Miro la ondulación del agua al romper contra la popa de mi pequeña embarcación y no puedo evitar maravillarme por el agua y las maravillas que el sol hace en ellas.
No falta mucho para llegar al bajo Egipto, pero desde que Tajteh comenzó a marearse y a tornarse de un tono verde, decidí mandarla a descansar y ahora me encuentro extremadamente aburrida.
Cuando las primeras sacudidas comenzaron, mi estómago al parecer aún no se encontraba y para que mi vergüenza no fuera mayor, me moví hasta aquí y decidí devolver el poco desayuno que había logrado tomar.
Cuando comienzo a ver pequeñas extensiones de tierra por aquí y allá, la emoción comienza a hacer acto de presencia eclipsando mi malestar.
¡Ahh! El Bajo Egipto.
Tierra prometida por los dioses y llena de abundante vegetación.
Mi sonrisa comienza a florecer y cuando veo el muelle acercándose cada vez más, prácticamente chillo de emoción.
Me muevo entre el ajetreo de la flotilla y cuando el crujido de la madera al chocar con otra reverbera, mi excitación no tiene límites.
Veo como desciende la pequeña escotilla con demasiada lentitud y prácticamente quiero lanzarme. ¡Tengo mucho que hacer aquí! Hace años que no venía y tengo varios viejos amigos que me gustaría...
—¡Narmes! —chillo cuando la escotilla está abajo y veo al increíble muchacho o mejor dicho, hombre que me espera.
—¡Tisza! —escucho decir a Tajteh en cuento me echo a correr con fuerza, pero no me interesa.
Con la velocidad de un carro de guerra me estrello contra mi primo pero en vez de caernos como tantas veces sucedía cuando venía de visita y lo abordaba, esta vez nos sostiene.
Narmes es tres años mayor que yo, y desde siempre él ha estado presente en nuestras vidas. Es como un hermano. Solo que de otro padre.
El tío Abasy es un hombre serio, gruñón y muy severo.
Pero tiene un gran corazón.
Él fue quien prácticamente creó lo que hoy en día es mi primo.—¡Hey, escarabajo! —murmura abrazándome con fuerza—. Bienvenida, princesa.
—¡Oh, cállate! —niego separándome mientras veo el magnífico rostro de mi primo más moreno que nunca—. Tienes que decirme que hiciste para que mi tío te hubiera mandado a trabajar al campo.
—La que debe de contar porque la han mandado aquí, deberías de ser tú —niega revolviéndome el cabello y gruño alejándome de su toque.
—Príncipe —Tajteh nos da alcance y cuando se detiene a unos centímetros de nosotros, hace una reverencia en dirección a mi primo pero éste niega y envuelve a la mujer en sus brazos.
—Tú ni siquiera deberías de inclinarte ante la familia de mi querida primita. Ya tienes suficiente con aguantarla, y creo que esa es una tarea digna de un reconocimiento —le dice a la mujer sonriendo ampliamente y cuando se gira, puedo ver con claridad los brazos morenos ahora más voluminosos que antes—. Venga, vamos. Seguro mi padre no mando un carro para mi, pero estoy muy seguro de qué hay uno esperándote.
El mercado y desembarcadero de la ciudad está a tope al ser casi mediodía. Veo a Narmes esperar a Tajteh y cuando aparece mi baúl, este se encarga de él.
—¿Has venido caminando?
—Por supuesto, la gente espera un príncipe engalanado en finas telas y joyas, no un chico que parece que ha tenido días mejores.
—¿Tan mal están las cosas con tu padre?
—¿Qué? Oh, no. Mi apariencia no tiene nada que ver con mi padre, pero tampoco puedo andar en finas telas mientras trabajo. Y todavía me da de comer si eso también te preocupa.
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El pergamino de Tisza. [J.R. 2]
Ficção Histórica« -Los fuertes buscan fuerza, los débiles buscan excusas. Así que dime, ¿cuál es la tuya?» 🐍 Historia de la mamá del príncipe Tau de "Casada con el faraón". 🐍 Libro 2 de la serie: Joyas reales. ✖️ IMPORTANTE: no es necesario leer "Casada con el f...