Capítulo 90

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Capítulo 90

- ¿Qué haces despierto a está hora? - pregunte nerviosa. Sentí uno de mis párpados temblar.

- La pregunta aquí es.. - se puso de pie y camino hacia mi. - ¿En dónde estabas a estás horas Alexandra?

Me cuesta respirar y siento una horrible presión en el pecho.

- Con Janet. - fué lo primero que se me vino a la mente.

- ¿Con Janet? - pone una cara graciosa.

- Si... estaba con ella.

- Sabes una cosa Marie Alexandra.. estoy harto de tus mentiras, harto de tus secretos. Estoy cansado chica y realmente yo ya no quiero vivir así. - me aguante las ganas de llorar. - Dime sí me estas engañando es mejor qué me lo digas mujer. - mi mandíbula se cae al piso.

- No te estoy engañando ¿Cómo crees? ¿Como piensas eso? - eleve un poco la voz.

- ¿Entonces?

- Ya te lo dije.. estaba con Janet. - él asintió molesto y me deja hablando sola. - ¡Mi amor! - le grité desesperada. - Por favor no te vayas, quédate a mi lado, no es lo que estas pensando. Por favor escúchame. - lo seguí pero el se detuvo dándome la espalda. - Yo no quiero que te enojes conmigo. - murmuré y lo miré. -  Lo lamento mucho se qué hicimos un pacto que debemos cumplir y yo estoy fallando a esa promesa. Por favor perdóname, tú eres mi único amor y no quiero ir a la cama y estár disgustado contigo.

Escuché un suspiro departe suyo, se giró con los brazos cruzados esperando una explicación.

No pude evitarlo que me acerqué a él. Mis manos se apoderan de sus brazos para tomar sus manos, descruce sus brazos y tomé sus manos para entrelazar nuestros dedos. Le di un fuerte apretón sin quitar mi mirada en él. Lo amaba demasiado y él piensa qué lo estoy engañando con alguien más. Eso jamás me lo perdono.

- ¿Si sabés que te amo con toda mi alma? - me puse de puntillas para llegar a sus labios y susurré encima de ellos.

- Lo sé.

-Te amo más qué a nada en el mundo Michael.

Su ceño poco a poco vuelve a la normalidad. Corte la poca distancia y lo besé. Mientras yo movía los míos los suyos estaban completamente cerrados. Pasé mi lengua en ellos y no había respuesta alguna que abriera su boca. Esta demasiado molesto conmigo y tenía razón. Pero necesitaba tanto de sus besos, ver sus labios totalmente rojizos y gruesos, no pude resistir en besar sus hermosos labios.

- Por favor bésame, te necesitó Michael, no sabés cuánto te necesito y cuánto te extrañé.

Seguí besando sus labios hasta qué por fin él movió un poco los suyos, sus besos se sentían fríos y eso me frustraba pensando que no quería mis besos.

- ¿No quieres mis besos? ¿Te molesta qué te bese? - el me miró perdidamente enamorado. - Quiero demostrarte qué sigo siendo tuya y de nadie más. 

Pase mi lengua lentamente en ellos mojandolos con mi saliva, él gruñó. Iba a tomar mi camino pero él puso sus manos sobre mis caderas y aprieta. Sus labios hicieron contacto con los míos pero él me estaba devorando, sonreí en mi mente. Solté un leve gemido al sentir su lengua a lo más profundo de mi boca. Jugueteabamos con nuestas lenguas, la mordí un poco y la saboree de inmediato y me supo a vino rojo. Mordió con fuerza mis labios haciéndome daño sin importar mi dolor, cogió mi labio inferior dejándolo unos segundos en su boca y lo tiró de un golpe. Sonreí y mordí mis labios.

Bad Girl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora