Capítulo 99

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Capitulo 2

Michael

Me senté al lado de mi hija soltando un suspiro y ella me miró arrepentida.

- ¿No te da tristeza de ver cómo se pone tú madre cada vez qué le hablas así? - ella bajó la mirada.

- Ella se lo busca papá, mi madre no tiene ningún derecho de reclamarme por mi actitud si ella era igual, nadie se metía con ella a juzgarla y hacía lo qué le diera la gana. Sólo tú puedes regañarme.

- ¿Porqué piensas qué sólo yo debo hacerlo? - frunci el ceño un poco confuso.

- Porqué tú eres un santo y eres perfecto, nadie te puede señalar mal. - sonreí de lado.

- Te equivocas hija, no soy perfecto, he cometido muchos errores qué tú desconoces.

- Sólo sé qué... mamá te juzgó muy mal y sin conocerte primero, te trató muy mal ¿como pudiste aguantarla tanto si a mi no me soportas? - rodó sus ojos. Reí en mi mente al recordar qué mi mujer hacía lo mismo cuándo era adolescente.

- ¿Sabes porqué la "aguante"? - le hice comillas. - Porqué desdé el primer momento qué la vi, supe qué ella iba ser la madre de mis hijos, ella iba ser el amor de mi vida. Mi amor a tú madre le hicieron creer qué todo el mundo la odiaba y nadie tenía buenas intenciones con ella, lo mismo pensó de mi cuándo aparecí en su vida. Cuándo en verdad amas a alguien con el corazón, amas hasta sus defectos y éstas con esa persona en las buenas y en las malas. Sí, debo confesar qué me costó acercarme a tú madre y conquistarla, pero desde el primer momento la he amado cómo un loco y la sigo amando. Me enamoré de ella cómo no tienes una idea, si tan sólo supieras lo qué tuvimos qué pasar ambos durante años. Ella me amó cómo el primer momento, no era odio, era amor.

Paris suspiró pasando sus manos entre su hermoso rostro. Luce confundida.

- Eso no sabía papá, pero no me vas a negar qué ella si tomaba hasta caerse de borracha. - suspiré al recordarme.

- No te lo voy a negar, es verdad, ella siempre llegaba a casa ebria y muy drogada. Un día la encontré afuera de un restaurante así y me la llevé a casa, esa noche cuidé de ella, decidí más qué nunca ayudarla y protegerla.


- Y ¿cómo la ayudaste papá?

- No alejándome de ella, me metía en sus cosas siempre - sonreí cómo un idiota al recordarme ese día. - La invité en mi gira, en aquella época estaba de gira por el mundo y yo quería qué ella se fuera conmigo a todas partes. ¿Sabes? Ella aceptó con gusto. Recuerdo qué tardó algunos meses qué ella estuviera a mi lado por sus estudios y los eventos qué tenia qué asistir por sus padres, ahí me di cuenta qué estaba perdidamente enamorado de tú madre porque no dejaba de pensar en ella.

- ¿Y qué pasó después? - preguntó con interés. Reí.

- Recuerdo qué mi viejo amigo Bill qué en paz descanse, organizó todo para que tú madre y yo nos recontráramos. Cuando la miré ahí parada al lado de mi amigo Brett.. dios - suspiré. - Ella se miraba preciosa Paris, te juro qué mi corazón pálpito cómo un loco al verla de nuevo. - soltó una risita.

- Y.. ¿qué hizo mamá al verte?

- Ella me miró con una hermosa sonrisa en sus labios. Fuí hacía ella a grandes zancadas y la abracé cargándola entre mis brazos sin poder creer qué mi nena estaba a mi lado por fin. - sonreí y me di cuenta qué estaba llorando.

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