Por la mañana, cuando todos se levantaron y desayunaron, decidieron dar comenzó al entrenamiento que duraría dos días más. Decidieron reunirse en el bosque, a una distancia prudente del campamento.
Salieron del campamento por turnos con el fin de que todos pensarán que estaban descansando en la cabaña, pero en realidad, entraban y salían por la ventana que había en la parte trasera de la cabaña. Consiguieron sacar un par de armas con discreción y se dividieron en grupos de dos para poder entrenar.
Todos mantenían un buen ritmo, menos Nathan, que le tocaba enseñar todo lo que sabía a Jane, por lo que no podía sacar todo su potencial.
–Tienes dos días para aprender a moverte y no morir en tu primer tiroteo.– Le dijo él.
–¿Te ves capaz de enseñarme?
–Solo si te ves capaz de aprender.
–Enséñame.– Dijo Jane como si fuera un reto acercándose un par de pasos hacia Nathan.
Nathan se vino arriba y se lo tomó como si fuera una apuesta, aunque la primera vez que atacó a Jane, se sorprendió al ver que ella había sido capaz de hacerle una llave de judo y tirarle al suelo sin ni siquiera despeinarse.
–¿Me habías subestimado?
–Solo un poquito.– Nathan se levantó.
–Di clases de defensa personal cuando empecé a investigar Élite.
–¿Tu padre lo sabe?
–No. Apenas sabe nada de mi...
–Luego no sabe que estas aquí.
–Le he dejado un mensaje en el contestador y como aún no me ha llamado histérico supongo que o no le importo lo suficiente como para venir a buscarme o que no lo ha escuchado.
–Quiero apostar por la segunda opción.
–¿Aunque la primera sea más lógica?
–Tu padre sería un idiota si no le importases.– Jane sonrió.– A mí me importas o sea... quiero decir, a todos nosotros. Y supongo... supongo que eso debería ser suficiente.
–Créeme, lo es.
Ambos sonrieron. Por muy inteligente que fuera Nathan, se le daba fatal hablar con las chicas, y Jane se había dado cuenta de aquello.
Hell y Alec estaban a un lado, un poco apartados del resto ya que Alec le estaba enseñando a disparar con un rifle a larga distancia.
–No ha estado mal para ser tu primera clase, ¿no?
–Prefiero la ballesta, o el tiro con arco.
–¿No crees que vas a necesitar armas un poco más... modernas?
–Los guardias de Winston tienen armas mucho más modernas que estas.– Agitó el rifle.
–No te preocupes. Haremos que funcione.– Dijo Alec acercándose a Hell.
Ella le miró con una sonrisa y pasó de sujetar el rifle a sujetar las manos de Hell. Alec se rió nervioso, pero antes de que a Hell le diera tiempo a sonreír, escucharon algo, Hell quitó el rifle de las manos de Alec y apuntó en dirección a donde había venido el ruido.
–Baja el rifle.– Dijo August.
August venía sólo, y cuando todos vieron lo que acababa de pasar se acercaron a Alec y Hell poco a poco.
–¿Se puede saber que demonios hacéis?– Nadie dijo nada.– ¿Alguno va a hablar o voy a tener que tomar medidas más drásticas?
–Hell, díselo.– Le susurró Alec.– Si nos convenciste a nosotros, puedes con él.
–Él no es como vosotros.
–Chicos, sigo aquí. Puedo escuchar todo lo que decís.
–Vale, Hell. Cuéntaselo.– Dijo Taylor dándose por vencida.
–Vale... Con tu ayuda o no, vamos a traer a todos los participantes de Élite.
–¿Tu plan se reduce a eso?
–No voy a explicarte más si vas a negarte.
–¡Por supuesto que voy a negarme! No sabéis... No tenéis ni idea de lo que decís.
–Si que lo sabemos. El plan de Hell es bueno, muy bueno.
–Nosotros también teníamos un plan hace un par de años. Y lo llevamos a cabo, pero son más listos que nosotros, siempre lo fueron. Apenas volvimos la mitad de los que fuimos...
–No sería un buen plan.– Dijo Jane cruzándose de brazos.
–Nosotros podemos conseguirlo.– Añadió Nathan.
–¡Venga ya! Miramos chicos, no es por ofender, pero os harían puré nada más llegar. ¡No tenéis la más mínima posibilidad de salvar el culo!
–¡Entonces moriremos luchando por una buena causa!– Dijo Hell lanzando el rifle al suelo y acercándose a August.– Nunca pedimos tu ayuda, y no lo hacemos ahora. Pero si no lo conseguimos, el día que te mueras en tu cama, rodeado de esos "supervivientes" que tu dices, ¡solo podrás pensar en lo cobarde que fuiste al no acompañarnos y hacer algo noble!
–Tu compañera es una fiera.– Le susurró Evan a Alec.
–Lo sé. Es la mejor.
–¿Y bien, August?– Hell se cruzó de brazos.– ¿Vas a luchar como un hombre o esconderte como una rata?
ESTÁS LEYENDO
Escape
ActionLo que para algunos es un divertido programa de televisión, para otros es algo con lo que jugarse la vida. Los participantes son entrenados desde niños para participar en un juego donde el objetivo es escapar de un edificio, aunque para ellos, se vo...