Capítulo 36

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Mi primer día de trabajo en el jardín, es entretenido.

El recibir órdenes es completamente nuevo para mi y no me quejo, pero el tratar de seguirles el ritmo..., es imposible. Más cuando quieres asesinar a prácticamente todas tus compañeras de trabajo.

Hytep es una mujer dura. Severa y mandona pero comprensible y paciente.

Otras tres chicas trabajan con nosotras para cubrir en su totalmente tanto en tiempo y forma el cuidado del jardín, pero al parecer no soy de su agrado.

Dos veces me han escondido los materiales. Y otras dos veces me han dejado gusanos dentro de los guantes.
Y en todas esas veces no he logrado poner mis manos sobre su cuello.

Mucho menos me he quejado de su comportamiento.

Simplemente los he aguantado y sé que están esperando el momento perfecto para verme caer y así comprobar lo que ellas creen: que solo soy una princesita.

Pues seguirán esperando. Porque así como me crió mi madre para ser una chica refinada y una dama en lo que cabe de la palabra, me enseño a luchar y aguantar.

Me enseño a ser fuerte.

Y claro, no estoy del todo despistada en cuanto a los golpes. Bes se encargó de enseñarme a escondidas de mi madre, inclusive de mi hermana, a golpear lo suficientemente fuerte como para romper una nariz.

Y ellas tienen un rostro prácticamente llamativo y unas narices que no les vendría mal el componer.
Con un pequeño y ligero golpe.

Pero no pienso recurrir a eso.

Juré nunca hacerlo.

Narmes sabe un poco de mi situación y me entiende ya que eso fue lo que sucedió cuando él empezó a trabajar en el campo, y en los días en los que me llega a visitar y me acompaña al interior, me recuerda que resista.

Y lo haré.

Solo será por tiempo limitado el que yo esté aquí.
Aunque pronto los días pasarán a ser más que estos y se convertirán en semanas.

Me llegan cartas de mi hermana prometiendo pronto mandar por mi, pero cuando los días continúan corriendo como agua y deslizándose por mis dedos, cada vez que veo las palabras simplemente las ignoro.

No menciona nada sobre Dakarai. Ni sobre Cleo y su paradero, solo habla sobre mamá, papá y Menes.
Y solo una vez mencionó a Kosei, y lo que encontré en ella, fue verdaderamente sorprendente: el chico al parecer estaba pasándola en grande en mi ausencia asistiendo a fiestas y eventos relacionándose con los hijos de los apegados de mi padre y de la corte.

Y sobre todo, relacionándose demasiado bien con chicas por las palabras que emplea en sus cartas mi hermana.

Cuando las cartas de Kosei comienzan a llegar, simplemente las desecho tal y como entran a palacio y llegan hasta mis manos.

Cuando llevo ya semana y media aquí. Mi piel se ha tostado por el sol y por fin he pasado de la rojez insoportable a un color más oscuro, no puedo estar agradecida.

Porque, ¡Dioses! Los primeros días fueron horribles. Mi piel parecía arder con fuerza y el tocarla..., pase horas llorando sobre la almohada cuando Tajteh me ayudaba a desvestirme.

Y claro, conocí por fin a Neithotep y cuando vi a la joven que me recibió con los brazos abiertos y una enorme sonrisa cálida en los labios, supe que era una chica completamente diferente a la que conocí de niños.
Y cuando comenzamos a hablar..., fue cautivador.

Hasta yo misma me hubiese casado con ella.

Tiene un amor y un cariño magnífico. Como el de una madre. Y en ese momento supe que mi primo había tomado la decisión más sabia de su vida.

El pergamino de Tisza. [J.R. 2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora