Capítulo 45

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Los dioses nos han bendecido con un nuevo año.

Nos han bendecido con un nuevo comienzo.

Y así como dijo Martell, Cassius y Freyha anunciaron su compromiso iniciado el nuevo año egipcio.

Martell partió un meses después de las festividades por el nuevo año junto con Bes a quien lamentablemente ya no veía tan seguido, pero Martell se ha estado encargando de mandarme alguna carta cuando puede.

Y así, con el transcurso de lo meses, veo a Menes crecer.

Maat está cada vez más y más nerviosa con el acercamiento de mi solsticio, ya que dos días después es el cumpleaños número uno de Menes.

Será el día que se presente al nuevo príncipe ante el pueblo.

Kosei se ha mantenido atento y aunque se pone un tanto gruñón con Amun, se ha portado demasiado pero esos son los únicos inconvenientes que ha presentado el príncipe.

Tal y como dijo Amun, la casa de Qúar cayó.

Nos llegó tres meses después la noticia y en verdad les afectó mucho a los príncipes, pero no escuché de algún problema contra nuestra casa. Las cosas parecen estar en armonía entre las casas y espero que así siga, porque de ser ciertas las palabras de Amun...

—Tisza, qué alegría encontrarte aquí —Kenam aparece por un camino del jardín y me sorprendo encontrarla sola.

Usualmente le acompañan Cleo y Nea.

—Hola —le saludo y dejo que llegue hasta mi—. ¿Qué te trae por aquí?

—Estoy paseando por última vez entre estas hermosas flores. No sé si tu padre ya les ha informado a tu hermana y a ti, pero Thiago y yo regresaremos a la capital dentro de unos días. Mi familia me necesita para instaurar el nuevo imperio. Mis hermanos mayores al parecer no tuvieron un final honorable en esa batalla, y soy la siguiente en gobernar.

—Eso es...

—Lo sé, lamentable. Pero me apiado más por Thiago. De su familia no sobrevivieron muchos más que sus hermanos pequeños y su madre. Ninguna concubina, ningún otro príncipe, solo ellos —dice y mis ojos se abren por la sorpresa—. Una lástima, ¿no?

—Yo...

—Pero no hablemos de tragedias. He venido a invitarte a mi boda.

—¿Tú boda?

—Sí, la familia de Thiago, su madre, accedió a un lazo matrimonial cediendo a la guerra y a sus terrenos —dice y en su rostro no veo dicha ni pesar. Esta inexpresiva—. Es una lástima que todo haya acabado así.

—¿Por qué decidieron ir a la guerra? —le pregunto y en verdad creí que no me respondería pero lo haces tras unos minutos después.

—Mi padre quería formar una alianza con ellos, pero se negaron  —dice y le veo acariciar un arbusto de rosas para después arrancar una y olerla—. Y siendo el padre de Thiago como es, se negó a todas las palabras y propuestas que mi padre le ofrecía. Dijo que no pensaba unificar ni acceder a que su casa pasara a ser parte de nosotros, los persas, y que si seguíamos insistiendo, nos declararían la guerra. Las cosas comenzaron a salir mal. Las negociaciones iban cayendo y mi padre decidió hablar nuevamente con el padre de Thiago, pero volvió a negarse. Y eso solo los llevo a la muerte. Debemos protegernos de futuros invasores. Uno nunca sabe cuando un imperio va a caer. En verdad fue algo sabio por parte de tu padre el negarse a ayudar al Qúar cuando este pidió su apoyo. Ahora sabemos que en Egipto tenemos un amigo, una familia. Y mientras yo viva y esté en el gobierno, nunca olvidaré la hospitalidad que me dieron. Y no te olvidaré a ti, Tisza. En verdad me alegré mucho cuando le tiraste el pastel a Nea. Esa arpía me tenía hasta los codos en todo el viaje. Siempre tratando de llamar la atención o de Amun o de Thiago. Pero claro, no podía hacer nada. Todo por esa tonta amistad que parecen tener todos ellos.

—No voy a negar que en verdad lo disfruté —admito y sonrío—. Me encantaría asistir a tu boda. Egipto estará feliz de presenciarlo. Gracias.

—Gracias a ti —dice y me aprieta una mano con su mano libre antes de irse—. Enviaré las invitaciones cuando sea el momento correcto. Larga vida por la amistad entre Persia y Egipto.

—Larga vida —respondo pero Kenam ya se encuentra lejos para escucharme.

«Fue algo muy sabio por parte de tu padre el negarse a ayudar al Qúar cuando este pidió su ayuda. Ahora sabemos que tenemos en Egipto un amigo, una familia.»

Si este fue el motivo por el cual se negó a acceder, y por el cual la casa de la familia de Kosei cayó, no me extraña que Amun me haya advertido sobre alguno de los príncipes, pero algo no está bien.

Kenam dijo que ningún príncipe sobrevivió, y Kosei no se arriesgaría a tanto si no va a obtener nada, y Dakarai..., ¿qué es lo que está sucediendo aquí? ¿Qué es lo que no estoy percibiendo?

Sea lo que sea debo encontrar esa falla pronto, sino..., cosas horribles podrían pasar.

El pergamino de Tisza. [J.R. 2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora