Capítulo 33

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Escucho algunas voces en la oscuridad de mi mente, cada vez menos lejanas. Intento abrir los ojos, pero la luz del día hace difícil la tarea. Doy unos cuantos parpadeos antes de abrirlos completamente, encontrándome con un candelabro de cristal encima de mí. Cierro y abro los ojos, por segunda vez, para mejorar mi visión, ya que veo un poco borroso.

—¿Tessa?

Olivia aparece en mi campo de visión, con una mirada preocupada. Sus penetrantes ojos color miel me piden explicaciones sobre lo que pasó, pero ni yo misma logro entender lo sucedido.

Procuro levantarme, pero un pinchazo en la cabeza hace que no pueda hacerlo. Llevo las manos hasta mi cabeza, entrecerrando los ojos, quedándome quieta para que el dolor disminuya.

—¿Qué carajos sucedió? —pregunta vacilante.

—No lo sé. Sentí un fuerte dolor en la parte frontal de mi cabeza, seguido con un hormigueo y destellos de luz. Luego vértigo y empecé a ver todo negro, por lo que me desmayé.

—Creo que ha sido un episodio de migraña.

Reconozco esa voz. Es de Danthaniel.

Así que me levanto de manera brusca de donde estoy acostada, poniéndome instintivamente de pie. Un leve vértigo hace que me apoye del brazo de Olivia y me quedo así hasta que la oscuridad pasa y el mareo transita.

Danthaniel me observa curioso, con un vaso de agua en una de sus manos, mientras está sentado en el sofá en forma de L. Trago saliva porque sé que es el momento de enfrentarlo; él debe dejar las hipocresías de lado y admitir en mi cara que es un cazador.

—Pues sí pudo haber sido eso, ya que Tessa ha sufrido de migraña —dice Olivia, dándole la razón—. Pero, ¿cómo sabes que ha sido un episodio?

—Estudié un premédico en la Universidad, por lo que conozco las etapas de la migraña —asegura Dan, bebiendo un sorbo de agua—. Creo que tu migraña ha estado en la etapa de aura, aunque no entiendo por qué te desmayaste si no tuviste una crisis.

Me mira, detenidamente, pero no recibe respuesta de mi parte, ya que solo lo examino con mucha cautela. Hace unas horas no sabía lo que es él, pero ahora que lo sé no dejaré que continúe con su juego. Quizás sea demasiado arriesgado confrontarlo, porque muy probablemente me pondría a mí misma aún más en peligro. No obstante, algo dentro de mí me pide a gritos que lo enfrente, que le escupa su maldita verdad.

Es momento de enfrentar los miedos. Todos debemos hacerle frente a esos monstruos que nos atormentan y no nos dejan salir de nuestra zona de confort, ya que si nunca lo hacemos, viviremos toda nuestra vida con miedo. Es momento de salir de mi zona de confort y demostrarle a Danthaniel que no le tengo miedo.

Sé que el objetivo por el cual estamos Olivia y yo acá es otro; cómo resolver el lío amoroso que tiene él con Ciara. No obstante, tengo más curiosidad en lo que él tenga por decir en su defensa, incluso si es tan arriesgado como poner mi vida en peligro.

—Sé lo que eres —suelto, sin procesar las palabras.

Él ladea una sonrisa, pone el vaso de agua en la mesa del centro y se pone de pie. Su sola presencia me produce un frío en la columna vertebral.

—Me lo esperaba después de lo que sucedió con Aiden —admite con desdén—. Desde que el sensor de movimiento me avisó que había dos personas espiando por la ventana y las vi por las cámaras, supuse que se han enterado de algunas cosas —Sus dientes salen a relucir en una sonrisa—. No sabían que eran delincuentes en sus ratos libres, ¿eh?

—¿De qué carajos estás hablando? —interviene Olivia sin comprender nada.

—Aiden me contó que Danthaniel es un cazador.

LEAPERS I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora