Capítulo 66

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Capitulo 66

Michael

Un ruido molesto me despertó. Abrí los ojos con pesadez para ver como Alexandra se levantaba y cogía el móvil para apagarlo. Bostecé y me estiré. Había extrañado nuestra cama, ella volvió a la cama y puso su cabeza en la almohada mientras miraba para la pared. Me giré en el mismo sentido que ella y la abracé. Ella se movió acercándose más a mi. Le quité el pelo del cuello y le di un dulce beso.

- Odio levantarme temprano. - murmuró.

- ¿Qué hora es? - le pregunté.

- Las nueve. - sonreí.

- ¿No quieres viajar conmigo? - besé su nuca.

- ¿En serio voy a viajar contigo? - me pregunta animada.

- Por supuesto. - gritó emocionada y yo reí.

- Entonces vamos a vestirnos.. - ella se incorporó y se estiró. - Vamos - me movió. Negué con la cabeza y puse los brazos detrás de mi cabeza. - Vamos - me movió de nuevo.

Bufó desesperada. Nos destapó y ella pasó por encima mía para bajar. Pero antes de que bajará la agarré y la eché contra mi.

- ¿Y mi beso de buenos dias? - le susurré.

Sus mejillas se tornaron completamente de otro color, estaba colorada.

- Buenos dias doo doo.. - me dió un corto beso.

- No no, eso fué muy corto.. - puse mis manos sobre su cabeza y volví a besarla.

Ella dejó paso a mi lengua y estás empezaron a moverse en sincronía. Bajé mis manos hacía su trasero y lo apreté hacía abajo haciendo que Alexandra gimiera en voz baja contra mi boca.

- Señor Jackson su auto está listo. - Rosa entró en la habitación. Ambos miramos a la puerta. - Oh, perdón, creí qué... creí qué estaba solo señor Jackson, qué vergüenza. - la cerró y Alexandra se miró sonrojada.

Tape mi rostro con ambas manos, me sentía completamente avergonzado.

- Michael que verguenza ¿porqué tuvo qué entrar así sin tocar? - bajó de la cama.

- Mierda. - susurré bajó.

- Voy arreglarme. - yo no dije más ya qué estaba demasiado avergonzado.

Ella entró al baño. Suspiré y me senté en el borde de la cama un momento. Me levanté y abrí la ventana para que entrará el aire. Me quedé mirando por la ventana. Hacía un buen día. Sentí a mi esposa rodearme por la espalda y apoyar su cabeza en mi espalda.

- Gracias.. - susurró.

- ¿Por qué? - puse mis manos encima de las suyas.

- Por soportarme, por tenerme paciencia, por perdonarme, y qué me lleves a tu gira. - dió un pequeño beso en mi espalda. 

Me giré quedando frente a ella. Sus brazos aún me rodeaban.

- Todo lo que sea para hacerte feliz. - la cogí del mentón.

- No sabes como te necesité.

- Y yo a ti. - susurré.

- Siempre te amaré. - sonreí y junté mis labios con los suyos.

- Lo sé, tu eres la mujer de mi vida - sonrió. - Voy a vestirme. - dije separandome de ella.

- ¿Quieres desayunar? Puedo preparar el desayuno. - me dijo antes de que saliera.

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