Hell sabía perfectamente a que se refería Winston. Puede que ella hubiera ganado el juego, pero Winston era el dueño del juego y de Élite, y sin saber como, se había quedado con Alec.
Hell se quedó clavada en el pasillo mientas escuchaba como los pasos de aquel hombre se alejaban por el pasillo. Si lo de que ese hombre la quería muerta era cierto, no tardaría en avisar de que ella estaba allí, así que respiró hondo, se aguantó las lágrimas y salió corriendo.
Conocer la base le había venido bien tanto como para entrar como para salir. Salió corriendo hasta la moto de Jane y después salió de allí volando.
Cuando llegó al garaje, dejó la moto exactamente donde estaba y después subió a casa de Jane en ascensor. Con las prisas de aquella mañana se había olvidado de coger las llaves, así que se vio obligada a tocar el timbre.
–Por fin.– Dijo Jane abriendo la puerta.– ¿Se puede saber donde demonios estabas?
–En Élite.– Dijo entrando y yendo directa a su cuarto mientras Jane la seguía.
–¿En Élite? ¿Qué se te ha perdido allí? ¿Y que es eso de que habías encontrado algo? ¿Por qué no me dices nada? ¿Podrías parar al menos para hablarte a la cara?
Hell abrió la puerta de su cuarto y metió a Jane dentro tirando de su brazo. Ella se quedó mirando el tablón de pistas de Hell mientras esta se sentaba en su cama.
–¿Cuando has hecho esto?
–Esta mañana. Después de que tu te fueras y antes de irme.– Dijo con la cabeza gacha.– Tiene a Alec.
–¿Qué? ¿Quién?
–Winston. No sé como lo ha hecho, pero Alec estaba en Élite y... no se acordaba de mi.
–¿Pueden hacer eso?
–Jane, vivimos en un mundo donde los coches vuelan y encierran a adolescentes en un edificio del que tiene que escapar por pura diversión. ¡Por supuesto que pueden borrar memorias!
–Pero no entiendo el motivo.
–¡Y que más da el motivo!– Hell levantó la voz a punto de llorar.– Me han quitado a Alec, me quieren muerta...
Jane se sentó junto a ella y le cogió de las manos.
–¿Por qué no lloras?
–No quiero llorar.– Hell apartó la mirada.
–Hell no soy idiota. Voy a salir por esa puerta y quiero que te desahogues tranquila. Hablaremos de Alec en otro momento, ¿vale?
Jane no esperó a que Hell respondiera. Se levantó y en cuanto salió de su cuarto, Hell rompió a llorar. Odiaba llorar en público por que la hacía sentir devil y vulnerable. Ella era fuerte, había vivido diecicho años muy duros y ahora lloraba por su compañero.
–Deja de llorar.– Se dijo a sí misma mirándose al espejo.– Deja ya de llorar y busca una solución.
Jane estaba en el salón leyendo con cuidado unos informes que había conseguido uno de sus contactos cuando Hell apareció bajando las escaleras de dos en dos y después corrió hasta quedarse frente a ella.
–Tengo un plan.– Anunció.
–¿Qué clase de plan?
–Voy a volver a Élite y voy a sacar de allí a todo el mundo.
–¿Ese es tu plan? ¿Llevártelos sin más?
–Empezaré con mis amigos y si todo va bien, sacaré a todo el mundo.
–¿Y a donde piensas llevarlos?
–Traeré a mis amigos aquí y después buscaremos un lugar seguro.
–Ni de coña.
–¿Por qué no?
–Os tienen totalmente vigilados. Incluso cuando no os vigilan, os vigilan. No puedes traerlos aquí.
–¿Y a donde sugieres que vayamos?
–A ninguna parte. Ese plan es una estupidez y una locura. No puede salir bien.
–Saldrá bien.– Dijo Hell muy segura.
–Pues no cuentes conmigo.
–Tu también estás trabajando para el mismo objetivo, ¿no? ¿O acaso planeas quedarte aquí leyendo informes hasta que otra persona haga algo?
–Mira, me parece genial que quieras salvar a tus amigos, pero esta no es la manera.
–¡Pues dime como!
–Calla.– Dijo Jane recogiendolo todo cuando sintió la puerta abrirse. Hell miró hacia la entrada y vio como el padre de Jane se acercaba.
–Hola chicas.– Le dio un beso a su hija.– ¿Habéis tenía una mañana productiva?
–Bastante, si.– Hell fingió una sonrisa.
–Me alegro. Estaré en mi despacho, si necesitáis cualquier cosa avisadme, pero ya conoces las normas, Jane.
–Si, si, si. Tocar la puerta y luego esperar a que salgas. Nada de entrar.
–Esa es mi niña.– Le guiño un ojo y cuando se marchó, las chicas volvieron a ponerse serias.
–No se te ocurra hacer nada.– Dijo Jane y después salió hacia su cuarto.
–"Hell no hagas esto, Hell no hagas lo otro..."– Dijo haciendo burla.– Ni que fuera mi madre. Oh, espera, yo no tengo madre. Así que haré lo que me dé la gana.– Dijo para si misma y sonrió.
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Escape
ActionLo que para algunos es un divertido programa de televisión, para otros es algo con lo que jugarse la vida. Los participantes son entrenados desde niños para participar en un juego donde el objetivo es escapar de un edificio, aunque para ellos, se vo...