Capítulo 6

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Resultó que bajar fue menos traumatico para Alec que subir. Bajaron pegando pequeños saltos contra la pared de escalada y una vez abajo se quitaron los arneses. Miles les felicitó por su buena marca, aunque no les dijo cuanto habían hecho. Ambos fueron hasta donde habían dejado sus cosas y tras recogerlas volvieron a sus cuartos con intención de descansar un poco.

–Aún no me creo que haya conseguido subir.– Dijo Alec riéndose mientras caminaban.

–Siempre supe que podías hacerlo.

–Te debo una. Si no hubiera conseguido subir, habría vuelto al suelo, nos habrían suspendido a los dos y entonces...

–Eh, no pensemos en lo que hubiera pasado si hubiéramos suspendido. Lo tenemos todo, y mañana iremos a La Subasta.– Dijo apoyada en la puerta de su cuarto.

–¿Te recojo mañana y vamos directos al auditorio después de desayunar?

–Vale.

–Ponte guapa, hay que causar buena impresión.

–Y tu.

Cada uno entró en su cuarto y no volvieron a verse hasta el día después. Hell había decidido pegarse una ducha antes de dormir para poder relajarse un poco, ya que si les elegían, no volverían a tener un momento de tranquilidad en mucho tiempo.

A la mañana siguiente, Hell se levantó y mientras se preparaba, no paraba de pensar en La Subasta. Aunque no hubieran salido a subasta nunca antes, siempre iban a mirar y ponían motes a todos los que asistían. Había gente como El Ruso, La Pija de Rosa, Rubio de Bote... Era una forma de perder el miedo a toda aquella gente que quería "comprarles".

Se puso un mono azul con rayas blancas y unas bailarinas, cuando estuvo lista, Alec tocó su puerta. Él llevaba una camisa blanca de manga corta y unos vaqueros.

–Te has tomado en serio lo de que te pusieras guapa.– Dijo con una sonrisa.

–Hoy es nuestro gran día.

–Si. ¿Vamos?

–Por supuesto.

Ambos fueron juntos hasta el auditorio después de desayunar, que era donde se celebraba La Subasta, tal y como habían planeado. Nathan y Taylor ya estaban allí. Estaban mirando a través del telón a los compradores y cuando llegaron, ellos también se asomaron.

–¿Cómo está el ambiente?– Preguntó Alec.

–Tío, ¿has visto a El Ruso? Se ha traído a una "amiga" por lo menos treinta años más joven que él.– Dijo Nathan con mientras se reía.

–¿Pero cuantos años tiene ese hombre?

–¿Y Miss Operaciones?– Dijo Taylor.– Lleva tanto botox que cuando se muera tendrán que reciclarla.

Todos se reían hasta que Hell notó algo diferente, había uno de los pujantes que iba acompañado de una chica de su edad, puede que fuera su hija. Pero nunca venía gente así a La Subasta. Creía que los jóvenes no se interesaban en esas cosas, que sólo querían verles por la tele y hacer apuestas con sus amigos.

Cuando todo el mundo se sentó, ellos volvieron a sus sitios. El presentador de La Subasta era Klar Tresller, un hombre que sólo veían lo que duraba el concurso. Presentó la gala y después fue llamando a los participantes para salir a escena.
Evan y Angy fueron de los primeros, ambos habían conseguido resultados bastante buenos en las pruebas, por lo que su puja fue alta. Al final, El Vampiro se quedó con ellos por una puja de 38.000$, con lo que automáticamente, jugaban. Le llamaban El Vampiro por que tenía la piel muy pálida y las facciones de la cara muy marcadas.

Nathan y Taylor iban antes que Hell y Alec, así que salieron y esperaron a que Klar diera comienzo a la puja. Pero no tuvieron la misma suerte, ya que nadie pujó por ellos, con lo que no participarían en Escape aquel año.

–En cierto modo me alivia.– Dijo Nathan al volver.– Así no tendremos que enfrentarnos a vosotros y puede que el año que viene, salgamos de aquí.

–Pero aún no sabemos si nosotros vamos a jugar.

–¿Con vuestros resultados? Créeme Hell, vais a jugar.– Aseguró Taylor y al darse la vuelta para marcharse, se topó con Evan de frente.

–Hola.– Dijo con una sonrisa.

–Hola.– Taylor sonrió de vuelta.

–Oye que... Siento que no te hayan cogido, pero así puede que sea mejor.

–¿Mejor?

–Si, porque quiero ganar, y cuando lo haga, me gustaría celebrarlo contigo.

–En ese caso me alegro de no participar.– Ambos se rieron como idiotas enamorados.

–Entonces, ¿hecho? Cuando gane, vendré y te invitaré a un batido.

–Genial.

–¡Evan!– Se escuchó gritar a Angy.

–Tengo que irme. Nos vemos.

–Si, buena suerte.

–Gracias.– Evan sonrió y después se marchó.

–¿Vas a cambiarme por él?– Dijo Nathan y después Taylor se giró hacia él.

–No voy a cambiarte nunca, paranoico. Pero si Evan me invita a un batido, sobras.

–Pillo el concepto.

Hell y Alec se rieron pero dejaron de hacerlo cuando les llamaron para salir. Ambos respiraron hondo y después salieron. Klar les presentó y después pusieron sus resultados en la pantalla. Hell tenía un 88% en la prueba de inteligencia y un 74% en la prueba física mientras que Alec tenía un 65% en la prueba de inteligencia y un 80% en la prueba física. Alec respiró tranquilo al ver que había aprobado, no con una nota increíble pero había aprobado. Y después empezó su puja.

La gente pujaban como si no hubiera un mañana y por un momento Hell se asustó y cogió la mano de Alec. Entonces se dio cuenta de que la chica de su edad le susurraba algo a su padre y después este se levantó.

–50.000– Dijo en alto y todo el mundo le miró.

–¡55.000!– Gritó alguien.

–60.000– Volvió a decir con tranquilidad.– Puedo seguir así hasta la eternidad, así que no gastéis vuestro dinero en vano, compañeros. Quiero a estos dos.

–¡Adjudicado al caballero insistente del fondo!

Todo el mundo aplaudió con un poco de rabia cuando aquel hombre y su hija se quedaron con Hell y Alec, aunque ellos sólo podían pensar que iban a participar en Escape.

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