Capitulo 94

770 34 4
                                    

Capítulo 94

"- ¿Si sabés que te amo con toda mi alma?

- Si lo sé."

" - Eres mi nena.

- Te amo."

"- Éres mi único amor."

Abrí mis ojos lentamente y sentí un inmenso dolor en todo mi cuerpo. Levanté mi cabeza dejando ir cortos gemidos de dolor sintiendo todo mi cuerpo en llamas. Noté un mar de gente en la escena, muchos periodistas, policías y médicos foresenses. Apoyé mis manos rasposas en el suelo y levanté un poco mi cuerpo, mis costillas me dolían y me quejé del dolor, apoyé mi pierna e hice lo mismo con la otra y solté un quejido, mi pierna estaba totalmente ensangrentada e hinchada gracias a una enorme piedra que se habia enterrado en ella.

Logré levantarme por completo y miré la escena. Por fin todo se había terminado, ahí quedó muerto ese mal nacido. Mi plan funcionó con éxito. Llevé mi brazo a mi costilla y comencé a caminar cómo pude con una sola pierna, me arrastré hasta la carretera lejos de esa gente, no quería que la prensa me viera así, lo primero qué queria hacer era... Ver a mi familia.

Me dí cuenta que estaba en una calle desolada, mi boca y mi garganta estaba totalmente seca, moría de ganas por un poco de agua y mi estómago crujía del hambre. Por fin un auto se aproxima hacia mí así qué me arriesgué colocándome enfrente, escuché las llantas rechinar y se detuvo.

- ¿ACASO ESTÁ CIEGA? - me gritó el tipo qué conduce un auto de color azul. Chille de dolor al colocarme en la ventanilla de su auto.

- Por favor ayúdeme, estoy herida. - chille.

El tipo me observa detenidamente y salió de su auto de prisa. 

- Es usted, ¿en serio es usted? La esposa de Michael Jackson. - soltó una risa chistosa, su risa me sorprendió. - Oh mi Dios, ¿es usted? - lanzó un grito de niña y lo miré frunciendo mi ceño.

- Si, estoy viva, por favor necesito que me llevé a mi casa. - le rogue.

- Pero por supuesto, por supuesto. - dijo el tipo alegre, era un tipo muy nervioso. - Permíteme la ayudaré. - y con su ayuda me subió al auto en los asientos de atrás, al sentarme me quejé más del dolor. Rodeo el auto y se subió.

- ¿Cúal es tú nombré? - le pregunté con dificultad.

- Me llamó Robert, oh Dios mio, Dios mio. - repitió el hombre ¿en serio tenía que irme con esté hombre?  - La llevaré al hospital. - arrancó el auto y comenzó andar.

- ¡NO! - le logré gritar un poco. - No quiero a la prensa, periódicos, a la policía, nada de eso. Llévame a Neverland.

- Pero usted está herida. - dice mirando de vez cuándo hacía atrás.

- No me importa. - apreté mi mano en mis costillas. - Quiero ir a casa, quiero ver a mi esposo, necesito estár con el, con mis hijos.

- Como usted lo prefiera señora Jackson. - dijo, lo miré por el retrovisor y tenía una sonrisa en su rostro.

Me quedé dormida en el auto y comencé a despertarme cuándo escuché voces a mi alrededor me di cuenta qué era afuera de Neverland, había un mar de gente, periodistas, fanáticos y cámaras. Pude notar en la puerta una corona negra, no quiero ni imaginar como estará mi familia en este momento.

Bad Girl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora