El pergamino de Tisza. [J.R. 2]

Capítulo 49

Me muevo de un lado para otro por mi habitación y sin poder contenerme por más tiempo, tomo la capa verde oscuro de seda qué dejé hace unos días en el suelo y me la pongo.

Me asomo por la puerta de mi habitación y encuentro el pasillo vacío.

Ni una doncella ni guardia cerca.

Y no me extraña teniendo en cuenta que todos deben de estar buscando a Maat. Y mis doncellas..., bueno, ellas saben que no deben molestarme.
Y Tajteh no debe de estar lejos, a menos que esté con mi madre.

Mi madre...

«¡Concéntrate Tisza! » me regaño y saliendo, comienzo mi recorrido.

No sé muy bien a dónde voy, ni por dónde empezar, pero tengo que hacer algo, no puedo seguir encerrada en mi habitación esperando a que alguien me de noticias sobre mi hermana.

Nunca me había sentido de este modo tan inútil.
Es una sensación horrible que se ha adueñado de mis huesos y se niega a irse.
Es asfixiante y muy aterrador.

Muy bien, es momento de tomar un bendito camino.
Si fuera un delincuente o un traidor, ¿a dónde iría?

Sin duda alguna no por la puerta principal, pero Maat no es una excelente escaladora ni una persona tan fuerte como para poder escapar por los ventanales, así que, su única alternativa es una puerta.

¡Bien! Ya tienes algo. Ahora solo queda pensar en cuál de todas esas puertas saldrán.

Bien, a ver.
En total hay doce salidas en este lugar.

Tres en el ala de los aposentos de mis padres, razón que queda descartada ya que debe de tener mi padre guardias a tope cuidando de mamá; dos salidas en las cocinas, igual descartadas, una que da al patio principal donde entrenan los guardias, motivo por el cual queda total y completamente descartado a menos que Maat esté demasiado desesperada.

Bien, nos quedan seis aún:
Dos de nuestro lado, una en cada habitación así que da un total de cuatro.

Así que solo nos queda la salida que da al cauce del Nilo en la sala de mujeres que está cerca de los jardines del ala oeste y la salida de que da a los jardines principales..., así que, vamos, Tisza, ¿a dónde irías?

¿A dónde irías estando embarazada con un fugitivo acuestas? Si tan solo tuviera...

Oh, por Isis y Horus, ¿cómo no lo pensé antes?

Camino con paso decidido por el pasillo que da a las habitaciones de invitados, y solo rezo por tener suerte en esto.

Él es mi única alternativa en esto, sólo encontrándolo a él, puedo saber dónde pueden estar mi hermana y Dakarai.

Cuento las puertas y hasta no llegar a la quinta, no alzo mi brazo y toco.
Mis nervios afloran mientras los minutos pasan, y cuando por fin la puerta se abre, mi decepción es grande.