaló aquella hermosa sonrisa que ya no podía contemplar en su forma civil cuando estaba con ella.  Ahora solo podía disfrutar de su dulzura y su sonrisa a la distancia, cuando compartía su vida con su mejor amiga Alya, con sus compañeros o con sus padres en la panadería.

- Hola gatito, llegas temprano- lo saludó ella con ternura.

- Tenía la esperanza de encontrar a mi Lady para pedirle que por fin se anime a aceptar a este lindo gatito- se aventuró a decir Chat Noir con coquetería acercándose a la chica para tomar su mano y dejar un beso cálido en su dorso.

- Gracias pero no- dijo la moteada apartando al chico empujándolo levemente colocando un dedo en la punta de la nariz del chico-, no es... el momento para eso.

- ¿Me puedes decir qué te pasó?- preguntó.  Él ya lo sabía, pero no quería ponerse en evidencia-.  Ya van varios días y no me dices nada.  Te he notado triste y distante...  Yo... extraño tanto tu sonrisa.

- Es hora de patrullar gatito.  Tal vez luego- y lanzando su yoyo se apartó del joven para balancearse sobre los tejados y las calles de parís mientras él solo podía seguirla en silencio.

El joven estaba comenzando a desesperarse.  La actividad de Hawk Moth había mermado de una forma considerable y aquello le preocupaba, pero lo que realmente preocupaba más al joven, era el hecho de que su chica, tanto en su forma civil, como en su forma de heroína guardara distancia de él.  Debía hacer algo pronto si no quería perderla para siempre.  Tal vez le había hecho demasiado daño a su corazón y ella quería tomarse un respiro, pero él estaba comenzando a enloquecer  por la distancia y frialdad en la que la chica comenzaba a tratarlo en su forma civil... o tal vez era sólo él quien le estaba dando demasiadas vueltas al asunto y todo le parecía demasiado exagerado.  La verdad era que Marinette solo guardaba distancia después de aquel rechazo para no lastimarse con la presencia del rubio que aún seguía robándole alguno que otro suspiro.  El primer amor nunca se olvida y es difícil de superar, aún más cuando frecuentas a dicha persona la mayor parte de los días de la semana.  Sin embargo, el rubio no tenía idea de lo que sucedía por la cabeza de la chica en cuestión y moría en ansia por saberlo.

Tras terminar el patrullaje, la moteada se despidió rápidamente sin aguardar a que el chico respondiera y partió, dejándolo con la palabra en la boca y el corazón a mil por hora.

En cuanto llegó a su casa, deshizo su transformación y se detuvo un instante a pensar en todo lo que había estado sucediendo últimamente.  Si sólo no se hubiera dado cuenta, si tan sólo no hubiera notado que Marinette era su Lady, entonces no tendría probabilidades, pues su Lady también guardaba distancia de él e igual tampoco sabría cómo acercarse a ella.

─ ¡Por qué rayos la amo tanto! ─ dijo el rubio soltando un suspiro mientras se apoyaba de su ventana.  

─ ¿Por qué mejor no amas al queso?  ¡Así te ahorrarías tantos problemas! ─ dijo Plagg acercándose al joven y ofreciéndole un trozo que Adrien rechazó─.  El día en que lo pruebes vas a amarlo mucho más que a tu Lady... o Marinette o como se llame. 

─ Créeme Plagg, eso nunca pasará─ dijo Adrien con convicción tapándose la nariz y alejándose de su pequeño Kwami.  

─ Créeme rubio, tu nunca le has dado una oportunidad al queso─ dijo él volviendo a su mesa comiendo un poco de sus quesos, mientras Adrien se iba quedando profundamente dormido.

Y quien dice de esta agua no beberé, más pronto beberá de ella.

¿Les gustaría ver a Adrien disfrutar de un buen queso con Plagg o robándole el queso a Plagg?

Jajajajajajaja...

Eso no pasará.

...

O tal vez si...

Buajajajajajajaja...

¡Hasta la próxima!

Los quiero.

ATTE:

El Gato Azul.

Solos Tu Y Yo...  Bajo Las Hojas De Otoño.    MLBAA18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora