Bad Girl

Capitulo 48

Capítulo 48

Campanas suenan hoy

Me ayudaron a ponerme el vestido con cuidado de no estropearme el peinado. Estaba nerviosa, ansiosa y feliz, ni siquiera había podido dormir bien la noche anterior. Éste era uno de los pasos más importantes que iba a tomar en mi vida. Por una parte, estaba feliz porque iba a compartir mi vida con Michael y por otra estaba totalmente aterrada porqué no sabía como iba a reaccionar su gente. Me miré al espejo y me encantaba cómo me miraba, el vestido no era la gran cosa pero estaba bien para mi, no me gustan los vestidos exagerados.

- Luce muy hermosa.. - dijo la chica qué me peinó poniéndome el colgante qué Michael me había regalado.

A él le encantaba llenarme de joyas, él lo hace sólo cuando una mujer le importaba y eso me incluye a mí.

- Gracias. - le sonreí a través del espejo. - ¿Dónde están los pendientes? - le pregunté ya qué no los miraba en ninguna parte.

- Están aquí - dijo la maquillista saliendo del cuarto de baño con ellos en la mano.

- Gracias. - los tomé y me los puse. - Estoy tan nerviosa.. - sonreí abiertamente.

- Es normal señorita, supongo qué todas las mujeres nos ponemos así en el día de nuestra boda, por lo menos yo lo estuve el día que me casé. - sonrió la rubia. - Todo saldrá bien.

Michael se estaba terminando de arreglar el otro lado de la habitación. El padre carmine ya se encontraba en el lugar de la ceremonia al igual qué el testigo qué nos casaría. Michael insistió hacer esto en privado, sin invitados, sin fotógrafos bueno a excepción de uno ya qué se encargaría de tomarnos las fotos del recuerdo. Por lo personal me hubiera gustado ver al menos a mi madre y la madre de él, ellas merecen estar ahí.

- Es hora señorita.. - entra la habitación Wayne y asentí.

Solté el aire qué tanto estaba aguantando.

Tomé el ramo y la rubia qué se encargó de peinarme tomó la cola de mí vestido para no caerme. Me apoyé del brazo de Wayne y todos bajamos hacía abajo. Dónde estaba el coche con Bill preparado. Wayne cerró la puerta cuándo entré y acomodé la cola. Miko era quién iba a llevarme al altar, ya qué cómo dije será sin invitados.

Bill conducía, Wayne iba en el asiento del pasajero y Miko iba a mi lado. Puse mi mano en mi muslo y ahí miré mi anillo de compromiso, estoy a unas pocas horas de unirme al hombre de mis sueños.

- Estamos llegando señorita.. - asentí nerviosa.

- ¿Ya está Michael allí? - le pregunté a Bill.

- Está ansioso por verte Alexandra.

- Yo también muero por verlo. - respiré hondo.

Dejé pasar las horas hasta qué el auto se detuvo.

- Bien, vamos. - Bill aparcó y mi corazón bombeó con fuerza.

Wayne me abrió la puerta y me ayudó a bajar. Supongo qué todos ya estaba dentro de la iglesia. Es la boda qué no podía imaginarme pero solo me importaba él que ahora sería mi esposo.

- ¿Lista? - me preguntó Miko ofreciéndome su brazo.

- Lista. - sonreí. 

Subimos las escaleras que daban a la entrada de la iglesia.

- ¿Estoy bien? - le pregunté a Miko.

- Estás muy bien Alexandra. Estás hermosa. - le sonreí nerviosa.

- Ay gracias. - dije nerviosa. - Creo qué voy a llorar. - susurré.

- No ahora Alexandra, aguanta.

Nos pusimos en la entrada y pasamos a la puerta, y la marcha nupcial empezó a sonar. Me agarré fuerte al brazo de Miko. Y miré al frente. Dónde me esperaba Michael vestido de traje de chaqueta negro. Su pelo estaba agarrado con una coleta, pocos cabellos estaban suelto en su rostro. Cuándo me miró una gran sonrisa tiró de la comisura de sus labios y sonreí timida. Empezamos a caminar lentamente hasta llegar a él, cuando por fin estuve a su lado, mis ojos se llenaron de lágrimas.