Capítulo 25

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Cuando creo que las cosas no podrían ir peor, caigo de rodillas interrumpiendo la declaración de "amor" de Alek. Habría podido ser un momento perfecto, pero ahora ya lo he arruinado.

Me pongo de pie rápidamente y un pequeño ardor recorre mis rodillas, pero no presto atención a la sensación.

—¿Estaban espiando? —pregunta Alek en un tono enojado.

—¿Qué? No, para nada. N-nosotros solo, bueno... —balbuceo sin saber qué decir.

—Solo vine a mirar si Olivia estaba por aquí para llevarla a casa —contesta Aiden de manera firme y sin titubear—, pero Tessa no se dio cuenta de que estaba abierto y al apoyarse contra la puerta se cayó.

La mentira le sale tan fluida y natural que hasta yo me la creo. ¿Podría ser Aiden un mentiroso por naturaleza?

Ahora las miradas se posan en Olivia y ella se remueve inquieta sentada en la cama. Ya sé los sentimientos de Alek por Olivia, pero aún no sé los de ella por él. Además, tampoco creo que se los dijera cuando yo aún no le cuento la plática que tuve con él en el auto. Ella sigue creyendo que a mí me gusta Alek, pero debe de estar confundida con su declaración.

—¿Alcanzaste a oír lo que me dijo Alek? —pregunta Olivia mientras me mira—. A mí no me mientas, por favor.

No me queda de otra y asiento con la cabeza. A ella no puedo mentirle. Olivia entrecierra sus ojos por un momento.

—Oli... —la llamo cuando no dice nada.

—Lo siento, Tessa. No sé qué ha sucedido. No sé por qué él me está diciendo todo esto. Te juro que yo no he salido con él ni lo he besado desde la última vez. No quiero que me odies. Sé que te gusta Alek y ahora él me dice todo esto y no puedo dejar de sentir que te he traicio...

—¡Olivia! —interrumpo en voz alta su verborrea para que me escuche—. No he tenido tiempo de contarte muchas cosas, pero quiero que sepas que Alek y yo ya hemos hablado sobre nuestros sentimientos y...

—Y yo le dije a Tessa que la chica que me gusta eres tú —termina Alek levantando los hombros.

Aiden el mentiroso y Alek el directo. Queda claro por qué se llevan tan bien.

—Ustedes dos son cagados por el mismo perro —murmura Olivia con veneno en su voz, señalando a los dos chicos. Luego, sale disparada de la habitación, pasando por mi lado y escucho sus pisadas en los escalones de madera.

Un silencio se apodera de la habitación, haciendo que Alek y Aiden me miren fijamente. Me quito el gorro y se lo lanzo a Alek en toda su cara, para que sepa que es un idiota, pero él lo toma antes de que este golpee su rostro y me mira con el ceño fruncido. Primero debió dejarme explicar toda la situación a Olivia, ya que su confesión la tomó por sorpresa y para ella existe una ley inquebrantable:

Nunca te metas con el ex, ni con el chico que le gusta o que le gustó a tu mejor amiga.

Básicamente, ella debe sentir que ahora mismo ha roto la misma ley que creo. Aunque sea Alek el que se confesó, estoy segura de que Olivia siente como si fuera ella la que lo hizo.

Doy media vuelta y salgo de la habitación, con el objetivo de llegar hasta donde Olivia y contarle ahora sí, todo lo que ha sucedido últimamente. Con todo lo que está ocurriendo, no hemos tenido tiempo de sentarnos a charlar como mejores amigas, como antes.

—¡Olivia! —grito bajando los escalones. Ciara se cruza en mi camino, llevándose un vaso de agua a la boca—. ¿Has visto a Olivia?

—Síp. La vi entrar al garaje.

LEAPERS I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora