Capítulo 19

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Alek habla del tema como si lo conociera a fondo. Caigo en cuenta de que en realidad, Alek y Aiden nos han ocultado muchas cosas. Quizás olvidaron decirlas o no sé, pero esto es tan importante que no entiendo por qué pasarlo por alto.

—Explícate —le exijo a Alek.

—Déjame responder a mí —interrumpe Aiden y me mira—. ¿Te acuerdas cuando te dije lo del experimento de John?

—Sí.

—Pues el gobierno quiere hacer lo mismo que una vez hizo John —asegura Aiden—. En el año 1999 el gobierno se encargó de juntar a leapers y que estos se hicieran pareja. Juntaron a 29 parejas. Querían hacerlo más divertido y se encargaron de elegir justo ese número. Luego, los obligaron a tener hijos, para que estos lograrán nacer en el 2000, pleno año bisiesto.

—¿Por qué? —pregunta Olivia con horror.

—Al principio, era para hacerles exámenes de sangre a los chicos que nacieran de esa unión, ya que sigue siendo un misterio sobre de dónde vienen nuestros poderes. Pensaban que quizás con un leaper puro, nacido de dos padres leapers, podrían descubrirlo —cuenta y frunce sus labios—. Sin embargo, perdieron su objetivo. Hay muchas personas en el gobierno que quieren ser iguales a nosotros, tener todo lo que nosotros tenemos, pero como no son leapers, sabotearon el objetivo del experimento y así lograron cambiarlo solo para satisfacer su ambición de poder.

Olivia y yo permanecemos atentas. Somos las únicas acá que no sabemos nada acerca de aquello. Izan juega con los dedos de las manos de Ciara y Alek saca su móvil.

No puedo evitar sentirme asqueada por todo esto. Las personas nunca están conformes con lo que tienen. Y no es que esto sea malo, pero nunca se debe pasar los límites para conseguir algo que deseas y no puedes tener.

—Entonces, vieron como una oportunidad la unión de las 29 parejas de leapers y las obligaron a tener hijos para así luego ellos poder hacer la trasfusión de sangre y ver si el experimento funciona —suelto. Aiden asiente con la cabeza.

—Pero como tú sabes, los leapers solo desarrollamos nuestro poder en la adolescencia, así que el gobierno tuvo que esperar hasta que los hijos de esas parejas crecieran —continua él—. Ya cuando aquellos chicos desarrollaron su poder, enviaron a cazadores por ellos. Algunos chicos murieron en la adolescencia por los cambios, pero los que quedaban no pudieron salvarse. Uno a uno los fueron cazando, pero nada parecía funcionar. El experimento cada vez más era un fracaso.

—Mi hermana era la número 28, y cuando era una adolescente intentaron cazarla pero ella no resistió el cambio y murió —murmura Ciara, triste—. En el gobierno no sabían que mis padres habían tenido mellizas, por eso piensan que yo soy la leaper. Por eso tuvimos que huir de Canadá, porque mi vida corría peligro. Mis padres trataron de explicarles todo, pero el gobierno no les creyó.

Entonces, comprendo en todo sentido a Ciara. Ella solo trata de protegerse y por eso fue que tuvo que mentir. Creo que todos los haríamos en su lugar con tal de estar a salvo.

—¿Cómo es posible que tu hermana haya sido leaper y tú no? —formulo con duda.

Está claro que el gobierno es una mierda y todo lo que lo concierne.

Ciara se pone de pie y se acerca a la ventana. Entonces empieza a contarnos todo, muy pausado, para que podamos entenderlo.

—Los mellizos bicigóticos nos desarrollamos en placentas diferentes. Dos óvulos fecundados por dos espermatozoides diferentes. Eso es lo que nos diferencia de los gemelos monócigoticos. Entonces, los mellizos tienen carga genética diferente y solo el más compatible con la madre podrá heredar aquel poder. Fue por eso que mi hermana, al ser más compatible, nació justo el 29 de febrero y yo, al no serlo, el 1 de marzo. Como nos desarrollamos en placentas diferentes, solo ella podía ser leaper. Caso contrario con los gemelos, que al crecer en la misma placenta, los dos pueden nacer leapers.

LEAPERS I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora