Cuando Hell se despertó solo podía pensar en Escape y en Alec. Lo que les dijo anoche Jane la había asustado de verdad. "Os han hecho algo. Os llevan haciendo algo todo este tiempo, pero no sé lo que es", no podía sacarse aquellas palabras de la cabeza.
Al levantarse de la cama Hell vio un café y un bollo en su mesa a modo de desayuno. Se acercó a la puerta e intentó abrirla sin éxito. La habían cerrado con llave, cosa que le extrañó bastante. Se pasó el pelo por detrás de la oreja y se acercó al armario sin dejar de mirar a la puerta. Al abrirlo, se dio cuenta de que toda su ropa había desaparecido, y sólo le habían dejado una camiseta de tirantes negra y unas mallas del mismo color con una franja morada en la pierna, unas botas y una chaqueta. Pensó que era parte del juego así que se puso la ropa, las botas y la chaqueta antes de desayunar.
Hell calculó que tardaron una media hora en venir a por ella desde que terminó de desayunar. Abrieron su puerta y la dijeron que era hora de irse. Alec también salía de su cuarto en ese momento y vio que iba más o menos como ella.
–Es la hora.– Dijo ella.
–Vamos a conseguirlo.
Aparecieron un montón de hombres trajeados que les escoltaron hasta su coche pasando por el pasillo principal de Élite por el que tantas veces habían pasado en aquellos ocho años. Había otros tres coches mas para el resto de participantes. Eran coches voladores, cosa que a Hell no le hacía demasiada gracia, pero por suerte las ventanas estaban tintadas y no vería nada. Evan y Angy llegaron a la vez que ellos, al igual que los otros equipos. Hell les había visto a los otros equipos en el gimnasio y en las clases. Eran buenos, había que reconocerlo, no sería una carrera fácil.
Los hombres metieron a cada equipo en un coche y les llevaron a un edificio diferente a cada uno, aunque todos estaban cerca, al rededor de una plaza y al llegar, les hicieron ir a la plaza con una fuente en el centro y esperar mientras los coches se iban.
–¿Alguien sabe que pasa ahora?– Preguntó Brittney, una de las contrincantes.
–No.– Respondió Alec.– Suficiente raro esta siendo todo ya.
Todos estaban al rededor de la fuente y entonces apareció una pantalla y un montón de focos que les apuntaron directamente. Hell se dio cuenta de que cada uno iba vestido de un color y que detrás de cada equipo, el camino se volvió de su color como una alfombra hasta los edificios.
–¡Bienvenido todo el mundo!– Dijo Klar apareciendo en la pantalla.– ¡Hoy da comienzo Escape! Y me juego el cuello de que los concursantes están deseando jugar de una vez. Así que no me voy a enrollar demasiado. Delante de vosotros, jugadores, tenéis una bandolera.– Dijo y se abrió una parte de la fuente delante de cada equipo y cada uno se acercó a coger la suya.– Esto os sirve para llevaros todo lo que necesitéis, recordad: todo lo que podáis coger llevároslo, puede que os sirva más adelante.– Todos a sintieron.– Pero antes de empezar, alguien tiene un mensaje para vosotros.– Dijo y su imagen desapareció para mostrás a Arthur Winston, el creador de Escape.
–Participantes, habéis sido entrenados durante casi toda la vida para este momento. Sois parte de Élite, así que no dejéis en mal lugar ni a vuestros amigos ni a mi. Os deseo la mejor suerte del mundo, y que gane el mejor.– Declaró y después la imagen de Klar volvió.
–Gracias Sr. Winston. Y por mi parte poco más. ¡Os deseo mucha suerte! ¡Y al final de la cuenta atrás, podréis entrar en los edificios para comenzar!
Los chicos se giraron hacia el camino de su color y se prepararon para correr. La cuenta atrás era desde diez, así que cuando acabó, hubo una gran bocina y todos salieron corriendo.
Al llegar al edificio. Hell tiró de la puerta y ella y Alec entraron en un ascensor.–¿Y esto?– Dijo él.
–Nos tienen que subir hasta arriba. Y nosotros tenemos que ir bajando.
–¿Y cuando va a tardar?
–No lo sé.
–Estupendo, así que nos toca esperar.– Alec se sentó en el suelo y apoyó los brazos sobre las rodillas.
–¿En que piensas?
–Te lo diría si todo Seattle no estuviera mirándonos ahora mismo.– Dijo señalando las cámaras.– No vamos a tener privacidad en mucho tiempo, Hell.
–¿Y eso te molesta?– Se cruzó de brazos y se apoyó en una de las paredes.
–Mucho. Hay cosas que deberíamos haber hablado antes de entrar.
–¿Como por ejemplo?
–Jane.– Dijo casi en un susurro y Hell le entendió a la primera.
–Ya... ¿crees que es verdad?
–Yo ya no sé qué creer.
Alec suspiró cerrando los ojos. Estuvieron subiendo durante un buen rato sin que ninguno dijera nada más, hasta que de repente, el ascensor se paró y ambos se pusieron a la defensiva.
–¿Hemos llegado?– Dijo Alec poniéndose de pie.
–Puede.
–¿Y por qué no se abren las puertas?– Dijo Alec pasando una mano por ellas.
–No lo sé. ¿Habrá algún problema?
–No lo creo. Revisan estos sitios hasta ser casi perfectos. Y además, estamos en el año 2353. ¡Los coches vuelan! Los ascensores no se estropean así por que si.
–Pues hay que salir de aquí.
–¿Y si es la primera prueba?
–Es posible. Muy posible.
–Vamos, tenemos que abrir las puertas.– Dijo Alec intentando abrirlas.
–Espera.
–¿Qué?
–Recuerda lo que dijo Tresller: llevaos todo lo que podáis.
–¿Y? aquí no hay nada.
–Piensa, Alec. La fuerza no va a salvarnos siempre. Tenemos que pensar.– Dijo pasando la mano por una agarradera del ascensor. Hell pensó en que aquello era lo único relevante de aquel ascensor y entonces lo cogió con ambas manos y lo arrancó de cuajó.
–Ahí la fuerza te ha ayudado.
–Y ahora podemos usarlo de palanca. Vamos, ayúdame.
Hell puso la agarradera y después ambos tiraron para poder abrir las puertas. En cuando lo lograron, se abrió un pasillo largo y oscuro, aunque podían ver por donde iban.
–Comienza el juego.– Dijo Alec con una sonrisa mientras guardaba la agarradera en la bolsa y después miró a Hell.– Las dama primero.
–Nenaza.– Hell se río mientras entraba en el pasillo.
–Sólo intentaba ser educado.– Dijo Alec riéndose y siguiéndola.
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Escape
ActionLo que para algunos es un divertido programa de televisión, para otros es algo con lo que jugarse la vida. Los participantes son entrenados desde niños para participar en un juego donde el objetivo es escapar de un edificio, aunque para ellos, se vo...