Olivia pisa el acelerador para alcanzar a la Hummer negra. Algo dentro de mí me dice que ese es el auto que vi la vez pasada cuando descubrí a Ciara. Las placas se me hacen tan conocidas, tan familiares que no podemos perder la oportunidad de seguirla. Aunque si pasa más allá del condominio, estaremos jodidas.
En la curva Olivia disminuye la velocidad y hace un cruce perfecto. Solo faltan unos cuantos metros para llegar al lugar en donde se ubica el condominio y si la Hummer sigue derecho, no podremos seguirla. Me siento tan ansiosa, porque deseo descubrir de quién se trata el dueño de ese auto. Es probable que viva en Bissextile, ya que las Hummer solo pueden permitírselas personas con dinero. O si somos de mala suerte, puede vivir en la ciudad y por eso va en la autopista nacional.
De pronto, Olivia empieza a disminuir la velocidad a unos cuantos metros de la Hummer y entiendo la razón: la Hummer se ha detenido, esperando que pasen los autos que suben por la vía y los que bajan por contravía y cuando ya no viene demasiado cerca ninguno, cruza la carretera y avanza por el camino directo al condominio.
—¡La suerte está de nuestro lado! —vocifera Olivia golpeando el volante.
Ella cruza la autopista y sigue el camino hasta el condominio. Alek nos mira divertido, negando con la cabeza, quizás pensando en que las mujeres estamos locas... o solo dramáticas.
Alek le pasa la tarjeta a Olivia y ella la desliza por el lector para poder ingresar. La misma voz femenina habla y luego las puertas se abren. La Hummer sigue derecho unas casas más abajo y Olivia estaciona la camioneta frente a la casa de Alek.
—Debemos ir a ver de quién se trata —sugiero, mirando hacia adelante.
—Y lo haremos —responde Olivia, apagando la camioneta—, pero primero hay que entrar a ver cómo va la fiesta.
La música se escucha desde afuera y diferentes colores de luz se escapan por las grandes ventanas de vidrio. Una figura masculina se aparece en la puerta de la casa, con una expresión dura que me hace tragar saliva.
—Aiden se ve enojado —comenta Alek un poco confundido.
Nos bajamos de la camioneta y avanzamos hasta donde se encuentra Aiden. Él tiene las manos metidas en los bolsillos mientras nos lanza miradas a Olivia y a mí de un total enfado; arruga sus cejas y sus labios se unen en una línea recta.
—¿Qué sucede? —le pregunta Alek.
Aiden saca una mano de su bolsillo y abre la puerta por completo, revelando a varias personas que bailan y beben. La cara de Alek es de total asombro y parece estarle dando un tic nervioso, porque parpadea muchísimas veces.
—¿Qué has hecho, Olivia? —la interroga Alek con amargura.
Olivia se quita el cárdigan y expone lo perfecto que le queda aquel vestido por fin ante todos. Ahora la cara de Alek es de un estado de shock mientras la mira, como si no pudiera creer que ella sea real.
Quédate con alguien que te mire como él la mira a ella; con cara de tonto enamorado.
Ella cuelga el cárdigan en el hombro de Alek que aún está atónito, sonríe y le da un beso de media luna para luego decirle:
—Feliz cumpleaños, Alek.
Y empieza a caminar con mucho estilo hasta la entrada, empujando a Aiden por el hombro para llegar hasta donde están un grupo de chicos, que al verla la saludan y la abrazan.
—Esa mujer me vuelve loco —confiesa Alek por lo bajo.
Nos dirigimos hasta el interior de la casa, pasando por el lado de Aiden. Nuestras miradas se cruzan por un momento, pero yo sigo derecho, finalizando la conexión.
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LEAPERS I ©
Misteri / Thriller[Libro I: Bilogía Penumbra.] Algo inesperado y sobrenatural está por suceder en el pueblo de Pamplona. Con la llegada de dos atractivos y misteriosos estudiantes de intercambio, el destino de Tessa y Olivia se verá envuelto en una serie de peligros...