Con un poco de maquillaje logro ocultar el golpe.
Con cada día que pasa, el vientre de mamá se va hinchando más y más, y el rostro de Dakarai parece ser la dosis de escape de Maat.
Tras un día acorralar a Amun en un pasillo, le saqué el motivo de su visita. Y descubrí... absoluta nada.
Su visita aquí no tiene motivos importantes más que estrechar lazos. Nada más ni nada menos.
Mis encuentros con Bes fueron disminuyendo. Un acuerdo que por mí estaba bien.
Cuando mamá ya no pudo seguir moviéndose por el embarazo, a mí me tocaba realizar sus actividades.Unas actividades que me dejaban exhausta, pero al menos podía ver a mi papá y el bonito rostro de Amun constipado por mi presencia. Al parecer al chico le parece incómodo el que nos encontremos en el mismo lugar y debo decir que eso es algo que me alegra más de lo que debería.
Sé que debería alejarme y concentrarme en otra cosa que no sea nuestro visitante extranjero, pero es algo que nunca había visto. No pueden culparme por fascinarme con una expresión como lo estoy.
—Me tienes miedo —la expresión de Amun lo vale en peso en oro cuando me ve aparecer y me escucha decirlo.
Y sé que le ha dado algo.
Si a mí me saliera alguien de entre las columnas en la oscuridad, lo más seguro es que hubiera armado un escándalo.
Puntos por tener nervios... en proceso a pasar a ser de acero.
—Miedo es una palabra un tanto fuerte —me responde y esos ojos leonados preciosos me miran con detenimiento sin detenerse mucho en cualquier lugar, pero para mi es suficiente—. Simplemente le tengo respeto, princesa.
—Y desagrado —su expresión se ve encantadora y eso sólo me divierte más y me incita a continuar—. Como dije antes, eso no me molesta. Puedes llegar a odiarme si quieres. Prefiero tu odio a tu miedo.
—¿Por qué te importa tanto?
—¿Por qué me importa? —susurro deteniendo a meditarlo y sé que eso también lo está poniendo nervioso—. Interesante pregunta. Pero creo que es porque aquí todo mundo me tiene miedo. Como pudiste ver, mi carácter no es el mejor de todos. Y creo que la mayoría me ve como un monstruo. Un monstruo caprichoso si citamos algunos murmullos que corren por la corte.
—No creo que seas un monstruo, sino alguien que le gusta la libertad... me recuerdas a alguien muy importante para mí —admite dándome una sonrisa cálida y prácticamente siento como mi corazón se hincha por haber obtenido esto—. Creo que si se dieran el tiempo para conocerte, cambiarían de parecer.
—Lo dice alguien que no me conoce y solo parece "nervioso" cuando me ve o estamos en la misma habitación —digo tranquilamente con una pequeña sonrisa aún adornando mis labios—. En estos días estaré un poco ocupada, y tú como no tienes ningún deparo en decirme las cosas, ¿por qué no me acompañas?
—¿Estás segura de eso?
—Si no estuviera segura de esto, ni siquiera te lo propondría —me toco uno de los tocados nuevos que me han estado poniendo y no hay otra palabra para describirlo: me encanta. Por una vez llevo algo que no quiero arrancar de mi cuerpo para enterrarlo después—. Bueno, como al parecer eres tú él que no está seguro, podrías decirle a mi...
—No —niega rápidamente—. Me parece perfecto, gracias Alt...
—Yo no diría eso —niego comenzando a caminar—. Espero que seas puntual.
—Pero no me ha dicho...
—Y puedes llamarme Tisza, solamente Tisza. Nada más ni nada menos. No quiero nada de «Alteza» o «princesa» dejemos todas esas cosas y formalidades para mi hermana. Creo que al menos a ella le encanta escucharlo —sigo diciendo sin detenerme—. Nos vemos, Amun.
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El pergamino de Tisza. [J.R. 2]
Historical Fiction« -Los fuertes buscan fuerza, los débiles buscan excusas. Así que dime, ¿cuál es la tuya?» 🐍 Historia de la mamá del príncipe Tau de "Casada con el faraón". 🐍 Libro 2 de la serie: Joyas reales. ✖️ IMPORTANTE: no es necesario leer "Casada con el f...