Bad Girl

Capítulo 134

Capítulo 36

Alexandra

Mis ojos se abren lentamente soltando un suspiro profundo, con una sonrisa estúpida en mis labios al haber soñado con mi bebé de qué me hacía el amor, en mis sueños me hizo suya cómo nunca. Al menos lo tuve en mis sueños y lo había sentido muy real. Lo sentí encima mío, moviéndose de una manera exquisita, besé sus labios una vez más, lo echaba tanto de menos. Sólo recuerdo qué la otra noche se comportó cómo un completo idiota y  luego él..... él .... creo qué me.. besó.

¿Acaso no fué un sueño qué estuve con él está noche? ¿Si fue real?

Me senté en la cama aterrada dándome cuenta de qué estaba desnuda.

¿Y si lo qué soñe, fué real?

No, tenía qué darme de pellizcadas en todo mi cuerpo. Me niego qué pasé la noche con mi bebé. Hice mi cabello hacia atrás un poco nerviosa hasta qué de pronto escuché ruidos qué venía en el baño, no quité la mirada de encima a esa puerta.

¿Pasé la noche con él?

Esto tenía qué ser otros de mis sueños locos.

Esa puerta se abrió dejando ver una silueta aproximarse hacía mí, con su cabello recogido abrochando los botones de su camiseta. Me miró y una sonrisa se dibujó en sus labios, se acercó hacía mi sentándose un costado mío retirando mis mechones de cabello de mi rostro.

- ¿Estás bien nena? - preguntó tierno quitando mis mechones.

Sólo pude asentirle creyéndome qué esto era real, que él era real. Estaba aquí a mi lado desnuda por fin enfrente de él y qué esto no era sólo un simple sueño.

- ¿Segura? - pregunta de nuevo con su suave voz.

Sólo pude estirar mi brazo pasando mi mano en su rostro, al sentirlo en mi piel, no pude evitar derramar algunas lágrimas. No puedo creer qué qué pase la noche con él. Me mirá con su ceño fruncido confuso.

- Creí qué había sido sólo un sueño. - mi voz se escucha débil.

- No fué un sueño nena, aquí estoy a tú lado. - susurró.

- No puedo creerlo. - ahogué mis sollozos en mi mano.

- Hey, mi amor tranquila, no llores, ¿qué sucede?

- Es qué.. - miré hacía el techo con mis ojos borrosos. - Creí qué ya no me amabas Michael, creí qué ya no te importaba, creí qué querías divorciarte de mi.

- ¿Aún quieres divorciarte de mí? - bromeó en susurros y reí entre lágrimas.

- Pensé qué ya no me amabas.

- Hey nena, no pienses así. Yo jamás dejaré de amarte, no puedo dejarte de amar, te tengo clavada cómo una cruz en mi corazón. Te amo más qué mi vida y mi propia alma, eres lo mejor qué me ha podido suceder. Nena te amo, te amo y siempre te amaré ¿entiendes?

- No - negué alejándome de él. - Se qué algún momento despertaré, lo sé.

- Hey nena, tranquila, no es un sueño, pasé la noche contigo. - dice entre risas.